Buenas!!
El bueno, el feo y el malo
10. Otro de mis westerns favoritos y uno de los primeros que vi y que más me aficionó al género. Como bien han dicho, esta película puede salvarte cualquier tarde. Obligado el verla sin prisas, degustando sus largas escenas y disfrutando de la magistral música de Morricone, sin limitarse a su conocidísimo tema principal ya que, efectivamente, la banda sonora contiene temas tan maravillosos como "El extasis del oro".
Con el cine de Leone hay que saber contemplar y dejarse envolver por la emoción de esas largas escenas apuntaladas magistralmente por sus geniales bandas sonoras. El ejemplo más claro aquí es la antológica escena del duelo final. Es decir, si esperamos algo tan conciso y contuntende como puede ser el cine de Raoul Walsh, seguramente no entremos en la película. Soy consciente de que quizás pueda irritar el que alargue las escenas hasta el infinito. Esto en su trilogía del dólar es, en mi opinión, una virtud y en cambio en "Érase una vez en América" se torna un exceso que en ocasiones bordea con el ridículo.
No sé porque hemos empezado la trilogía por el final, pero al ser la primera que vi casi me parece lo natural. El título ya llama la atención. Efectivamente, los protagonistas son tres arquetipos de duros y curtidos pistoleros, más o menos ambiguos. Tras el buscavidas solitario de "Por un puñado de dólares" y los tres magníficos de "La muerte tenía un precio", Sergio Leone repite con un trío.
El bueno. Sobre Clint Eastwood, decir que ya se encontraba totalmente cómodo en su papel de pistolero sin nombre (en la primera se llama Joe) ni pasado que repite por tercera y última vez. Su presencia vuelve a ser tan imponente o más que antes y si ya en la anterior cedía algo de protagonismo a Lee Van Cleef, el inteligente Eastwood vuelve a demostrar su generosidad con el resto de actores sin por ello dejar de bordar su interpretación. Está sencillamente imperial, de vuelta de todo en el buen sentido y sin nada que demostrar, pues ya se había ganado el respeto de propios y extraños. Recordemos que fue Sergio Leone el primero que creyó en Eastwood y que su carrera solo despegó tras su colaboración con el romano, tras tomar el riesgo de irse a Italia a rodar con un desconocido director un western de bajo presupuesto, en contra de la opinión de sus más allegados.
El feo. Pues si en "La muerte tenía un precio" era Lee Van Cleef el destacado (también Volonté, ojo) en mi opinión el gato al agua se lo lleva Eli Wallach en esta ocasión. Suyos son buena parte de los mejores diálogos y es además el más humano de los personajes. Tuco es ese rufián hijo de puta que tanto nos gusta ver como se sale con la suya. Es un canalla y un marrano del que no te puedes fiar y goza de nuestra simpatía desde el primer momento. De hecho, si bien esto en la Trilogía del Dólar, es una constante, de Tuco queremos saber más, mucho más sobre su pasado, en este sentido la visita a su hermano, hombre de Dios, dota de profundidad al personaje.
El malo. De nuevo el aguileño Lee Van Cleef colabora con el romano, esta vez componiendo un papel de malvado, muy alejado de lo que hizo en su anterior película pero sin perder por ello un ápice de calidad. Van Cleef, de ascendencia holandesa, fue un habitual de los westerns de los años 50 y 60, trabajando siempre en labores secundarias junto a directores imprescindibles como John Ford, Fred Zinnemann, Raoul Walsh, John Sturges o Budd Boetticher, realizando también escasas incursiones en el noir de la mano del director de culto Joseph H. Lewis.
Fue con Leone y "La muerte tenía un precio" que Van Cleef consiguió su primer papel protagónico, y tan a gusto debió sentirse rodando en Almería, que repetiría con Sergio en la película que nos ocupa y realizó numerosísimos spaguettis más durante el resto de los 60' y la primera mitad de los 70'. Es, junto a Clint Eastwood, Charles Bronson, Franco Nero o el genial Klaus Kinski, una de las estrellas de los westerns europeos.
La historia. Algunos de estos tres personajes, enfrentados entre sí por la consecución de un gran tesoro, se verán obligados por una feliz peripecia del guión, a colaborar entre sí en pos de un bien común, siendo que, lógicamente, ninguno de ellos se fía un carajo del otro y las traiciones y suspicacias estarán a la órden del día. Todo esto enmarcado en la Guerra de Secesión estadounidense. El progresivo aumento de presupuesto de las películas de la trilogía nos permite entrar de lleno en el conflicto americano con el que Leone retrata el absurdo de la guerra. Esto último sería la única aproximación del romano al cine bélico ya que su prematura muerte nos dejó tristemente sin su anunciada película sobre "Stalingrado", aunque ésta fue realizada finalmente por otro director con resultados algo discretos.
La película. Sin embargo, pese a contar con más medios, Leone no pierde la perspectiva de que está cerrando una etapa, y no pretende realizar el western definitivo (ya lo hará más adelante) y tampoco descuida los grandes diálogos marca de la casa, así que la película es totalmente coherente con la anterior, quedando algo más alejada de "Por un puñado de dólares". Sí va un poco más allá al incluir el conflicto bélico y la película pasa a tener un tono más "de aventuras".
Estas novedades benefician al conjunto y ayudan a que la impresión sea que, pese a contar con prácticamente el mismo equipo de la anterior, "El bueno, el feo y el malo" no sea un remake encubierto y es que Leone, en el broche de su trilogía, no se limita a fusilar los éxitos anteriores (algo que sí hicieron en mayor o menor medida F.F. Coppola, George Miller, Steven Spielberg, George Lucas o Robert Zemeckis) y consigue ofrecer algo nuevo y mejor a la audiencia.
Conclusión. Sergio Leone culmina su trilogía con el punto más alto (a ver si aprendes, Coppola) y nos lega otra influyente obra inmortal que comparte la cima del Spaguetti Western junto a otro film del romano, a comentar más adelante. Lo dicho, un
10.
saludos!!!