Dicen que unas enfermeras, cuyo nombre no puede dar, de una empresa que no puede decir pero que era la que cuidaba a Stan Lee hasta hace un año, le han acusado (pero pidiéndole dinero, no poniendo una demanda en el juzgado) y que el abogado de Lee les ha mandado una carta (que el periódico ha podido leer pero nadie más) con un cease and desist.
Por ahora, poca base. Veremos cómo sigue.