1960 es, sin duda, uno de los mejores años de la historia del cine. Conviven los últimos coletazos del clasicismo (El apartamento, Espartaco, Con él llegó el escándalo...) con los primeros destellos de modernidad (La aventura, Al final de la escapada, La dolce vita...). Muchos grandes cineastas americanos alumbran obras maestras absolutas (Hitchcock, Wilder...), los europeos consolidan una época dorada (Bergman, Becker, Godard, Fellini, Visconti...) y los cines periféricos nos dejan películas imborrables como Estrella nublada (drama indio de Ritwik Ghatak) o El esqueleto de la Señora Morales (comedia negrísima del mexicano Rogelio A. González). En España no fue mal año, entre el dúo Ferreri-Azcona (El cochecito) y la vanguardia de Val del Omar (Fuego en Castilla).
No me resisto, por último, a citar que es un año crucial para el cine de género, especialmente para el terror. Bergman nos regala El manantial de la doncella, una suerte de rape and revenge terrorífico, pasado por el filtro religioso, muy atípica en su filmografía (y que luego sería objeto de un remake poco disimulado por parte de Wes Craven, quien lo homenajeó en su ópera prima La última casa a la izquierda). Hitchcock rompe el molde con Psicosis, una película con presupuesto de serie B con tantos hallazgos que hoy sigue siendo inabarcable e insuperable. Además, junto con El fotógrafo del pánico de Michael Powell, también de 1960, supondría la piedra angular de uno de los subgéneros más prolíficos del terror: el slasher. Sumemos la poética, perversa y bellísima Los ojos sin rostro del francés Georges Franju (referencia absoluta para el Almodóvar de La piel que habito), la cima del tándem Corman-Poe con La caída de la casa Usher, la primera película del que para mí es uno de los tres mejores directores de cine de terror de todos los tiempos, Mario Bava: la excelente La máscara del demonio, y la bizarrísima (pero cada vez más prestigiosa) Las novias de Drácula del gran Terence Fisher, esta vez sin su vampiro más icónico, Christopher Lee, pero sí con el enorme Peter Cushing. Y para la ciencia ficción tampoco fue mal año: ahí tenemos El pueblo de los malditos o El tiempo en sus manos como colofón a la edad dorada del género (los años 50).
En fin, hago mi habitual top 10, sudando sangre para ello (y con un empate técnico entre las tres primeras):
1) La evasión (Jacques Becker)
2) El apartamento (Billy Wilder)
3) Psicosis (Alfred Hitchcock)
4) El manantial de la doncella (Ingmar Bergman)
5) Rocco y sus hermanos (Luchino Visconti)
6) Los ojos sin rostro (Georges Franju)
7) Espartaco (Stanley Kubrick)
8) La caída de la casa Usher (Roger Corman)
9) La máscara del demonio (Mario Bava)
10) Al final de la escapada (Jean-Luc Godard)
Mi voto, por tanto, para el mejor drama carcelario de la historia, película de una precisión milimétrica que mantiene la intriga hasta el último segundo de metraje.
La dolce vita 0
Espartaco 1
El apartamento 2
Psicosis 2
Los ojos sin rostro 0
Al final de la escapada 0
La evasión 1
Rocco y sus hermanos 0
La herencia del viento 1
Las novias de Drácula 0