He leído
Colección Extra Superhéroes Nova Nº 2: El regreso de los Cuerpos Nova.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Abnett y Laning continúan realizando una etapa memorable dentro de la serie regular protagonizada por Richard Rider, que a mí personalmente me está ofreciendo una lectura sumamente entretenida e interesante. Desde luego, una auténtica revitalización de la faceta cósmica del Universo Marvel de una calidad innegable. Buenos tebeos que combinan a la perfección la ciencia ficción y el género de superhéroes con una magnífico tratamiento de personajes, bien integrados en la actualidad y con mucho respeto hacia el pasado de la editorial. Una lectura recomendable sin ningún género de dudas.
Este segundo tramo de la serie comienza con una línea argumental en la que Nova se las tiene que ver con Galactus y Estela Plateada, su heraldo en aquel momento, cuando acude a una llamada de socorro de un planeta al borde de su desaparición. Curiosamente, el Devorador de Mundos sirve prácticamente como telón de fondo, ya que la trama principal gira en torno a una amenaza extraterrestre de carácter psiónico que pondrá en serios apuros a Richard Rider. Cabe destacar el retrato que hacen DnA de Norrin Radd que, a pesar de mantener ese fondo humanitario, está especialmente distante en esta historia, además de muy entregado a la causa de su amo. Por otro lado, tenemos a un Nova que tras dos conflictos interplanetarios está más decidido que nunca ejercer su papel de policía galáctico, no solo como salvador de toda una raza, sino que, a pesar de las circunstancias, no está dispuesto a ejercer de juez, jurado y verdugo, por lo que cualquier villano, por cruento y malvado que parezca, debe ser retenido y no eliminado. Interesante reflexión sobre el valor de una vidas tras su experiencia en una serie de guerras donde la muerte era una moneda común, lo que de alguna forma da pistas de que ni ha perdido su cordura, ni tiene algo parecido a las secuelas del soldado; algo muy importante para el devenir de la colección en los siguientes números.
A continuación, DnA siguen apoyándose ne la continuidad Marvel todo lo posible para construir sus historias, algo realmente curioso, cuando el núcleo central de las colecciones de la casa de las ideas en aquellos momentos lo obvió todo lo que pudo y más. De ese modo, tenemos el siguiente regreso de Rider a su planeta natal en el momento en el que la Tierra está inmersa en la Invasión Secreta. Una vez más, estos guionistas demuestran el potencial de esta guerra secreta que partió de un interesante concepto de Bendis, pero que su desarrollo posterior dejó mucho que desear. En esta especie de
tien-in del evento, los autores rescatan para la ocasión a un viejo conocido de Nova, el Superskrull. También se aprovecha la oportunidad para comenzar una serie de guiños y homenajes a Mark Gruenwald a través del Proyecto Pegaso y su propio director, así como con la resurrección de un personaje de cierta relevancia para el autor. Además, tendremos la presencia de la Sociedad Serpiente para rematar este pequeño recuerdo de uno de los grandes vigilantes de la continuidad en la historia de la Casa de las Ideas. El retorno al hogar implica recuperar viejas amistades como el reencuentro de algunos de sus antiguos compañeros de equipo en los Nuevos Guerreros, para constatar así no solo el paso del tiempo, sino la maduración del protagonista en las manos de esta pareja de guionistas.
Finalmente, tenemos el regreso de los Cuerpos Nova, que fueron totalmente destruidos durante la Oleada Aniquiladora, por lo que Mundomente decide que ha llegado el momento de devolver al Universo a sus mayores defensores, presentando unas cada vez menos disimuladas influencias sobre los Green Lanterns Corps. Curiosamente, no ha aparecido aún el Nova Picachu, que se dejó ver en el anual del anterior tomo. Esto dará pie a una nueva fase en la vida de Rider, que pasa de ser el contenedor de la Fuerza Nova, la Mundomente xanadariana y una enorme responsabilidad a un papel más secundario dentro del organigrama de los Cuerpos Nova. así se va gestando una interesante trama que nos plantea diferentes cuestiones y nos acerca hacia la posibilidad de que en esta ocasión el enemigo podría estar en nuestra propia casa. La vida de Rider está a punto de sufrir un cambio importante, lo que no sabemos es is será algo temporal o definitivo. La respuesta, esperemos, estará en el siguiente tomo...
Por último, en el apartado gráfico tenemos a principalmente a Wellinton Alves , que se perfila como un buen relevo al trabajo de Sean Chen. A pesar de ciertas diferencias iniciales, el traspaso del lápiz no supone ningún tipo de conflicto, teniendo una transición apenas perceptible. Además, se ve cierta evolución positiva en el artista, lo que da una mayor cohesión gráfica a la serie, salvo en momentos puntuales cuando es asistido por Gerardo Burges, que me ha parecido un artista de menor calidad con demasiadas irregularidades. No obstante es algo puntual y el resultado final no consigue resentirse. Ahora se acerca un nuevo conflicto y parece que Nova no estará presente, aunque a buen seguro que el Cuerpo Nova jugará su papel, ya que supone la reconstrucción de un ejercito dispuesto a defender la paz del Universo, o puede que nuestra consagrada pareja de guionistas tenga planes muy distintos para ellos, nunca se sabe. Yo, al menos, intentaré estar presente para ver que sorpresa nos deparará el futuro.