Pues efectivamente, menuda castaña nos han colado, madre. Nos ha quedado buen año entre Harley y ésta. A destacar varios puntos infames:
- Dos prólogos que son para salir corriendo. Unas olimpiadas amazónicas larguísimas que ni son verosímiles ni interesan a nadie ni aportan nada y uno actual que parece salido del Batman y Robin de Schumacher, faltaba el Chuache por allí soltando alguna gracieta relacionado con el frío.
- La ambientación ochentera, de adorno, está para que al principio (porque después ni eso) salgan unos extras disfrazados y para hacer un par de gracias con la moda de la época. Para esto has sacrificado dos personajes potencialmente importantes del UDC, y la continuidad de tu propia protagonista, que se supone que no vuelve al superheroismo hasta que aparece Superman y aquí le falta hacerse una foto con los transeúntes.
- De la primera hora y media le sobra más de la mitad sin problema, muy mal organizada. Muchísimo metraje insulso.
- Villanos deficientes. Cheetah es literalmente el Electro de Jamie Foxx, con sus pros (¿?) y sus contras; y Max Lord directamente un engaño, un Skrull con su nombre que no se le parece en nada.
- El peor final de la historia de los finales. Bochornoso, increíble en el sentido literal y rematado con una post-créditos que todavía no me creo que aprobaran semejante fanboyada.
En fin, descalabro total. Se va al fondo de la lista, jugándose el descenso.