He leído
Britannia Vol. 3: Las águilas perdidas de Roma.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Estamos ante la tercera miniserie de cuatro números protagonizada por Antonius Axia, el investigador, que inicia una nueva misión para el emperador de Roma, Nerón. En esta ocasión, le acompaña la gladiadora Achillia, a la que conocimos en el anterior volumen y que ofrece un contrapunto diferente al habitual compañero del protagonista. No solo porque hay cierta química entre ambos, una pasión reprimida que curiosamente Milligan no tiene intención de resolver, sino porque también tenemos la utilización de la astucia y la deducción llevadas al plano del combate, poniendo de manifiesto que un buen guerrero o soldado es aquel que se fija detenidamente en su oponente. La verdad es que este dúo de protagonistas funciona muy bien, aunque no me ha terminado de convencer el giro final de su relación. Parecía que todo conducía en una dirección diferente.
Como comentaba
Omnigold anteriormente, cabe destacar la ausencia del dibujante Juan José Ryp, cuyo detallado arte dotaba a la obra de un marcado tono europeo. Robert Gill es el encargado de sustituirlo con bastante acierto, aunque me ha parecido que en los números donde se apoyaba en Juan castro el nivel gráfico descendía levemente. En líneas generales me ha gustado mucho el dibujo de esta entrega, creo que mantiene muy bien la estética que implantara Ryp, pero en ciertos momentos está un peldaño por debajo. Aún con todo, en la parte final del recopilatorio se pueden ver ejemplos del trabajo de Gill a lápiz y me parece bastante bueno. Bajo mi punto de vista, Ryp es mejor, pero con todo, la serie no se resiente demasiado con su ausencia.
La historia gira en torno a los sucesos ocurridos en Tottenwald, donde el ejército romano es derrotado por los germanos, perdiendo en la batalla tres estandartes de la legión. Esto provoca que los romanos empiecen a dudar de Nerón, por lo que este encarga la misión de encontrarlas a nuestro protagonista, en compañía de Achillia, a la que le promete su liberación si la misión es concluida con éxito. Contra todo pronóstico, la investigación de Axia nos lleva a Egipto, donde el investigador desarticula una trama que afecta directamente a las altas esferas de poder romano. Uno de los aspectos que me resultan más interesantes es como Milligan emplea una combinación de ficción y rigurosidad histórica. Empezando por la propia figura de Nerón, que queda retratado como un loco y excéntrico cuya soberanía en el poder está pendiente de un hilo de forma constante. Resulta llamativo ver el poder del pueblo en ciertos casos, cuando entra en escena las creencias populares y la religión, quedando relegado a un segundo plano el poder político y militar. No sé si realmente es una visión algo exagerada del tema, pero sí que profundiza en la cultura de la antigua Roma, plagada de temores a los desconocido y supersticiones. Otro punto interesante del trabajo de Milligan es su forma de dar un giro argumental sobre el planteamiento inicial. Lo que en un principio parecía que nos llevaría a introducirnos en tierras germanas, en lo que posíblemente hubiese presentado muchas similitudes con el primer volumen de la serie, sin embargo, el guionista nos dirige a Egipto, donde entre otras cosas podemos ver el conflicto romano y judío, o los escombros de la propia civilización egipcia bajo el dominio del Imperio. Como no podía ser de otra forma, tenemos el protagonismo de la traición y la sed de poder de la nobleza romana, las diferencias entre las clases sociales y una trama cargada de intriga y suspense que juega bastante bien con la dicotomía entre lo sobrenatural y la explicación lógica y racional. En ese aspecto, Milligan repite la fórmula que tan bien ha funcionado en la serie hasta el momento y que utiliza como apoyo la química del dúo protagonista.
A mi este tomo me ha gustado mucho. Creo que la serie ofrece historias muy entretenidas bajo un marco histórico. Si bien es cierto que en esta entrega me ha parecido ver un descenso en las escenas de acción, siendo una trama menos dinámica y más pausada, no por ello está carente de interés o se hace la lectura menos amena y aburrida. Me da la sensación que Milligan ha conseguido cogerle muy bien el pulso narrativo a su obra, que centra su interés en los diálogos, las capacidades deductivas del protagonista y una sociedad basada en las creencias y la mitología, donde una mente racional no siempre es vista con buenos ojos. Ese es, sin duda, el gran atractivo de esta serie que focaliza sus argumentos en la cultura romana llena de excesos y lujuria, así como de ambición y lucha de poder internas. Esta es la historia de una Roma que no podía vivir sin su principal símbolo de poder. Una misión perfecta para el primer detective de la historia, que no estará exenta de sorpresas y revelaciones. Un nuevo caso de Antonius Axia que, si os gustó en sus anteriores investigaciones, no os podéis perder.