Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, no dejo pasar la ocasión de reivindicar la corta etapa de Byrne que no ha sido incluida en esta recopilación
De los tebeos que más he disfrutado en mi vida. Byrne introdujo conceptos muy chulos, y a nivel gráfico creo que estaba en la cima absoluta. Los combates de esta esta etapa son brutales, acción y dinamismo puro.
Vamos, lo que uno busca cuando se acerca a un cómic de superhéroes.
Sé que la etapa fue corta y que dejó tramas abiertas, y ojalá hubiera continuado mucho más. Pero si se toma como una etapa autoconclusiva, el disfrute es absoluto.
Yo es que como fan de Hulk y de la etapa de PAD... es que a mi me parece un pelin desastre de etapa. Como me suele pasar con Byrne en alguno de sus cómics... cuenta muy bien las cosas, pero no me gusta
nada lo que cuenta. Los conceptos que mete Byrne, algunos heredados de la etapa de Stern, no me convencen como el principal de considerar que Hulk y Banner son dos entidades separadas y que los "separe" de forma tan brusca y rápida. El handicap de esto es que viene directamente de lo que Mantlo había contado en el #312 ya el problema del trauma infantil... que se nota que Byrne se lo pasó de puntillas sin darse cuenta.
Luego hay cosas que en las relecturas siempre me han escamado, como que Bruce forme tan de sopetón al equipo de los Hulkbusters, que de un número a otro propone matrimonio a Betty y al siguiente se casan (ya, también casi ocurre lo mismo a finales de los 60). El único número que me convence de la etapa es el cómic que provocó su marcha, el de las splash-pages que al final se publicó en Marvel Fanfare...