He leído Shazam!.
Se trata del TPB americano que recoge el serial publicado en la serie regular de la Liga de la Justicia del NUDC. O al menos de una versión traducida para la ocasión.
Como se puede intuir por el título, estamos ante la revisión del origen de Shazam, al que tengo que reconocer que me cuesta no llamarlo Capitán Marvel. La historia está dividida en 13 partes. El guión es obra de Geoff Johns y en el aspecto gráfico tenemos a un exultante Gary Frank, que a mí personalmente me ha gustado mucho. Tiene un estilo muy marcado y diferenciable, pero combina muy bien el realismo con la espectacularidad. Además, sus mujeres suelen ser muy guapas, por lo que es un aliciente más. En esta obra me ha parecido que está un peldaño por encima de trabajos anteriores suyos, aunque me cuesta mucho encontrar alguno que me parezca malo, la verdad.
Johns también está muy acertado, aunque me vuelvo a encontrar con el escollo habitual de este nuevo universo, ya que el origen del personaje es muy diferente al que tengo asimilado de toda la vida. Esto no me permite disfrutar de la historia plenamente, pese a que reconozco que el guionista realiza un buen trabajo a la hora de adaptar al personaje a los nuevos tiempos. No solo por la inclusión de tecnología en el discurrir diario de la vida de los personajes, sino a la hora de enfocar la vida del propio Billy Batson. Deja de ser un indigente que trabaja en un periódico, para transformarse en un chico problemático abandonado que acaba en una casa de acogida donde encuentra lo más parecido a una familia. De esa forma, su origen y el de la nueva familia Marvel estarán íntimamente ligados.
La verdad es que entiendo y comprendo los cambios, pero por muy bien que esté la historia me cuesta mucho conectar con los personajes, los cuales dejan de ser aquellos que yo conozco. Ya me ocurrió algo similar en Tierra 2. Posiblemente, los nuevos lectores o aquellos que no hayan leído tantas veces como yo el origen canónico del personaje disfruten la saga de una manera mucho más plena. Al fin y al cabo, no deja de ser una cuestión meramente personal.
Más allá de la animadversión personal, el planteamiento de Johns explora conceptos muy interesantes. El principal recae en los lazos de unión del protagonista con la magia y ese mensaje de redención. Billy Batson está lejos de ser un niño encantador, por lo que tras adquirir los poderes los usa de una forma no demasiado altruista. Su potencial para hacer el bien está ahí, pero la vida lo ha maltratado tanto, que se encierra en sí mismo y es incapaz de pensar en alguien que no sea él. Poco a poco, veremos como evoluciona el personaje hacia ese héroe en potencia, incapaz de aceptar que nadie se aproveche de los débiles, sacando a relucir su buen corazón.
También cabría destacar a Black Adams, un personaje que Johns conoce muy bien y que se mantiene dentro de los límites entre el bien y el mal, como ya se pudo ver durante la etapa del guionista en la JSA. Aquí se profundiza en un origen basado en la venganza, convertido en el enemigo natural de Shazam como las dos caras de una misma moneda. Aunque, haciendo honor a la verdad, es ligeramente empujado por el Dr. Sivana, el principal antagonista histórico del Capitán Marvel, junto a los siete pecados capitales, que adquieren una forma corpórea. Esta dicotomía entre el bien y el mal, queda perfectamente plasmada entre los dos principales protagonistas de esta historia, la cual desprende una interesante reflexión.
En definitiva, una historia muy recomendable, en la que Johns vuelve a presentar la faceta le convirtió en uno de los principales autores de DC, dando vida a la nueva versión de Shazam y su entorno. A pesar de que cada vez me gustan menos los reinicios, al menos este plantea conceptos interesantes y un más que correcto desarrollo de los personajes, además de regalarnos con una historia sumamente entretenida. La magia vuelve a DC, ahora solo queda recitar las palabras mágicas: ¡Shazam!