Thor: Marvel Gold 2: La Búsqueda de Odín (1977) Reseña en la web de Universo Marvel:https://www.universomarvel.com/resenas-thor-marvel-gold-2-la-busqueda-de-odin-1977/Si en el anterior tomo recopilatorio de la colección de Thor teníamos la primera parte de la etapa guionizada por Len Wein, en el que nos ocupa tenemos su continuación.
La diferencia, en cuanto a autores, está en el apartado gráfico. Si el volumen precedente estaba dibujado por John Buscema en su totalidad, el que nos ocupa disfruta de una mayor variedad de artistas gráficos.
El tomo se puede dividir en dos bloques fácilmente. Un primer bloque dibujado, básicamente, por John Buscema y un segundo a cargo de Walt Simonson.
El primer número incluido nos trae la sorpresa de encontrarnos a Tony DeZuñiga como dibujante completo, lápiz y tinta. Y lo cierto es que se defiende muy bien, con un estilo parecido al del propio Buscema. De todas formas, la estética es la misma que la de los números dibujados por Buscema porque los acabados corren a cargo del mismo DeZuñiga. De hecho, casi todo el tomo lo entinta él.
Pasando al plano argumental, tal y como indica el título, el presente volumen se inicia con la búsqueda del desaparecido Odín. Una búsqueda que en realidad ya dio comienzo hacia la mitad de la anterior entrega y que pasa aquí a ser en comunidad. Así, Thor, Sif, Fandral, Hogun y Volstagg se embarcan en la Saqueadora Estelar, y de propina el Registrador, la máquina humanoide de los rigelianos, que se convierte en un secundario más.
Por su parte, Balder se queda al mando en Asgard. También Karnilla y el Visir se quedan, aunque a este último Wein parece darle puerta disimuladamente.
Como ya nos tiene acostumbrados el guionista, el reciclaje de ideas vuelve a ser su patrón de trabajo. Lo del viaje interestelar en colectivo a bordo del drakkar volante al rescate de algún asgardiano, es un argumento que ya se puso a prueba en la etapa guionizada por Gerry Conway.
En esta ocasión, el destino se llama Estrella del Juicio, lugar en el que supuestamente se encuentra retenido el Dios padre.
Un crucero a través del espacio que no puede ser más propicio para que los tripulantes vivan sus aventuras de camino al destino final. Y en eso consiste este primer bloque.
Un escenario siempre seductor para contarnos historias emocionantes, pero cuya calidad también depende de la inventiva del guionista, y ahí es donde reside el principal problema.
Puestos a reciclar, el primer alto en el camino sirve para recuperar ni más ni menos que a los oponentes de Thor en el histórico primer número de la dilatada carrera del Dios del Trueno: los Hombres de Piedra de Saturno.
Un relato muy simplista y manoseado a estas alturas de película. Casi un regreso a los primeros 60, también en tono, que aporta nostalgia y poco más.
La siguiente parada es el Levianon, una descomunal nave-mundo habitada por una raza de piel azul que vive atemorizada por una criatura de pesadilla. Los diseños y narrativa de Buscema destacan en una historia que avanza bien hasta que Wein hace de las suyas. El guionista mete un giro final que pretende ser aleccionador, pero que resulta ridículamente condescendiente.
Algo parecido ocurre con el arco argumental de la Gárgola Gris. El giro de guion hacia la mitad es muy poco creíble y creo que echa a perder la historia. Por otro lado, la Gárgola Gris queda un poco desubicado comandado una nave en medio del espacio. Y luego, está la confusión que provocan los tripulantes de su nave, cuyo aspecto es idéntico al de los Nuevos Hombres del Alto Evolucionador.
Presentando con orgullo a... Walt Simonson.El segundo bloque del tomo lleva a los viajantes a su destino, pero la principal novedad está en la entrada de uno de los nombres con letras doradas de la historia de Thor.
El hombre es Walt Simonson, por supuesto, que hace así su debut como dibujante a lápiz. Su estilo parece influenciado principalmente por el propio John Buscema, aunque la coincidencia en el entintador (Tony DeZuñiga) seguro que ayuda a equiparar los trabajos de ambos dibujantes en el presente tomo. El caso es que Simonson ya realiza aquí un notable trabajo narrativo, nos deja páginas espectaculares y su capacidad creativa salta a la vista.
El ciclo argumental que concluye la búsqueda de Odín, creo que mejora en mucho lo visto hasta ahora.
En la Estrella del Juicio habita una especie conocida como las Almas Supervivientes, que necesitan la figura de un dios para poder sobrevivir como pueblo.
Lo único que tenía que hacer Wein es dejar que la historia fluya, aunque no invente nada nuevo, y dejarse de giros de guion forzados. Y esto es precisamente lo que ocurre en este arco y que hace que resulte más interesante, aunque seguro que la capacidad narrativa de Simonson también ayuda.
A esto hay que sumar alguna idea brillante como el cementerio galáctico.
En paralelo, Wein va desarrollando una segunda línea argumental, con Asgard como escenario, a la que pronto se suma el grupo de rescatadores. Balder y Karnilla deben hacer frente a una nueva conquista por parte de Loki, que cuenta con la complicidad de la Encantadora y el Verdugo.
Estamos ante un nuevo reciclaje de ideas. Aprovechando la incapacitación de Odín, Loki se hace con el poder mediante una de sus patrañas y ante la inocente credulidad de Thor y los demás. Nada nuevo, pero al menos la estratagema de Loki para usar a Balder no está mal, y la batalla de Thor contra el Destructor aporta buenas dosis de espectacularidad y épica.
Conclusión.El planteamiento base del viaje interestelar y aventurero en un barco vikingo ya es de por sí una idea de lo más seductora. Ahí, estos cómics ya lo tienen fácil para ganarnos.
El problema está en el trabajo argumental de cada capítulo, y ahí Len Wein patina al no saber estar a la altura en buena parte de las tramas.
De todas formas, el apartado gráfico por sí sólo, tanto en capacidad narrativa como imaginativa, hace que esta etapa recogida aquí sea merecedora de ser recomendada.