Yo desde el principio me he tomado este juego como si fuera una partida de póker. De ahí que me sorprendan recriminaciones medio en serio rollo "el cabrón, pues no iba de farol, qué asco de tío, solo sabe mentir" o "mira todas las fichas que tiene, anda que me va a dejar ganar a mí una mano o darme dos mil para que me recupere".
¿Pues no va de eso el juego?
La verdad, más allá del cachondeo, me flipa un poco. Porque entonces no entiendo la gracia de juegos así. Yo estoy acostumbrado, cuando monto una timba con colegas (y encima hay dinero por medio), a jugar a por todas, disfrutar, reírnos, y el que gane pues gana y punto, y los que se eliminan le tiras la coña y en paz. Alguna vez hemos acordado dejar en tablas el botín al final los dos últimos o cosas así, pero nunca hemos adulterado el juego ni hecho favores a los que van perdiendo.
¿Pero pasar cartas bajo la mesa o regalar fichas?
Por eso, entiendo que echar un cable siempre puede estar bien, que si te dejo este más barato porque sé que no tienes más para pagar, o te cedo al otro porque te acabas de quedar sin un jugador, pero siempre respetando el intercambio que da base al juego, dinero por jugadores. Siempre buscando algún beneficio para ambos, aunque uno salga ganando. Si no, el mismo principio del mercado y demás se desvirtúa. El juego pierde sentido.
La verdad, después de tantas "quejas" sobre que si especular está mal, que si regatear está mal, que si pedir mucho o negociar está mal, que si las cesiones regaladas, que si limitar el número de ventas por día, capar o acotar esto o aquello, pregunto:
¿No sería mejor chapar el torneo y empezar un modo clásico, sin mercado ni dinero?
Porque parece que a muchos todo lo demás os sobre.
Digo, entendiendo que de verdad hay un cierto malestar que va mucho más allá de la coña casual.
Vaya, que creí que todo esto era parte de la gracia y que se acepta de buen grado todo y pasamos un ben rato (hasta con el clausulazo que me comí el otro día y he sido el primero en responder bien al tema, sin pedir que me devuelvan el jugador, llorar, quejarme ni nada), pero a veces no lo tengo tan claro.