He leído
Capitán América Nº 59-60: 1872.
Retomo la lectura de esta colección tras mi
anterior comentario.
Continuamos con otra miniserie de 4 números enmarcada en otro escenario del Mundo de Batalla. En este caso, se trata de una localización del Salvaje Oeste en la que se presentan diversas versiones de los personajes del Universo Marvel que todos conocemos, en un ejercicio muy similar al que hizo Neil Gaiman en 1602, pero en lugar de una Inglaterra victoriana, tenemos Timely, un pueblo del Salvaje Oeste que vive oprimido por su alcalde Fisk que, a su vez, está bajo las ordenes del gobernador Roxxon. La aparición de Lobo Rojo, un indio que intenta volar la mina que desvía el río que está dejando a su gente sin agua, removerá las cosas cuando el sheriff Rogers, intente hacer todo lo posible porque tenga un juicio justo y no un linchamiento por parte de los hombre del alcalde. Este es el punto de partida de una historia que bebe del western clásico, ofreciendo una versión diferente pero, en esencia, muy similar a los personajes que todos conocemos, en un entorno violento que rememorara épocas pasadas e introduce algunos elementos de tipo fantástico o de la ciencia ficción, en un homenaje casi perpetuo a épocas pretéritas de la editorial y sus creaciones.
Gerry Duggan es el guionista encargado de dar vida a esta propuesta y el resultado, a mi modo de ver, es bastante bueno. No solo porque consigue captar la esencia del western, sino por juega muy hábilmente con todo aquello que ofrece el Universo Marvel tradicional, para adaptarlo a otra época en la que tienen que convivir ciertas convicciones idealistas y la cruda y violenta realidad. Y es que quizá uno de los grandes aciertos sea ver como de forma básica persiste el género de superhéroes, pero no por ello se deja a un lado la violencia típica del género, obteniendo un resultado bastante óptimo. Desde luego, tanto la idea como el desarrollo me han gustado mucho más que el de la miniserie de Remender. Además, rescata a Lobo Rojo, un de esos personajes que han tenido una trayectoria errática a lo largo de los años, pero que en esta miniserie reaparece con bastante fuerza. Y lo mejor de todo, y quizá lo más interesante, es que parece que tendrá serie regular propia. Desconozco si ha salido algo ya por aquí, aunque diría que no, pero si llega a ver la luz en nuestro país, me gustaría mucho ver como se desarrolla este concepto, que parece que incluiría unos Vengadores del Salvaje Oeste. Yihaaa!!!
En el apartado gráfico tenemos a Nik Virella, aunque en el Spot On creo que surge una confusión con Evan Shaner, que es el autor de algunas portadas alternativas. De todas formas, el estilo de Virella es perfecto para esta ambientación, además de que se ha optado por un coloreado en el que predomina un aspecto "sepia", por decirlo de algún forma, que casi nos retrotrae a las imágenes que ofrecían este tipo de films en su época de esplendor. Artísticamente es todo un acierto, lo que contribuye a que el guión y el dibujo ejerzan una interesante combinación que a mí, personalmente, me ha gustado bastante. Prácticamente acabo de empezar a explorar que han ofrecido los tien-ins de Secret Wars, pero de momento, este es el que más me ha gustado por el tono, la historia, el tratamiento de los personajes, así como la ambientación y el dibujo. Sinceramente, no me extraña que alguien pensase que de aquí se podía sacar una serie regular. Otra cosa es que el resultado convenza. Julián pone el listón muy alto al hacer comparaciones con Blueberry y Comanche, aunque supongo que es lo que pretende vender la propia Marvel, claro. Eso creo que son palabra mayores y más para una editorial que suele ir demasiado dentro de los convencionalismos como Marvel, sobre todo porque en la propia sección vemos como es el puro
marketing y el intento de cierto conformismo social creando una afinidad con sectores minoritarios de la ciudadanía estadounidense es el que marca la pauta de la recuperación de Lobo Rojo, como el primer héroe nativo americano; que si bien es cierto, obviamente, no debería ser ese el principal motivo, sino el resultado de su desarrollo en una historia como esta, la cual ha sido lo suficientemente buena para ver el potencial que tiene el personaje en solitario o recuperando estos conceptos. pero, bueno, los motivos, aún siendo conscientes de ellos, si el resultado final es bueno, tampoco debería importar demasiado, supongo.