No te creas, para entender a Superman no hay que leer nada de eso, para entender a Superman solo hay que leer Superman (bueno y Action Comics) lo demás no dejan de ser pajas mentales y querer buscar la sexta pata al gato.
Si lees Super y la conclusión que sacas es que Clark Kent es un disfraz y una identidad ficticia entonces en primer lugar no te has enterado de nada de lo que va la historia y en segundo lugar no te gusta Superman.
Y siento sonar tan rotundo y capullo, pero es que lo veo así.
Entiendo entonces que no te tendré como lector en nada de Superman que salga con mi nombre.
Me lo puedo permitir, la verdad.
Yo diría, siguiendo tu analogía, que entonces para escribir cualquier cosa sobre cómics solo hace falta que el descerebrado de turno se haya leído los 400 números anteriores y nada más, porque todos sabemos que los mejores autores de tebeos son aquellos que solo leen exclusivamente tebeos, y que no innovan nunca, que el género es completamente endogámico, y que cuánto más follen los primos, más listo sale el niño.
Y aún diría, si me lo permites, en respuesta a tus formas, que creo que el que se ha enterado de poco eres tú, no solo sobre Superman, sino sobre cualquier cosa que leas, lo que hace que no me interese lo más mínimo tu opinión sobre el tema.
Así iríamos a pachas, y a cada uno que lea y que lo lean (si es que es el caso) según merezca.
O que Mike Moran (y eso que aquí si hay dos personas distintas) puede convivir con el Übermensch sin que este lo engulla (y de ahí viene las dos mejores páginas del Miracleman de Moore en mi opinión, cuando Mike sube a la cima).
¿Y por qué no debería, me pregunto? Fíjate en Miraclewoman/April. O en la postura de la propia Liz Moran ante el "cambio"
Adoro esa escena de la cima, pero cuando la contrasto con la postura de los personajes femeninos de la historia encuentro que pierde fuerza y que tal vez Moore está metiendo aquí un poco de drama intencionado al asunto.
Creo, compañero, que Moore de lo que peca en Miracleman es de centrar más la mirada (lógicamente) en Mike. El desarrollo del personaje de April es casi nulo, y sabemos más de ella en la historia corta de Gaiman que en toda la obra original, donde se nos cuenta bien poco sobre sus dilemas éticos y sus problemas. Y sobre todo, cuando comparo eso con el derrumbe emocional que sufre Liz a lo largo de la obra.
Meter un Dios en la vida cotidiana de una persona, es, por narices, algo que trastoca todo el statu quo. No puede ser de otra forma. Me parece poco creíble que la inclusión de una persona así en un ecosistema (civilizado o familiar) no sufra ciertas consecuencias. No puedes continuar con tu vida de la misma forma. No es posible. Y narrativamente, no es solo la perspectiva más creíble, sino la más interesante.
Lo demás me parecería una visión simplista del tema, que puede funcionar en clave de aventuras, comedia o enredo, pero que no tiene la intención de mirar más allá de un tío en calzoncillos que vuela.
No creo que esté diciendo nada distinto a otros autores como Ennis, Moore, Morrison, Gaiman, Ellis o Milligan. Vamos, que los mimbres con los que vengo, no son precisamente malos.
Essex no entiende a Superman.
Ni le entiende, ni le ama.
La verdad es que con el tiempo, cuando he tenido que escribir tanto a y sobre estos personajes, tanto en Marvel como DC, sí que he llegado a querer a Clark, y no diría que haya hoy día un personaje de cómic que odie. Cosa que tu asquerosa antipatía gamma no puede decir
Pero yo dejé la idea juvenil del barca-madrid de Batman-Superman hace ya algún tiempo, y precisamente, me parece mucho más interesante el concepto moral y filosófico del Supes, que el del murciélago (para que veas).
La idea del Dios entre los hombres, del Dios que no quiere gobernar, sino ser uno más, me parece apasionante. Y creo, como llevo diciendo ya muchos años, que eso hace además de Lex uno de los mejores personajes del género (en cuanto a que es el último humanista que se erige como el Prometeo moderno que promete robar el fuego para los hombres). La presión social que debería tener un acto así, la llegada del superhombre, plantea unas cuestiones que siempre son interesantes.
Porque personalmente, me parece casi una imbecilidad (aquí me pongo Moore) que a nadie con más de 30-40-50 años le interese solamente si Clark se lleva a Lois a tomar unos batidos o qué feliz son todos o no en el Planet. Creo, que el eterno combustible del personaje, lo que hace que su popularidad no se resienta a pesar de pelis mierdosas y tebeos mediocres, es que tiene uno de los conceptos mitológicos más potentes y complejos de todo el género, y eso, es oro. Más que unos secundarios graciosos o una identidad civil divertida. Yo también tengo esa clase de amor infantil y nostálgico por Peter Parker, pero la verdad, es que al pensar en Spider-Man, es lo que menos querría reflejar, porque esa visión ya tuvo su tiempo y lugar, y ahora, como autor y lector, apostaría por cosas nuevas.
Porque vendrá Morrison a hacer X-Men, y unos pocos inmovilistas gritarán coco, ya vienen a trastocarnos nuestros personajes infantiles a los que no quiero que les muevan un pelo. Sin embargo, unos cuantos leerán como el Profesor Xavier le dice a Hank; "Henry, por favor, mi silla", y sabrán que no hay por qué renunciar ni a la historia de los personajes, ni a una visión fresca y atrevida sobre ellos. De hecho, creo que uno de los mejores cómics del personaje es All Star Superman, que es tan delirante (y filosófica) como clásica y emocional. Lo que no es, es plana y babosa (rancia y sentimental) en ningún caso.
Pero en fin. Algunos querrán leer lo mismo de siempre sin "idas de olla" raras ni vayamos a pensar demasiado en el personaje.
Luego hay historias buenas y malas de los dos tipos, pero la verdad, puestos a leer o a escribir, hazlo a lo grande.
Y acierta o cágala a lo grande.
Mediocres ya hay muchos.