He leído
DC: The New Frontier Volumen Dos.
Finalizo la lectura de esta obra tras mi
anterior comentario.
En esta segunda parte, Cooke se vuelve mucho más superheroico. A pesar de que originalmente es una historia dividida en capítulos, debo reconocer que la división realizada por Planeta resulta bastante adecuada. La primera parte está centrada en la Segunda Guerra Mundial, sus consecuencias y el escenario político social de la época, el cual tiene una importante influencia en la que podemos denominar la decadencia de los héroes. En esta segunda parte, tenemos el resurgir de los héroes, una nueva génesis para el Universo DC moderno, una génesis con el sello indiscutible de Darwyn Cooke.
Si bien es cierto que se menciona constantemente esta obra como un homenaje a la Liga de la Justicia, construyendo una especie de origen alternativo, realmente yo veo aquí una oda al superhéroe en general y un intento de homenajear por completo al vasto e interesante cosmos de ficción que es el Universo DC. Y digo esto porque podemos ver apariciones de multitud de personajes que tienen una participación pequeña en la historia, pero son un ejemplo de como el autor intenta utilizar el máximo número de elementos en esta historia. A veces es un solo guiño en una imagen fija, otras es la mención del nombre de un personaje reconocible, y en otras es la aparición en toda regla de algunos personajes, aunque solo sea de manera testimonial o participando. Esto, como ya advertía en mi comentario inicial de la obra, sirve muy bien para añadir ese guiño al lector veterano, así como para dar a conocer al neófito a ciertos personajes. Además, unido a ese carácter genesiaco de la obra se refuerza en cierta forma que esta magnífica historia es muy recomendable para aquellos que quieran iniciarse en el Universo DC. Por su puesto, también influye su magnífica calidad, demostrando que el género de superhéroes también puede ofrecer productos dinos y de calidad suficiente para ser tachados de obras maestras, sin que sea necesario darle muchos rodeos al tema.
Tengo que reconocer que en los últimos tiempos, la mayoría de lecturas sobre superhéroes no me han parecido con la suficiente fuerza de otros tiempos. No obstante, el trabajo de Cooke ha conseguido no solo congraciarme con el género, sino que además llega a emocionarme en ciertos momentos. Y es que esta obra tiene un importante componente emocional, teniendo la capacidad de llegar al lector. Una de sus más importantes características es que más allá del homenaje a DC o a la Liga de la Justicia, es un homenaje con el mayor cariño posible al superhéroe. Ese concepto tan infantil pero que tiene un importante trasfondo en valores y que quizá solo es capaz de calar hondo a una determinada edad. Cooke sabe tocar las teclas adecuadas para que la obra tenga muy presente esa transmisión de valores propias del género, utilizando como vehículo temas sociales y candentes en la época como el racismo y la desigualdad. Sin embargo, en un momento de peligro, todas estas diferencias desaparecen. El miedo del gobierno a los superhumanos desaparece y nace una colaboración por necesidad. Ahora somos los habitantes de la Tierra, tirando al suelo las barreras que lo puedan diferenciar y unidos como una sola especia contra un enemigo común de los confines del espacio. De ese modo, tenemos la esencia básica del género llevada a su máximo exponente, con discurso de Superman incluido, pero sobre todo con un mensaje y una transmisión de valores que nunca debe perderse de vista. Cooke es fiel al género y a su esencia, y no por ello lo reviese de madurez ni se vuelve sofisticado, pero sí que profundiza en las raíces para ir directo al centro de las emociones y presenta una obra que no puede dejar indiferente a nadie.
El guion es maravilloso, pero el dibujo de Cooke es incluso superior. Su narrativa encuentra un equilibrio entre la espectacularidad y la efectividad siguiendo su aprendizaje en la animación. Hay viñetas de una sola página que te puedes quedar horas mirándolas sin ningún problema, mientras que en otros momentos la tensión y la emoción te embargan para saber como continúa la historia, que no está exenta de densidad, pero también tiene un ritmo bastante trepidante. Una obra en la que Cooke consigue lo más cercano a la perfección en el género para contarnos la historia de una época concreta en la que se unen hechos históricos con otros ficticios, ofreciendo la génesis del Universo DC moderno. Un relato apasionante que hunde sus raíces en los clásicos, pero que también abre las puertas de una nueva frontera hacia una era de prodigios. Una frontera que sin duda todos deberíamos cruzar.