Hay años que no te sale nada, nada, aun teniendo buen ojo, pinchas. Este año, a la vista está, creo que es difícil tener peor suerte que yo.
Todo lo que se presuponía top y fuera de serie para este año, como algunos de los jugadores más prometedores, fue una purria. Roberto López iba a ser importantísimo en el Leganés, caca, ni minutos basura. Stoichkov llevaba varios años siendo lo mejor en Segunda, caca, rotaciones masivas. Franquesa habitual en las alineaciones, suplente. Damián roca en el Celta, rotaciones. Bryan Zaragoza un pastizal para puntuaciones mediocres (hasta que lo vendí, gracias, Bryan). La tortuga Donatelo un quiero y no puedo que vale lo que Messi. Un delantero Champions como Haller, ni para fregar sirve. Barry, muy prometedor, puntúa de pena (menos la jornada que lo solté, gracias, Barry). Asprilla, que no lo he soltado por pura cabezonería, ha tardado 9 jornadas en valer para algo realmente. Y como lleva todo el año, a ver si es fruto de un día o vuelve a jugar y puntuar bien.
El resto, parches, purria, algún brote verde muy moderado que está por ver que tenga continuidad...
Mi mejor apuesta fue Bernal, y me duró dos partidos. Un tío que podía estar ya en 30 kilos fácilmente, comprado por dos duros. Y fuera toda la temporada.
En cambio, la apuesta que hice por Carlos Vicente el año pasado, que lo vi muy claramente, eclosiona al fin este (el anterior lo tuve que tirar por las rotaciones), o Lewa, que lo he llevado dos años seguidos, lo padecí el pasado, y este está con el rabo fuera cuando lo vendí para quedarme al cojo de Mbappé.
Conclusión: lo que funciona, funciona sobre la marcha, cuando se demuestra. Sobre el papel, todos son de puta madre, y luego vienen los hostiazos.
Y cuando no tienes el año, es que no tienes el año, cuesta mucho cambiar la dinámica.