He leído
Los Muertos Vivientes Nº 22.
Creo que es la primera vez en mucho tiempo que me parece que un tomo de esta colección es demasiado lento. No puedo decir que no me haya gustado, pero sí que he tenido la sensación en las primeras 100 páginas que esto es lo más parecido a un epílogo que precede al final. Sin embargo, a tenor de cómo se desarrollan los acontecimientos en la parte final, bien podría ser un nuevo comienzo, como indica el título del recopilatorio.
El salto temporal también me ha gustado, pero la ampliación del plantel de protagonistas apenas se ha desarrollado. Las nuevas incorporaciones son meros nombres asociados a una labor en esta civilización naciente que comienza a disfrutar de placeres olvidados como la elaboración de pan y otras cuestiones industriales. Kirkman parece empeñado en hacer caer el gran peso de la trama en Rick y su hijo, una relación que explora en cierta forma la emancipación de Carl en un mundo que aún no es todo lo seguro que les gustaría a todos. Me parece bien que se siga explorando ese día a día en la difícil relación entre padre e hijo, pero con la proliferación de personajes que se pueden apreciar, echo en falta un poco más de coralidad.
Coincido con
vdevictor en que
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Por lo tanto, hay algo que no me termina de cuadrar en esa situación.
Cabría destacar el papel de Rick,
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Más allá de las cuestiones logísticas y de la evolución tecnológica para la supervivencia de la comunidad y la estrecha unión entre la Cima, me parece importante señalar el buen ambiente de convivencia que se respira. Cada uno tiene su rol y lo desempeña lo mejor que puede, pero ante todo parece haber cierta solidez en las relaciones, al igual que un aire de camaradería. Todos se unen tras una experiencia tan complicada como sobrevivir en un mundo apocalíptico y después de multitud de vicisitudes encuentran un poco de paz en un lugar en continuo desarrollo. Quizá se ha explorado mucho más en la serie las diferencias entre comunidades, por lo que no me parece mal que se ofrezca la visión de un mundo ligeramente idealizado en tales circunstancias. También es cierto que eso es precisamente lo que provoca que la colección se convierta en una especie de telenovela en la que todo gira en torno a las relaciones de algunos personajes. Ya sea tanto en la consolidación de algunas uniones como el asentamiento de la familia de Rick, mientras que en otras tenemos los desamores de Eugene y Rosita. Aunque no se puede negar que es algo totalmente lógico y realista, no deja de ser un tema que en cierta forma si se abusa de él ralentiza el interés de la serie. Me gusta ver el desarrollo de los personajes y sus interrelaciones, pero pienso que durante gran parte del tomo no había una subtrama que indicase que había algo más. Es por eso que seguramente este tomo me haya dejado esa sensación un tanto encontrada tras su lectura. O quizá en los anteriores volúmenes ha habido tanto ritmo que con este parón me ha dado un pequeño bajón. No sé, la serie me sigue gustando, pero por un momento me parecía que perdía fuelle.
En la parte final, se plantea la nueva amenaza y tengo que reconocer que lo he visto venir. Al principio,
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Desde luego, la conclusión nos deja en un punto interesante y con ganas de saber como continúa.