Maratón nocturno para terminar la segunda temporada de
La casa de papel, esta vez flanqueado por mi mujer para evitar daños en caso de sobredosis. Ella no ha caido en este abismo, pero me quiere. Falsa alarma, esta droga no mata ni tiene efectos secundarios, salvo quizá el cansancio de la falta de sueño.
Caretas icónicas, golpes de efecto, frases hechas para emocionar, ojos brillantes... un precioso baile de estereotipos, pero todo ello muy bien llevado. Una serie de entretenimiento, muy adictiva, pero que olvidarás con la misma facilidad con la que ya no recuerdas por qué te metiste en esta fiesta.
Si tenéis un hijo/a de 13 a 16 años, prohibidle ver esto. No se si saldría indemne.
Ahora un buen plan de desintoxicación con la tercera y cuarta de
Peaky blinders ¡anda mira, otra banda! y a seguir con la vida