LLevaba mucho tiempo sin leer esta serie y esta mañana me he pegado una lectura intensiva desde el segundo capítulo del número 14 hasta el primero del 17 (o lo que es lo mismo, desde "Titanes del mañana" hasta los dos números con dibujo de Liefeld). De ahí no he pasado porque aún no tengo en mi poder el tomo de los Infiltrados (lo que es una jodienda, porque tanto en Outsiders como aquí la cosa queda interesantísima). Pero bueno, vayamos al grano.
La verdad es que al leer este serie no puedo hacer otra cosa que quitarme el sombrero ante el bueno de Geoff Johns. Y es que, al acabar cada saga estoy seguro de que lo que he leído no puede ser superado, pero va el cabrón, y me sorprende con una historia aún mejor gracias a unas tramas interesantísimas y, principalmente, un tratamiento de los personajes que roza la perfección. Todos y cada uno de los personajes se comportan de forma consecuente con su forma de ser o de pensar y, como podemos observar en la súblime Titanes del Mañana, cualquier acción, cualquier diálogo, por insignificante que parezca, es aprovechado para dar más profundidad a unos personajes que de la mano de este magnífico guionista han pasado de ser meros comparsas de sus mentores a ser unos personajes interesantísimos, con una psicología muy profuna y, sobre todo, muy humanos y con un carisma que para si querrían muchos otros personajes. Pero es que el trabajo de Johns no se queda aquí, es capaz de aprovechar los cabos sueltos de Crisis de Identidad para construir otra historia increíble en la que vemos consecuencias directas de la mencionada saga tratadas con un buen tino ejemplar. Desde la muerte del padre de Robin hasta la reacción del Doctor Luz al descubrir "la verdad", todo funciona como un mecanismo de relojería, de manera perfecta ya que, a cada página que giramos, la trama se vuelve más y más interesante hasta llegar a la revelación final que deja el supense en todo lo alto de cara al tomo de los Infiltrados.
Lo dicho, un 10 para Geoff Johns, acompañado además al dibujo por un excepcional Mike Mckone que cumple con el excepcional nivel al que nos tiene acostumbrados y por el siempre eficaz Tom Grummet que, como siempre, cumple a la perfección con su cometido.
Lamentablemente, los números del tández Simone-Liefeld no acompañan en lo que a calidad se refiere. Empezando por una trama poco interesante y bastante aburrida y acabando por el pésimo, asqueroso, horripilante, horrible (se me acaban los adjetivos) dibujo del simpar Rob Liefeld. Sinceramente, no conviene hablar más de esta saga porque es mala hasta decir basta, historia absurda, dibujo espectacularmente malo y un tratamiento de personajes (principal punto fuerte de Johns) muy plano y poco atractivo. No se cuanta culpa será de Simone y cuanta de Liefeld, pero estos 2 números se me han hecho francamente insoportables, menos mal que al número siguiente ya vuelve Johns, que si no esto iba a seri inaguantable.
Pues ahí queda eso, ta lues.