Viendo al fin "Por Trece Razones", una de las series bandera de Netflix. Es justo lo que me esperaba, y me está pareciendo muy buena serie, a la altura del capítulo 8. Sin embargo, ha habido alguna sorpresa, y es que la serie desarrolla un planteamiento de intriga que sí que no me había esperado. Pues eso, un crudo, pero necesario, retrato sobre el acoso, que desarrolla muy bien cómo se da, sin necesidad de mostrar cómo te meten la cabeza en el váter o te dan una paliza. Muchas veces se trata de pequeñas cosas que van escalando. Me gusta particularmente cómo nos confronta con cosas que vemos más o menos normales porque hemos sufrido el que más y el que menos, o bien las hemos visto padecer a otros, y sin embargo no vemos la gran panorámica de lo que puede signficar para una persona la acumulación de esas "aparentemente pequeñas" cosas. Todo eso con el telón de fondo de los padres, qué es lo que hacen (o lo que no hacen), cómo lo viven, y toda la hipocresía de los adultos que, en parte, acaba influyendo en los acontecimientos.
Por lo demás, tenemos que lidiar con mucha tontería adolescente americana, pero era algo con lo que contaba y que por una vez no sobra. Los actores me parecen, en general, muy buenos. Vamos a ver cómo acaba todo. Es una serie de digestión lenta pero que paradójicamente te deja con ganas de ver el siguiente episodio, probablemente porque tiene la habilidad suficiente para lanzar el anzuelo con misterios que quedan por reslver siempre, y que se van revelando como capas de cebolla. Mola.