Sinopsis:
Los 4 Fantásticos son ampliamente derrotados por la Banda de la calle Yancy. De vuelta al Edificio Baxter, El Fantasma Rojo les engaña para tenderles una trampa, y luego de atrapar a la Antorcha Humana para obligarles a rendirse, lleva al cuarteto a la Luna con la finalidad de dejarles morir en el vacío sin aire. Salvados por la Chica Invisible, son capaces de llegar a la casa del Vigilante, donde éste advierte al equipo sobre las consecuencias de manipular los increíbles aparatos que en ella almacena. La advertencia no llega al Fantasma Rojo, que se ve atrapado en un vórtice que le lleva presumiblemente a otro plano de la realidad. Tras ello, el Vigilante envía de vuelta a la calle Yancy a Reed, Sue, Ben y Johnny con la excusa de que los está expulsando de su casa.
Edición española:
Los 4 Fantásticos vol. 1 #14 (Vértice) Los 4 Fantásticos vol. 3 #15 (Vértice) Los 4 Fantásticos vol. 3 #16 (Vértice) Biblioteca Marvel: Los 4 Fantásticos #2 (Forum)Marvel Gold: Los 4 Fantásticos #2 (Panini) Datos importantes:
-Segunda aparición del Fantasma Rojo y sus Supersimios
Reseña:
En la primera página, los 4 Fantásticos aparecen en la calle Yancy, donde al parecer ha habido un incremento de la criminalidad por culpa de la Banda de la calle Yancy. Aunque Sue siente que deberían dejar este trabajo a la policía, la implicación de Ben con esta banda les hace intervenir.
Sin ánimo de ser demasiado duros con la banda, los 4 Fantásticos son arrasados: La Cosa se lleva un buen cubo de basura en la cabeza, la Antorcha es apagada con un cubo de agua, la Chica Invisible no puede dejar de estornudar debido a unos polvos y Mr.Fantástico logra esquivar una lechuga. Todo ello hace que nuestros héroes escapen de la calle con el rabo entre las piernas, ¡y con una multa de aparcamiento del Fantasticar!
Todo ello es observado por una cámara robot volante de color rojo (metalenguaje), que les sigue de vuelta al Edificio Baxter mientras se preguntan si no habrá un villano detrás de la Banda de la Calle Yancy, en un alarde de mal perder por parte del equipo y de cierto delirio paranoide.
Inmediatamente observamos una tierna escena de amor, en la que tanto Ben como Alicia creen que el otro está saliendo con ellos por lástima pero que no son dignos de ese amor, por lo que ambos quieren romper la relación. Pero cuando el malentendido sale a la luz, ¡están más enamorados que nunca! Mientras tanto, los 4 Fantásticos leen una vez más la correspondencia que les mandan sus fans, y entre todo lo que les mandan aparece un paquete. El robot volante, que seguía observando desde la ventana del Baxter (hay que reforzar esa seguridad, Reed) acciona una señal y el paquete explota de manera molesta pero no peligrosa. Al leer la nota que lleva el paquete, la culpa parece ser otra vez de la Banda de la Calle Yancy, que les reta a un nuevo encuentro… de manera que reafirmándose en que algún villano está detrás de ellos por lo complejo del mecanismo, los 4 Fantásticos acuden de nuevo a darles lo suyo: sin embargo, ¡esta vez es una trampa!
El Fantasma Rojo y sus Supersimios los están esperando, y atacan a nuestro fantástico cuarteto tomándoles por sorpresa, capturando a la Antorcha con una bolsa de amianto de manera que obligan al resto del equipo a rendirse. Eso sí, la bolsa tiene respiraderos no sea que Johnny se vaya a ahogar. Que los villanos de antiguamente querían matarte, pero siempre con estilo.
El plan del Fantasma Rojo es bien simple: llevar a los 4 Fantásticos de vuelta al lugar de su primera derrota, la Luna, para soltarles en la superficie y que mueran en el vacío. Imagino que se toma tantas molestias por un sentido de la justicia poética debido a su anterior encuentro en el satélite, aunque ya sabemos que estas cosas son las que acaban amargando los planes de los villanos. Para alcanzar la Luna, utiliza una nave pilotada por el simio con poderes magnéticos (para que hablen de conducir al lado de un mono con una ballesta). Aunque los 4 Fantásticos intentan liberarse en un descuido, no son capaces de hacerlo a tiempo y el Fantasma es capaz de soltarles finalmente en la superficie del astro, donde les da por muertos.
Solo sobreviven gracias al campo de fuerza de la Chica Invisible, pero no por mucho tiempo: se les agota el aire. Afortunadamente para ellos, consiguen excavar su camino hasta la casa del Vigilante, en la Zona Azul, donde hay una atmósfera suficiente. Es de gran fortuna ciertamente que el Fantasma Rojo les soltara tan cerca de la casa, teniendo en cuenta lo grande que es la Luna y lo oculto del lugar. No obstante, el Vigilante no está en casa, aunque les manda una proyección mental para advertirles que no pueden tocar nada, que es demasiado peligroso porque hay aparatos que ni él sabe lo que son.
Reed, sin embargo, decide que puede distinguir ciertas máquinas cuyas funciones es capaz de entender, de manera que puede usarlas para atraer de vuelta a la Luna la nave del Fantasma y los Supersimios, que ya se las prometían muy felices y estaban a punto de comunicar al mundo la muerte de nuestros protagonistas. En cambio, su nave se estrella, y se entabla una nueva batalla entre ambos bandos, esta vez en la Zona Azul de la Luna. El resultado es distinto que en la anterior, ya que el trío formado por la Chica Invisible, la Cosa y la Antorcha, preparados esta vez, vencen a los tres Supersimios.
El Fantasma no obstante es capaz de encontrar la casa del Vigilante, donde encañona a Reed para que libere su nave. El resto de la Primera Familia de Marvel acude para salvarle, y Sue empuja al Fantasma Rojo hacia una de las peligrosas máquinas del Vigilante, donde cae en un vórtice aparentemente infinito que le transporta no se sabe dónde, y en el que el villano ruso queda irremediablemente perdido.
Por desgracia, mientras tanto los Supersimios, por su cuenta y riesgo y sin la dirección del Fantasma, han sido capaces de arreglar su estrellada nave y despegar de la Luna, por lo que los 4 Fantásticos están nuevamente varados en el satélite de la Tierra. Claramente los simios son la parte inteligente del cuarteto del Fantasma Rojo. Pero el Vigilante, que no tiene un pelo de tonto, retuerce sus propias reglas de no intervención en lo que será un clásico en adelante, para salvaguardar la privacidad de su casa y expulsar a los visitantes… pero los manda para ello de vuelta a la Tierra, ¡a la calle Yancy! Que puede ser un lugar hostil, pero mucho mejor que quedarse atrapados en la Luna…
Valoración:
Bien, bien, interesante número que mezcla varios y diferentes conceptos de una manera sorprendentemente natural: en pocas páginas pasamos de manera más o menos creíble de la Banda de la Calle Yancy a pelear con tres monos a visitar al Vigilante en la Luna, y de vuelta.
Es bastante obvio que las primeras escenas son un recurso cómico para divertir al lector al mismo tiempo que humanizan a nuestros héroes a ese estilo que tanto gustaba a Stan, aunque no deja de chocar el lío que una banda de pillos y gamberros le hace al equipo completo, no solo a la Cosa que es a lo que más acostumbrados estamos.
Mi mayor problema con el número es el concepto en sí mismo de los Supersimios, que es de lo más ridículo, o de lo más genial, que te puedas echar a la cara, y de todos modos tiene su encanto y los autores de algún modo consiguen que funcione. Y tiene mérito, eh, ¡que son tres monos!, uno con poderes cual Magneto, otro que se puede transformar hasta en un ladrillo que se pasa el número fusil en mano y un tercero tan fuerte que se da de golpes con la Cosa y lo bastante listo como para engañar a Mr.Fantástico. Diálogos del tipo “¡Mi babuino puede detectarte, Chica Invisible!” mientras el mono dispara, es imposible que queden serios. Por lo demás, uno no puede dejar de pensar que sin el Fantasma Rojo dando órdenes y molestando, los simios hubieran acabado con los 4 Fantásticos de una vez y para siempre…
El argumento no da espacio a la pausa, y es fascinante como en tan pocas páginas los autores son capaces de ofrecernos divertimento, peleas, pausa, desarrollo de relaciones sentimentales, un vistazo al espacio cósmico de Marvel y una resolución que marcará tendencia. El guión es completamente ágil y no deja espacio al aburrimiento. Destacar que, al menos en este número, es Sue el miembro del equipo más destacado, al ser ella quien salva la vida del resto en la Luna en un primer lugar, y derrota al Fantasma Rojo en segunda instancia. Además, lo de Kirby empieza a ser realmente destacable, con un dibujo muy sólido, con gran energía e incluso ya empieza a echar mano de otra marca de la casa: los collages con fotos insertadas en la historia, en este caso para mostrarnos la Luna. Más adelante utilizaría mucho este método para mostrarnos, por ejemplo, la Zona Negativa. La arquitectura de la casa del Vigilante es espectacular pese a salir solo en unas pocas viñetas, y la imaginación de la que hace gala Kirby para mostrarnos aparatos y cachivaches alienígenas es digna de un artista con todas las letras, más allá de si esto es un cómic o fuera la pintura de un museo.
En definitiva, aunque no hemos llegado al apogeo de la cabecera ni de los autores, en este número ya podemos observar claramente todas sus virtudes, la serie está ya totalmente definida y mejora a cada viñeta y a cada diálogo, pese a que el villano principal de esta historia se encuentra entre los peores conceptos que se parieron en la época. ¡Menos mal que viene con tres monos!