No siempre los que más cuenta es la técnica, la fidelidad a la anatomía o la capacidad de mover la figura.
En el arte no sólo cuenta la técnica: Celine Dion tiene una voz infinitamente mejor que la de Bob Dylan, Eric Clapton tiene infinitamente más técnica en la guitarra que Stephen Malkmus y Bergman era un director un millón de veces mejor que Tarantino, por ejemplo.
Steve Rude es un dibujante perfecto, infinitamente mejor que Byrne. Pero cuando yo era chaval, un tebeo dibujado por Byrne era un tebeo que había que comprar y punto, porque era el número uno absoluto (que no el mejor). La época buena de Byrne sigue siendo un gustazo, aún siendo consciente de sus carencias, que me dan tan igual como las de Dylan, Malkmus o Tarantino.