Pues yo lo veo un poco al revés.
No tengo problema con que se hagan productos e historias más oscuros, ambiguos o como puedan definirse (además en este caso es lo que toca al ser un derivado de Rogue One), pero lo que hecho de menos es el espíritu aventurero, esencial y mágico de la trilogía original.
Ahora parece que todo en todas partes tiene que ser chungo y adulto (o bien todo lo contrario, estúpido, facilote y excesivamente familiar) porque somos mayores y nos olvidamos de lo que nos encandiló en su día.
Yo me lo paso muy bien con Juego de Tronos pero como me gustaría que me ofreciesen otra Nueva Esperanza (y a alguien le viene a la mente El Despertar de La Fuerza, no me estoy refiriendo a fotocopias nostálgicas, que es otro de los males creativos de estos días).