He leído
Britannia Vol. 2: Los que van a morir.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Segunda miniserie de cuatro números en la que Peter Milligan recupera al investigador romano Antonius Axia para encargarse de una serie de muertes que tienen preocupada a la sociedad de élite de la antigua Roma. Revisando mi comentario del primer volumen de esta colección, podría decirse que todo lo que comentaba en su momento encaja perfectamente con esta segunda historia de Milligan. Es decir, continuamos con esa confrontación entre ciencia, magia, mitología y religión, adentrándonos en lo más profundo y oscuro de una de las grandes civilizaciones de la historia. Si os gustó el primer tomo, creo que este os gustará aún más. El guionista mantiene esa esencia de
thriller psicológico, con asesinatos brutales que parecen ser obra de ciertas divinidades como Apolo, así como el reflejo de una sociedad cegada por sus creencias. Además, al tener como escenario principal las calles de Roma, Milligan elabora muy bien la trama en torno a las diferentes clases sociales, a las intrigas de poder o a la figura del retorcido Nerón, que al fin y al cabo no deja de ser un reflejo de aquellos que le rodean y ostentan cierto poder en la capital romana.
La estructura de esta colección mantiene muchas similitudes con una serie de televisión actual, en lo que cada miniserie podríamos considerar una temporada, con una historia autoconclusiva, que nos permite una lectura independiente de cada una de ellas, aunque tengan a los mismos protagonistas y se haga mención a hechos concretos. Pero no dejan de ser pequeños detalles que no influyen al disfrute independiente de cada miniserie. Desde luego, mi comentario no podía ser más profético señalando a series como Roma o Spartacus, porque ese tono se serie televisiva se repite, incluso diría que se acrecienta un poco. Milligan explota muy bien el formato televisivo para adaptarlo a las viñetas, consiguiendo un producto que yo sigo asociando más al mercado europeo que al estadounidense. Además de ser una obra de corte histórico, con ciertas licencias, tiene ese aire a obra de autor. esto se potencia mucho con el dibujo de Juan José Ryp, que parece haber nacido para dibujar esta serie. Su forma de plasmar el escenario de época es perfecto, cargado de detalles y con una narrativa casi cinematográfica. Cabe destacar la documentación del artista para los diseños de los soldados romanos, los pretorianos, los gladiadores, así como la sociedad del a época. Milligan está soberbio, pero es que Ryp está a un nivel muy alto, presentando un trabajo artístico impresionante. En las páginas que no está se nota muchísimo, siendo la presencia de Roberto de la Torre prácticamente un lastre y un enorme parche al magnífico arte de Ryp. Espero que Milligan siga contando con el dibujante en el futuro, porque gran parte del éxito recae en su ambientación y su forma de plasmar esta versión de la Antigua Roma.
Job ha resumido muy bien el argumento, por lo que poco más se puede añadir. Coincido con él que la trama posee un equilibrio interesante entre suspense, exploración social y psicológica sobre la Roma de la época y un poco de acción. Al repetir un poco el patrón de la anterior historia puede ser un final un poco predecible. No obstante, lo verdaderamente interesante es el camino hasta llegar al desenlace. La trama es densa, pero nos lleva por una elaborada historia en la que las piezas fundamentales son los personajes. Si bien puede tener algunos aspectos predecibles, tiene otros de sorpresa absoluta, da un giró al argumento totalmente inesperado. Además, ese coqueteo constante con lo sobrenatural, en contraposición al ateísmo del protagonista da mucho juego en lo que al suspense se refiere, añadiendo un poco de tensión. Después se añade al cóctel el espectáculo de gladiadores, en otra muestra de crítica social hacia el lado más oscuro y salvaje de los romanos. Esto entronca con la presentación de Achillia, una esclava que debe luchar por su libertad en la arena tras asesinar a su amo cuando intentaba violarla. Aquí entra en escena la dosis de acción que mencionaba antes, pero también recupera el otro tema que rodea a esta obra: el feminismo.
No quiero que esto se entienda mal, ni se piense que Milligan enarbola ninguna clase de lucha sexista, simplemente realiza un interesante reflejo de una sociedad basada en el patriarcado. Ya en la anterior miniserie se establecía ese choque entre el emperador Nerón y las Vírgenes Vestales, cuyo poder reside en ese miedo del pueblo a los dioses, asegurándose así un interlocutor que les permita mantenerlos contentos y libres de su ira. Aquí se repite, pero se introduce como elemento la esclavitud y la vida del gladiador, eligiendo de forma original una mujer como campeona de la arena. Esto ofrece una perspectiva interesante y bastante novedosa, ya que las mujeres del foro romano ven en ella todo aquello que en su vida no pueden conseguir. Obligadas a obedecer a sus maridos en todos sus deseos, sin ni siquiera cuestionarlos, Achillia es una heroína y en cierto modo es una peligro para el poder establecido. De ese modo, Milligan explora todo esto de forma interesante, dando un papel a la mujer que realmente no tuvo, de ahí que la obra esté impregnada de cierto feminismo, utilizado como herramienta para resaltar algunos de los defectos de la sociedad romana, incluyendo las diferencias de clases, o la corrupción del propio emperador. También cabe destacar como queda reflejada la figura de Nerón, un loco sanguinario al que todos temen, y no es para menos.
Como decía al principio, si alguien se acercó al primer volumen y le gustó lo que leyó, puede acercarse a este sin problemas. De hecho, yo creo que esta segunda historia de Milligan es mucho más interesante que la anterior, ofreciendo más elementos a una trama muy bien elaborada, que se va sustentando en la caracterización y desarrollo de los personajes. Realmente no hay una evolución palpable respecto al recopilatorio anterior, pero sí parece que el autor le dedique más tiempo a los protagonistas, sirviendo estos de vehículo conductor para el avance del argumento. Se perfilan más las relaciones de Antonius Axia con los secundarios, así como su papel poco definido en una sociedad tan estructurada como la romana. Un poder que domina al pueblo, pero que también se deja influir en cierta forma por la fama popular, llegando a constituir una contradicción extraña que nos devuelve al punto de partida en muchas ocasiones. Y es que Roma es, sin duda alguna, la civilización de las conspiraciones, algo que sabe reflejar perfectamente Milligan, utilizándolo como trasfondo para este
thriller romano tan interesante. Britannia, los que vamos a seguir leyéndote te saludamos...