Capítulo 5.
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-No me ha gustado nada la ambientación del club. ¿Ese puticlub dorado es del oeste, de la antigua Grecia, del Club Fuego Infernal o qué? Porque no hay una ambientación como esa en un pueblucho mexicano ni a tiros.
-No se puede matar a los invitados, pero sí darles palizas
¿Se supone que hay un límite que aún no se ha dicho en lo que un anfitrión puede hacer o no a un invitado?
El tema de Arnold (Jacob) y el Laberinto (Dharma) me está empezando a tocar los cojones. Me veo una fantasmada a lo peor de Perdidos y que está copiando precisamente muchísimas estructuras. Ejem, ejem, JJ. Parece que cada vez que vea el símbolo del laberinto me tengo que mear encima, igual que con el cisne de Lost, y ahora, 13 años después, ni por asomo.
Lo mejor del capítulo con diferencia, Hopkins y Harris
Veo una serie divertida e interesante, llena de lagunas y que adivino tramposa como ella sola, que quedará en puro humo.
Entretenimiento medio, sí, pero muy lejos del producto de culto que esperaba encontrar.
Queda pequeña, no ya comparada con las grandes de la historia, sino en su rango de serie de ci-fi.
Seguiremos informando.