Esta película es una de esas prodeucciones que hacen una interpretación libre y con estética de videoclip de la obra de James O Barr. Por suerte retoma las bases y rescata esas frases lapidarias que inundan la narración gráfica. Convertida en película de culto por la muerte del protagonista, el Cuervo juega a ser la primera en sustituir a un actor (por razones obvias) con movimientos por ordenador. Queda gracioso año despues, como ver al T1000 salir de las llamas, peor visto de priemas impacta. Ambas escenas, aunque aqui en el Cuervo si que se notaba demasiado.
Volviendo al cuento gótico. La historia se desliga bastante del comic, pero para eso es una adaptación y cumple bastante bien. La escenografía, la ambientación, la iluminación y esa mezcla entre ciudad gótica, oscura y bastante acabada, con los momentos musicales de un magnífico Graeme Revell, dan una atmósfera apagada y clarooscura. Por contra, la estética punk regada de videoclips incrustados en la película, provocan la sensación de caos y estética videoclip, donde los grupos underground del momento se lucieron para dar la nota musical y el lado más "cañero" a la película.
Las interpretaciones cumplen, no son extraordinarias ni terriblemente malas, se mantinen y se sostienes, destacando a Michael Wincott, con el villano carismático y cruel que da un punto al conseguir un villano interesante a la película.
Un juego de pinchos y sombras, quizás el fallo de esta adpatación ese que se pierde ese contraste entre inocencia y crueldad, pero aqui se diluye y se distribuye con el papel de Sarah y el sargento Albrecht, un cuento gótico punk de amor, cuyo objetivo es ser puramente estético e impactar con sus frases al espectador. Una película meláncolica y triste que deja un sabos amargo en el espectador. 10 puntos.