He leído Grandes autores de Batman: Sam Kieth - Fantasmas.
Se trata de una historia en cuatro partes publicada originalmente en la serie Batman Confidencial, y que si no me equivoco Planeta dejó inédita en su momento, seguramente porque su recuperación de la cabecera concluyó un poco antes de estos números. estamos ante una historia algo extraña, pero muy interesante, en la que Keith ejerce de autor completo. Destaca particularmente la parte gráfica, con el estilo habitual de este autor, que nos recuerda a los artistas más rompedores que ha dado la industria, con una gráfica muy propia del cómic independiente, no apta para todos los públicos, en la se combina la psicodelia con anatomía desproporcionada y en ocasiones algo grotesca. Gráficamente es muy interesante, no solo por la narrativa, sino también por la atmósfera que transmite, una combinación entre el terror y la melancolía, uniendo lo paranormal con el drama humano a través de los sentimientos de los protagonistas.
La historia gira en torno a unos sangrientos asesinatos, en los que parece que una criatura recorre las calles de Gotham matando a su víctimas a dentelladas. El aroma a azufre marca intensamente las escenas del crimen, siendo el punto de partida de la investigación del murciélago. Debido a la condición de indigente de una de su víctimas, Batman acaba conociendo a una asistenta social ciega con la que establece una relación. De ese modo, Keith va estableciendo ciertos paralelismos entre ambos personajes, como si de dos almas gemelas se trataran, analizando su pasado y sus problemas para relacionarse con los demás. Por otra parte, el asesino, parece ser una especie de entidad fantasmagórica que se alimenta del miedo de su víctimas, por lo que intenta enfrentar a Batman con algo tan ineludible como el destino. Así, comienza una carrera contra la muerte, y un nuevo intento de nuestro héroe de evitar que sufran los inocentes. Un auténtico reto que nos mostrará la cara más humana de Batman.
La historia está francamente bien, pero hay que admitir que no es cómic para un público generalista. Prácticamente estamos ante un producto underground bajo el sello de DC Comics y con el protagonismo de uno de sus iconos. No obstante, en muchas ocasiones, Batman es casi un secundario, dando un mayor protagonismo a la creación de Keith, encarnada en una mujer con mucho carácter capaz de cuidar de sí misma, y también de conectar rápidamente con el lector. Sinceramente, pese a la calidad inherente de este tomo, la verdad es que no me atrevo a recomendarlo a la ligera. Es un cómic de Batman diferente, y muy interesante, que nos pone de manifiesto la versatilidad que puede ofrecer uno de los buques insignia de la editorial. Pero también es una rareza que no está dirigida al público generalista, y que podríamos catalogar como una obra de autor. Si bien es cierto que la historia conecta directamente con uno de los momentos más traumáticos en la vida de Bruce, sirviendo de nexo de unión con la asistenta social, también hay que dejar muy claro que es un cómic cargado de dramatismo, envuelto con cierto aire de fantasía y temática paranormal. Una fusión algo extraña, que en las manos de Kieth cobra una intensidad gracias a su capacidad de crear una atmósfera propicia para ello. A mí me ha gustado mucho, y creo que es una de esas lecturas interesantes, pero no está de más advertir sobre su condición anómala, para que nadie esté desprevenido, si le quiere dar una oportunidad. Fantasmas del presente y el pasado en la ciudad de Gotham, por obra y gracia de Sam Kieth, no se puede pedir más...