Sinopsis: La Patrulla-X regresa a casa tras la batalla contra la Hermandad de Mutantes Diabólicos liderada por Magneto en compañía de un convaleciente Profesor-X que acaba de perder sus poderes como consecuencia.
Tras poner a descansar a su mentor y decidir que deben seguir adelante basándose en sus enseñanzas, el grupo recibe la visita sorpresa de los padres de la Chica Maravillosa, el señor y la señora Grey, que acuden a visitar a su hija. Mientras el grupo les muestra la mansión y justifican la ausencia del Prfesor, Cíclope queda encerrado por error en la Sala de Peligro con una sesión programada para la Bestia, pero logra salir indemne.
Concluída su visita, los Grey se marchan en su coche. En su camino se cruzan con Mente Maestra, quien se haya en las proximidades tratando de localizar el paradero de la base de la Patrulla. Tras informar a Magneto de que no ha tenido éxito, este le ordena regresar a la base de la Hermandad, situada en un asteroide que recibe el nombre de Asteroide-M. Tras ser recogido por su compañero Mercurio, ambos llegan al asteroide, donde su líder afirma tener un nuevo plan para conseguir la ansiada información que buscan.
Un tiempo después, mientras tratan de seguir con su rutina pese al estado del Profesor, la Patrulla ve en televisión a un participante de una maratón que logra ganar todas las pruebas mediantes poderosos y sobrehumanos saltos. Concluyendo que es un mutante y viendo que la multitud asistente se lanza contra él acusándole de tramposo, el grupo decide acudir al lugar para ayudarle. Una vez allí, logran poner a salvo al atleta y contener a la muchedumbre, pero se ven obligados a marcharse del lugar en metro.
En el transporte público, Bestia descubre que el atleta no es otro que el Sapo disfrazado, en un intento de este por ser llevado a la base de sus enemigos. Cuando llegan a una estación, el Sapo escapa y la Patrulla-X comienza perseguirle. En ese instante aparece el resto de la Hermandad de Mutantes Diabólicos en el lugar. Tras una breve batalla entre ambos grupos, los villanos logran escapar con el Ángel como rehén, mientras que el Sapo queda en manos de la Patrulla.
En el Asteroide-M, Magneto trata de minar la voluntad del Ángel para que le revele la localización de su base, pero no lo logra. Mientras tanto, en la Tierra, el Sapo comienza a actuar de manera vacilante y balbuceando que debe reunirse con Magneto, tras lo cual emplea un dispositivo para que una cápsula de recogida procedente del Asteroide-M le lleve hasta este. La Patrulla-X se sube junto a él.
Una vez en el Asteroide-M, se inicia de nuevo una confrontación entre ambos grupos. Mientras Cíclope logra alcanzar la cámara principal y enfrnetarse a Mercurio, el resto de su grupo libera al Ángel de su confinamiento.
Durante el desarrollo de la batalla los detonadores del Asteroide-M son activados, provocando que comience a fragmentarse en varios pedazos. Magneto logra noquear a Cíclope y encerrarle en una de las secciones que se desprenden, pero es rápidamente salvado por el resto de la Patrulla-X.
Finalmente la Patrulla accede a la única nave de salvamento y regresan a tierra firme, mientras su medio de transporte regresa para hacer lo mismo por sus enemigos. De vuelta a la mansión, descubren que la aparente pérdida de poderes del Profeosr-X ha sido un engaño y realmente su mentor ha seguido sus progresos en todo momento, explicando además que todo era un ardid para que se desenvolvieran en solitario a modo de examen final de su entrenamiento.
Edición española: Biblioteca Marvel: La Patrulla-X #1,
Marvel Masterworks: La Patrulla-X #1,
Marvel Gold: La Patrulla-X original #1Datos importantes:-En este número aparece por primera vez el Asteroide M, la base orbital de Magneto y la Hermandad de Mutantes Diabólicos.
-Debut de John y Elaine Grey, los padres de la Chica Maravillosa, aunque en esa historia no se revelan sus nombres.
Reseña:Concluimos mes con una nueva reseña de la colección protagonizada por los más inusuales adolescentes de todos los tiempos. Primero de todo me gustaría indicar que iba a ser realizada por nuestro compañero
Exiles, pero diversas vicisitudes no se lo han permitido y la responsabilidad ha recaído sobre mis hombros. Teniendo en cuenta que fui el encargado de comentar el número inmediatamente anterior y del que este es continuación, todo queda en casa.
X-Men llega a su quinta entrega, todavía con cadencia bimestral, y yo lo primero que me veo obligado a comentar es la portada. Y es que no sólo Kirby no debía tener el día inspirado cuando la hizo, sino que se vuelven a repetir los mismos fallos de coloreado en varios de los villanos, y tenemos ese cartel... Ese maldito cartel rojo rectangular. Fijaos que está a la vez detrás de la cabeza de Cíclope y en la parte interior del cristal que retiene al Ángel.
Lo siento, pero ahora os va a pasar como a mí. Lo vi una vez y ahora no puedo dejar de hacerlo cada vez que me plantan la portada delante
Pero dejando la creación de traumas visuales a un lado, entremos en harina.
Como he comentado, este número es una suerte de continuación del anterior. En aquel pudimos conocer al grupo de villanos que Magneto había formado para ser el reverso oscuro de la Patrulla: La Hermandad de Mutantes Diabólicos. La contienda que tuvo lugar entre ambos equipos en el ficticio país de San Marco se saldó con una importante baja, el Profesor-X perdió sus poderes a causa de la explosión de una bomba.
Y es en esa tesitura en la que nos encontramos a nuestros protagonistas, regresando a su casa con un convaleciente Profesor.
Lo hemos podido ver este mismo mes en otros títulos como Thor, Spiderman o los 4F. De manera directa o indirecta las historias de un número suceden al de la anterior. Aunque sean de espíritu autoconclusivo, los personajes vienen de una situación ya contada. El universo Marvel vive.
Tras poner a descansar a su mentor y asegurarse que todo está en orden, la Patrulla comienza a lamentar su suerte. No debemos olvidar que se trata de adolescentes, todavía inexpertos en su misión de salvaguardar al mundo de los mutantes malvados (en el número anterior celebraban su primer aniversario como alumnos de Xavier). Así que, por narices, esta nueva situación no lea hace ninguna gracia.
Pero, ay, esto es la Era Marvel, y si por algo se caracteriza es porque no hay ni un respiro. Casi por sorpresa, los padres de la Chica Maravillosa se personan en la mansión camino de la Feria Mundial de Nueva York, una exposición internacional que se celebraba ese mismo año, con afán de conocer al tutor y compañeros de su querida hijita.
El señor y la señora Grey, que no volverán a asomar por las páginas de la colección hasta dentro de trece años, en plena efervescencia de la etapa de Chris Claremont, parecen obedecer a una única razón de ser: Mostrar que los miembros de la Patrulla son seres de carne y hueso, con una identidad y una vida.
Y es que no hay que olvidar que esta está siendo una de las series más... digamos, superficiales, en lo que al tratamiento de sus propios protagonistas se refiere. No fue hasta el tercer número que empezaron a diferenciarse sus personalidades y de momento no sabemos nada de su pasado o de la propia formación del grupo. Pero bueno, aquí ya tenemos un pequeño ladrillito más a partir del cual construir.
Algo que no podía faltar y que Lee a estas alturas ya ha convertido en tradición dentro de la serie es una secuencia en el interior de la Sala de Peligro.
En este caso se introduce un elemento novedoso. Y es que, a causa de un despiste, Scott queda encerrado en la misma y debe enfrentarse a una programación ideada para la Bestia. Ver a Cíclope teniendo que defenderse de una situación repleta de saltos y trapecios empleando sus rayos ópticos a plena potencia para romper todo lo que se le pone a tiro nos da una idea de lo destructivo de su poder. Una buena demostración de que sus lamentos sobre la imposibilidad de llevar una vida normal no son ninguna tontería.
Con la visita concluída, la "normalidad" regresa a la mansión. Mientras los Grey se marchan, podemos ver que Mente Maestra, uno de los mutantes malvados que conocimos en el número anterior, se encuentra recorriendo las proximidades en busca del cuartel general de nuestros protagonistas... Lástima que estando tan cerca reciba un mensaje de Magneto y sea recogido poco después por el velocista Mercurio. Si él supiera...
El reencuentro de ambos villanos con sus compañeros de la Hermandad se produce en su nueva base, el imponente Asteroide M.
Dicho asteroide, a pesar de que aquí va a tener un triste final, con el paso del tiempo se ha convertido en una de las muchas señas de identidad del Amo del Magnetismo. En estas páginas es una idea novedosa, acostumbrados a las bases situadas en castillos como los del Doctor Muerte o el Mandarín, pero Lee y Kirby prescinden de él tras presentarlo y no será rescatado hasta dentro de mucho tiempo para cobrar una mayor relevancia.
Volviendo a la Hermandad, se vuelve a hacer hincapié rápidamente en el polo opuesto que suponen respecto a la Patrulla-X. No simplemente por la maldad inherente ya hasta en su propio nombre, sino porque lo primero que hacen Mercurio y Mente Maestra es enzarzarse en una discusión con el Sapo que acaba llegando a las manos. La Hermandad es un grupo de seres risibles que se tienen inquina entre ellos y a los que sólo une su lealtad (y temor) hacia Magneto. Dejando a un lado a Mercurio y la Bruja Escarlata, como hermanos que son, no hay camaradería. No son un auténtico grupo.
Como detalle, indicar que en esta escena se produce un error bastante grave dentro de la narración de la propia historia. Magneto afirma que llevan varias semanas rastreando a la Patrulla-X. Pero se nos ha ido dejando claro hasta ahora que los acontecimientos que hemos visto han ocurrido inmediatamente después del conflicto en San Marco. Despiste claro de Lee a los diálogos, como mínimo.
Con la promesa de un nuevo plan urdido por Magneto, la acción se traslada, ahora sí, a un tiempo después.
En su cuartel general, la normalidad ha regresado para los mutantes adolescentes dentro de lo que cabe. Mientras el Profesor se recupera poco a poco, los distintos miembros del grupo tratan de seguir con sus vidas, cada uno de ellos mostrándonos un pedacito de su personalidad. Scott prefiriendo estar solo y preocupándose más que nadie por la situación, Hank tratando de desconectar mediante la lectura, Jean sacando su vena maternal cuidando al Profe...
Pero como decía, los cómics que reseñamos no se caracterizan por respiros prolongados. Y algo tan simple como un campeonato de atletismo televisado da el pistoletazo de salida para una nueva situación en la que nuestros protagonistas tendrán que enfundarse los uniformes. Un atleta capaz de dar unos prodigiosos saltos está acaparando las medallas de todas las modalidades posibles de manera muy poco disimulada, despertando las iras de los asistentes.
Podría decirse que estamos por fin ante el primer round establecido entre la Patrulla-X y el humano de a pie. Al fin y al cabo lo primero que hacen al llegar es mantener a raya a los caballeros de traje y sombrero que pretenden linchar al supuesto mutante. Pero aunque en esencia se trate de eso, el motivo de la furia de la gente es sentirse estafada, no esa histeria hacia otra raza que tan patente será en este propio título y en todos los que acabarán derivando de él décadas más tarde.
No obstante, sí se nos deja una especie de declaración de intenciones al respecto en un diálogo de la Bestia: "¡Y mirad el público! ¡Están lívidos de rabia! El Profesor-X nos advirtió de eso... ¡Los seres humanos temen y desconfían de cualquiera con superpoderes mutantes!"
Tras huir como pueden de la turba enfurecida, que les impide desplazarse en el coche con el cual han llegado, la Patrulla-X y su misterioso posible nuevo aliado se alejan de la zona en metro. Esto no deja de ser curioso, ya que en anteriores números se les ha visto usar diversos aeroplanos para sus desplazamientos. Exigencias del guión, supongo.
Sea como sea, en el interior del metro se descubre el pastel. Y es que el atleta no es otro que el Sapo disfrazado con una máscara bastante simple que haría sonrojar al Camaleón, pero que hasta que la Bestia suma dos y dos sobre sus poderes saltarines había servido para dar el pego.
El ardid del Sapo no era otro que engañar a la Patrulla para que le llevaran a su base y así pasar la información de su localización a su líder, algo que parece obsesionar bastante a Magneto en este número.
Pero, una vez el plan ha saltado por los aires, los acontecimientos se precipitan y lo que comienza como una persecución para atrapar al Sapo termina siendo el segundo enfrentamiento oficial entre nuestros protagonistas y la Hermandad, en una secuencia con bastante acción en la que los combates entre miembros de ambos grupos se suceden rápidamente. Bestia contra el imposible poder de la Bruja Escarlata, el Hombre de Hielo enfrentado a las ilusiones de Mente Maestra o la velocidad de Mercurio contra los rayos ópticos de Cíclope.
Sin embargo, la refriega se da como zanjada por Magneto cuando este logra tomar como rehén al Ángel, ordenando a los suyos que escapen mientras la Patrulla-X hace lo propio con el pobre Sapo.
De regreso al Asteroide-M, Magneto coloca a su prisionero en una cámara especialmente diseñada para torturarle mediante luces y sonidos insoportables con el objetivo de hacerle hablar sobre el paradero del cuartel general de su grupo. Sin embargo, pronto se da cuenta que hay pocas cosas más férreas en el universo Marvel que la voluntad de un Hombre-X entrenado por el Profesor Xavier.
Sobre esta situación me gustaría hacer dos apuntes, uno positivo y uno negativo. Por un lado es ciertamente agradable ver que el papel de "damisela en apuros" es interpretado esta vez por Warren. Capturar a Jean habría sido demasiado manido visto lo visto con Sue tantas veces en el título de los 4F, pero tampoco me habría sorprendido ni un poco.
Por el otro lado tenemos el hecho de que aquí se certifica que el pobre Ángel es el miembro con menos poder de todo el equipo. Su captura mediante un amasijo de hierros ha sido insultantemente fácil y una vez en el asteroide Magneto no necesita siquiera atarle porque lo único que puede hacer es volar y gracias. Muy descorazonador para él.
Llegados a este punto, y a falta de apenas unas siete páginas para terminar el número, el conflicto está servido pero el tiempo apremia. ¿Cómo se producirá el encuentro final entre ambos grupos?
Lee opta por un método bastante burdo, la verdad. El Sapo, que sigue en la Tierra bajo la atenta vigilancia del resto de la Patrulla-X, comienza a actuar como si estuviera ido sin motivo alguno, ignorando todo lo que le rodea y balbuceando que debe reunirse con Magneto cuanto antes.
Finalmente, mediante un dispositivo escondido en sus calcetines, contacta con su líder y este le envía una cápsula de recogida para llevarle al asteroide. Debidamente decorada con una gigantesca y flamante "M" marca de la casa, claro. Y sin preguntar nada. Sin cerciorarse de que la Patrulla no le sigue.
Todo muy gratuito, vaya.
Apretujaditos en la cápsula junto al Sapo, nuestros protagonistas logran alcanzar el asteroide de sus enemigos y entonces la acción se precipita. La lástima es que el enfrentamiento a cara de perro entre ambos grupos que yo al menos llevo dos números ya esperando, no se acaba de producir. En su lugar Magneto opta por quedarse en su puesto de mando y emplear un "intensificador magnético" para que las distintas partes de la base hagan el trabajo sucio.
Una placa de metal que cubre la cara de Cíclope, un extraño aparato que surge de una pared y anula los poderes de la Chica Maravillosa o unos chorros de fuego procedentes de la pared para amenazar al Hombre de Hielo son una muestra del poder de Magneto sobre el complejo, pero ninguno es suficiente para detener a nuestros héroes.
Haciendo honor a la megalomanía que le caracteriza en estas primeras apariciones, Magneto decide usar medidas desesperadas y a punto está de mandar toda la sección en la que se encuentran sus enemigos a la fría deriva en el espacio. Pero es detenido por Mercurio y la Bruja Escarlata, los cuales Lee muestra una vez más como villanos obligados que no están nada de acuerdo con los designios de su líder y no permitirán el asesinato.
Esta idea es reforzada cuando Cíclope irrumpe en la sección en la cual se hallan, proponiendo a Mercurio un cambio de bando en cuanto le ve e incluso ofreciéndole un lugar junto al resto de Hombres-X. La respuesta de Mercurio es tajante: Odia a Magneto y lo considera su enemigo, pero también a la Patrulla. Y ambos mutantes comienzan a pelear.
Por su parte, el resto del grupo logra liberar al Ángel de su prisión. O no... más bien debería decir que es Jean quien logra liberarle rompiendo el cristal con un tanque químico cercano. Minipunto para Lee esta vez, señores.
Tras rellenar unas cuantas viñetas con una nueva ilusión de Mente Maestra o Magneto lanzando una extraña granada-dardo, se desata el caos. El asteroide comienza a partirse por todas partes porque, según el Amo del Magnetismo, "alguien debe haber caído sobre los detonadores"... ¿Quién construyó esa base? ¿El Coyote?
Como digo, el caos se desata y todo el mundo comienza a correr desesperado. Magneto se encuentra con Mercurio y Cíclope todavía enzarzados y noquea al Hombre-X, lanzándole a continuación a una de las secciones que ya están a punto de separarse del resto.
La cosa es que según él hace esto para que corra el mismo destino que sus compañeros. Pero entonces sus secuaces le informan de que no. Que el resto de la Patrulla... Ese resto de la Patrulla al que estaba combatiendo un minuto antes y que debería saber perfectamente dónde está, no se halla en esa sección. A mí que me lo expliquen. Entre el comportamiento de antes del Sapo y la torpeza de Magneto, empiezo a pensar que la sección del asteroide a la que se daba más uso era en la que se encontraba el mueble-bar.
En fin, como ya hemos visto, un Hombre-X nunca estará en verdadero peligro si hay otro cerca. Y Cíclope es salvado por el Ángel después de que el Hombre de Hielo construya un túnel de ídem para conectar con la sección que empieza a ir a la deriva tras su separación y evitar así el frío y los rigores del espacio exterior. Que antes de hacer eso están frente a un boquete enorme que asoma a esos rigores parece que les da un poco menos igual.
Con el grupo reunido de nuevo sano y salvo, toca volver a casa. ¿Y cómo lo hacen? Pues empleando la única nave de salvamento disponible. Aparentemente haciéndose con ella antes que sus rivales... Que no estaban ocupados salvando a nadie... Y les dejan cogerla así como así... A pesar de que cuando llegan a tierra comentan que Magneto "puede controlar mentalmente su curso"...
...
Corramos un tupido velo y dejemos a nuestros valerosos
ninja adolescentes mutantes de vuelta en casa, habiendo logrado superar su primera misión en solitario contra los más terribles enemigos. Han demostrado valerse por sí mismos, no necesitar la guía de su maltrecho mentor, con cuya ayuda ya no podrán contar jamás.
Lástima que al final todo haya sido una treta del propio Profesor. Nunca perdió su poder. Nunca estuvo desvalido. Ha seguido las acciones de su equipo todo el tiempo y se enorgullece de decirles que han aprobado "el examen final". Hoy en día, este cómic no habría acabado con esa cara sonriente del Profesor. Sino con el ya famoso meme "Trollface" y un "Problem?".
Y es que como dirá una jovencita atraviesa-paredes de Illinois dentro de mucho tiempo: "¡El Profesor Xavier es un idiota!"
Valoración: Número realizado con piloto automático, me atrevería a decir que para cumplir con los plazos de entrega mientras los autores piensan en otras series. Es una continuación del anterior pero peca exactamente de las mismas cosas, convirtiéndose en algo redundante y que no aporta ningún aliciente más. El combate definitivo entre la Patrulla-X y la Hermandad nunca llega a producirse, limitándos a escenas de acción que son divertidas y trepidantes pero que no cumplen con las expectativas.
Según avanza la historia las casualidades se suceden y como sucede otras veces parece haber prisa en acabarla de manera precipitada. Como aspecto positivo tenemos más trabajo a la hora de mostrar las personalidades de los personajes, de dotarles de tridimensionalidad a través de sus actitudes ante la pérdida de poderes del Profesor, y pinceladas interesantes como esa ambiguedad en las acciones de Mercurio o las primeras muestras de acciones antimutantes entre el humano de a pie.
En el apartado artístico tenemos a un buen Kirby y un más que correcto Reinman, pero que no se aclaran a la hora de dotar a la Bestia de guantes o no, ganándolos y perdiéndolos varias veces, hasta en una misma página.
Una serie con buenas ideas e intenciones pero que aún requiere mucho trabajo.