He leído
AIDP Vol. 4.
Retomo la lectura de esta colección tras mi
anterior comentario.
Releyéndome a mí mismo, sinceramente, creo que poco más puedo añadir a lo dicho en el comentario enlazado. AIDP es una magnifica serie, que a medida que ha ido avanzando diría que ha superado a Hellboy en muchos aspectos. Lo sofisticado de las tramas de Mike Mignola y John Arcudi tiene aquí su punto culminante, dando vida a tres miniseries que conforman la trilogía final del ciclo argumental "La guerra de las ranas", que más que una conclusión propiamente dicha, más bien podríamos decir que es el comienzo del siguiente paso de esta colección, que me está pareciendo más interesante por momentos. Además, tenemos el arte de Guy Davis, que parece el sustituto natural de Mignola, lo cual confiere una solidez a esta obra impresionante en todos sus aspectos.
Al leer el prólogo, tenía la sensación de que este recopilatorio incluía el final de la serie, pero desde luego no ha sido eso lo que me ha transmitido la historia. Ni siquiera el tan traído e interesante temas de las ranas podríamos decir que ha concluido del todo, ya que se revela más bien como el prólogo de algo mucho más terrible y apocalíptico, que pone en una situación complicada a la totalidad del mundo. Eso sin contar que ha quedado en suspenso la trama de Daimio y su procedencia, que sucederá ahora con Liz tras las importantes revelaciones de esta saga, o como van a afrontar el nuevo peligro que acecha al planeta, entre otras cuestiones que dejan con ganas de mucho más. Pero si hay algo por lo que se caracterizan las tramas de este recopilatorio es por abrir una puerta al universo de ficción que estrenara Hellboy. La presencia de secundarios como Bogavante Johnson, o la bien cuidad cronología, así como el constante nexo de unión con aventuras pasadas tanto de la propia serie como de las protagonizadas por Hellboy en su propia cabecera, nos ofrecen un escenario perfectamente cohesionado y muy coherente que, a mí por lo menos, me ha parecido especialmente atrayente. Prácticamente le entran ganas a uno de que se publiquen más integrales de la serie Abe o incluso de Bogavante Johnson.
Desde el principio, AIDP ha seguido la estela marcada por el mismísimo Mignola en Hellboy. Es decir, utilizar elementos de la fantasía y lo sobrenatural para construir sus historias, siempre con un ojo puesto en el género del horror. En este volumen no solo se mantienen en ese ámbito, sino que diría que lo superan con creces, mostrando sus más que evidentes influencias en autores como H. P. Lovecraft, así como una curiosa mezcolanza de géneros como la ciencia ficción, el pulp, la leyenda o la cultura oriental en sus diferentes formas. Es dificil no ver en la batalla protagonizada por las rana y sus aliados de una antiquísima raza de las profundidades del planeta cierta influencia de "La Guerra de los Mundos" de H. G. Wells. Como es prácticamente dificil obviar esa mezcolanza de la cultura maya, la hindú, la tibetana y alguna más en los diseños de los personajes que aparecen en este tomo, así como el empleo de todo lo concerniente a Oriente desde una perspectiva sobrenatural. Quizá uno de los aspectos más interesantes de la serie que, sin ser algo referencial, ni creo que lo pretenda, utiliza elementos de aquí y de allá para construir algo nuevo pero, a la vez, algo que nos es tremendamente familiar. El género fantástico está muy gastado y creo que es complicado no acabar volviendo a los mismos clichés de siempre. No obstante, el tándem formado por Arcudi y Mignola sabe dar un giro de tuerca al tema y nos salen con una historia que no solo es interesante, sino que rezuma cierta frescura. Esto es un aliciente más para que el lector pueda sumergirse en la lectura y disfrutar de una serie que parece ir en un
in crescendo continuo. Si bien es cierto que también teneos la sensación de que se cierra un círculo, no es menos cierto que han quedado ciertos flecos que nos hacen pensar que todavía los autores tienen algún as en la manga para próximas entregas, que esperemos que no sea un final abrupto, dejando cosas pendientes.
Si con Hellboy he ido disfrutando cada vez más con la lectura de cada nuevo integral, con AIDP ha sido exactamente igual, pero diría que aumentando la sensación exponencialmente. Si uno de los principales aspectos es la historia, el otro sin duda es la construcción y desarrollo de los personajes, de manera que ambas cuestiones se complementen la una a la otra. A cada paso de esta saga tenemos un ejemplo perfecto, ya que cada miniserie sirve para avanzar en la historia principal, pero cultivando la pequeña subtrama de cada protagonista. Siempre desde una perspectiva coral, eso sí, pero es fácilmente apreciable como Liz ya no es totalmente la misma mujer que cuando empezó la serie, al igual que Abe Sapiens u otros miembros de la organización. La misma AIDP cambia de nivel dentro de sus competencias, volviéndose una organización mundial que responde a la ONU, cambiando su estatus y convirtiéndose en algo más complejo burocráticamente, otro de los aspectos que se ha cultivado en esta fase de la colección. De ese modo, los autores miman todos los detalles, hasta el más nimio, de manera que la solidez de su trabajo queda mejor reflejada aún si cabe. Y esta, posiblemente, sea una de las claves de su éxito, proporcionando una lectura amena y divertida, a la vez que un trabajo interesante y que bien podría marcar un antes y un después en el cómic de terror tal y como lo entendemos, gracias principalmente a la mente de una autor tan peculiar como Mignola, que parece haber presentado en este universo su ópera prima. Espero con ganas el siguiente tomo, sobre todo espero que esté a la altura de este y del nivel general de la serie, que empiezo a pensar que posiblemente sea una de esos imprescindibles del cómic americano. Desde luego, sí es una lectura más que recomendable.