Ejem.
A nadie se escapa que Warren es uno de los mutantes más zurrapa de toda la franquicia. Uno de los pocos a los que se puede decir "¡No te quería ni Claremont!" en el patio del colegio. Encima hacía de damisela en apuros en La Patrulla Original, con lo que ya era moñas hasta en la época del "ve fregando tú que yo estoy viendo el partido".
Pero Warlock es un coñazo cósmico, por dios. Ni él, ni ella, ni eso. Vaya turra mojonera da el muy fanegas. Warlock habla siempre como si fuera un actor de teatro posmoderno interpretando a un Hamlet new age. La virgen. Te puede dar la chapa en cinco idiomas. Es como Sánchez Dragó bañado en oro, si Sánchez-Dragó votara cósmico. Sus soliloquios son interminables, y la mayoría del tiempo no se sabe ni con quién habla.
¿Qué tío en su sano juicio suelta frases como esta al aire?
Y nadie le ha preguntado nada, ¿eh? que es Warlock dando la hora.
"Oye, W, ¿me pasas el agua?"
"¡Locura y olvido!"
"Joder, ya está otra vez..." Vamos, que vale que Warren, el Renasido, palme, pero que tampoco es que haya una gran diferencia entre los dos personajes, ¿eh? A poochie no le gana nadie. Parece algo que un reguetonero podría llevar colgado de un collar. Siempre a la sombra de Thanos, que es el que reparte el bacalao y al que la peña quiere vez. Warlock es como las habas aplastadas de las bolsas de frutos secos; todo el mundo las deja.
Así que ya sabéis, hamijos, Casado, Rivera o Abascal; tanto dan. Votad al más desfavorecido para que al menos tengan que pactar con Falange y ya nos reímos un rato.