Estela Plateada: Omnigold: La Saga de Estela Plateada (1968-1970) Quizás sea un poco atrevido calificar esta serie como el primer spin-off de la era Marvel. Antes tuvimos la serie de la Antorcha Humana en Strange Tales e incluso el serial de los Inhumanos como complemento de la colección de Thor.
La colección del Capitán Marvel no la contemplo como spin-off puesto que el personaje principal es totalmente nuevo, pese a que el mundo de los Kree ya fuera presentado anteriormente.
Pero por lo menos podemos afirmar que Estela Plateada es el primer spin-off en obtener título propio.
Stan Lee decidió poner toda la carne en el asador para la nueva y flamante colección.
De entrada, él mismo se encarga de guionizarla y escribirla por entero, precisamente en unos años en que paulatinamente iba abandonado el trabajo de guionista en muchas de las series de Marvel que él mismo creó. Además, el carácter de sus diálogos es más adulto, haciendo uso de un lenguaje muy cuidado.
Por otro lado, John Buscema lo da todo en las páginas que ilustran las andanzas de Estela Plateada. La composición de las páginas se nutre de viñetas más grandes de lo habitual en él y menos cuadriculadas, abundando las viñetas a página completa. Y su trabajo a los lápices alcanza una de las más altas cotas de deleite gráfico que nos ha proporcionado Marvel en toda su historia.
Y como prueba definitiva de que ésta no era una colección más, se decidió doblar el número de páginas respecto al resto del catálogo Marvel del momento. 40 páginas de comic-book mensuales.
El primer número nos cuenta el origen de Estela Plateada. Necesario, puesto que hasta ahora no había una historia de origen como tal, pero en parte conocido o intuido. Un muy buen número, muy bien escrito y la mejor historia de origen posible.
Galactus concede un poder cósmico ilimitado a un valiente habitante de Zenn-La, un lejano planeta, con el fin de convertirlo en su heraldo y a cambio de que el todopoderoso gigante no devore a su mundo. Estela Plateada ha nacido, dejando atrás para siempre a su planeta natal y a su amada Shalla Bal.
Ya en este primer número Stan Lee establece las bases de la colección, esencialmente marcadas por el sentir y la personalidad de nuestro protagonista. El que nació con el nombre de Norrin Radd se ve atrapado en un planeta, maravillado por su belleza pero al mismo tiempo desencantado por sus habitantes, a quienes no puede comprender. En realidad, una disección del lado más oscuro de la especie humana, sacando a flote atributos como el miedo o el recelo, que llevan a la hostilidad y al odio. Y, pese a todo, está dispuesto a protegerlos de amenazas exteriores.
En el segundo número no es presentada la Hermandad de los Badoon, una raza extraterrestre que pretende conquistar la tierra, y en el tercero hace su aparición Mefisto. Un tercer número que es una absoluta delicia visual, seguramente el mejor trabajo gráfico de la colección y uno de los mejores de la historia de Marvel. El gran Joe Sinnott entinta estos tres primeros números, poniendo la guinda a las ya insuperables líneas de Buscema.
Grandísimo personaje, Mefisto. Un ser que mora en un reino demoniaco, que aparece como una metáfora del costado más oscuro del hombre. Representa los instintos más bajos de los humanos, que no deja de ser uno de los males que Estela debe enfrentar.
A continuación, tenemos un episodio que ocurre en Asgard, cuando Estela es engañado por Loki para enfrentarse a Thor. Y todo seguido se enfrenta al Extraño. Ya sin la participación de Joe Sinnott, que ha sido sustituido por Sal Buscema como entintador de su hermano John.
Llegados a este punto sin duda lo más destacado de la serie es la parte gráfica. Los guiones cumplen bien pero se echa en falta alguna línea argumental más perdurable y algo de trasfondo, más allá de los repetidos esfuerzos de nuestro protagonista en traspasar la barrera que le tiene preso en la Tierra. Se echa en falta una mayor complejidad, dicho de otro modo.
El número del Extraño es especialmente inverosímil. Un tipo llamado Al B. Harper, que pasaba por allí, ayuda a Estela tras caer de las alturas al suelo, y resulta que es un genio inventor que le puede fabricar un aparato que le permita agujerear la barrera invisible creada por Galactus. Pero al hombre le falta dinero para poder construirlo, así que Estela Plateada se pone a buscar trabajo. En fin.
A continuación, siguen un par de números independientes, un poco locos pero encantadores. Primero nuestro protagonista viaja al futuro donde se encuentra con un fantoche todopoderoso que ha eliminado toda vida humana del universo, hasta que, para su sorpresa, se encuentra con un humano vivo al que debe destruir, Estela Plateada.
Y el siguiente es un adorable relato con aires de fábula y coqueteo con el terror gótico. Un descendiente de Frankenstein, a quien Estela salva de la quema desconociendo sus perversas intenciones, crea un duplicado maligno del propio Estela Plateada.
El entintado de Sal Buscema sobre los dibujos de John llega aquí a la perfección alcanzada con Sinnott.
El formato ampliado de la colección parecía no acabar de funcionar, por lo que llega hasta aquí, su séptimo número. A partir del siguiente pasa a ser como las demás series, comic-books de 20 páginas.
En este momento Dan Adkins pasa ser el nuevo entintador de John Buscema, con resultados prácticamente igual de superlativos, por lo menos en sus primeros números. El nuevo arco confirma el muy buen momento de Stan Lee y John Buscema como creadores de relatos fantásticos con aroma de clásicos de aventuras. De nuevo situándonos ante una estética entre gótica y mística, una historia con elementos de terror y las artes oscuras, Stan Lee mezcla a Mefisto con la leyenda del Holandés Errante. La labor argumental creo que pasa a un segundo plano en este tipo de historias que son más un deleite nostálgico para frikis, donde el arte de John Buscema se me antoja imprescindible.
La siguiente aventura es algo más convencional pero entretenida. Estela viaja hasta un país sudamericano gobernado por una dictadura militar, donde acaba enfrentándose a los tiranos. Al mismo tiempo, Shalla Bal logra viajar a la Tierra ayudada por Yarro Gort, un perverso Zennlaiano que se une a los tiranos con el fin de destruir a Estela Plateada y así casarse con Shalla Bal. A estas alturas ya he perdido la cuenta de la de veces que Stan Lee ha usado este recurso del malvado que le quiere robar la novia al héroe aniquilándolo.
Siguen aventuras más modestas. Una donde vuelven las artes místicas y la brujería, para al final acabar invocando a la mismísima Abominación, en su segunda aparición en Marvel tras la primera en la serie de Hulk. Y otra historia en la que el plateado surfista se enfrenta a un robot todopoderoso, creación que se le fue de las manos a la ONU.
Creo que se echa en falta más de variedad en el fondo y el sentir sobre el que descansan las aventuras. La mayoría de números terminan de la misma forma: Estela Plateada lamentando la poca capacidad de raciocinio de los humanos, y muestras de recelo y odio de éstos hacia el plateado protagonista.
La pareja de números siguientes es de lo más peculiar. Algo así como dos números gemelos que se complementan el uno al otro. Los dos cuentan con estrellas invitadas y los dos van de lo mismo, pero desde puntos de vista opuestos. Aunque siguen repitiendo el mismo mensaje del distanciamiento entre el héroe y los habitantes de su nuevo hogar.
En el primero Spiderman intenta parar a Estela al tomarlo precipitadamente por una amenaza, para, al final, admitir el injusto trato brindado al surfista. Y en el segundo es el propio Estela Plateada quien comete el mismo error con los Cuatro Fantásticos, al desconfiar de ellos cuando pretendían ser de ayuda. También Estela acaba el número avergonzado por incurrir en el mismo error que otros cometen con él.
El número de Spiderman viene ornamentado con la participación de un niño fan de los superhéroes e incomprendido por su malhumorado padre. Estela acaba salvando al niño, cosa que sirve de detonante para que el padre acabe abrazando a su querido hijo. En fin, un recurso ya usado en multitud de cómics y relatos.
Los dos últimos números con John Buscema a los lápices suponen otro cambio de entintador. Chic Stone es el elegido y francamente algo se rompe. Sus trazos gruesos creo que no le hacen ningún bien a los dibujos de big John, especialmente en las figuras pequeñas. Pero lo peor de todo es el destrozo ocasionado a muchas de las viñetas, sobre todo del segundo número, hasta el punto de que soy incapaz de reconocer el estilo de Buscema. Ignoro si es un problema de notable desgana por parte de Stone o si el propio John también puso de su parte, pero el nivel gráfico de un número importante de viñetas es vergonzante. Nadie diría que estamos en la misma colección que los números precedentes.
La historia tampoco es mucho mejor. De nuevo Mefisto, ya convertido en el villano por excelencia de Estela Plateada, secuestra a Shalla Bal y obliga, mediante coacción, a Silver Surfer a servirle. Como prueba de su lealtad le manda destruir SHIELD. No se sabe muy bien por qué SHIELD.
El último número de la colección es el único que no cuenta con John Buscema. Jack Kirby, con el entintado de Herb Trimpe, da forma a un desfile de mamporros entre nuestro héroe y los Inhumanos que poco tiene que ver con lo que llevábamos leyendo hasta ahora. Es un Lee-Kirby de manual, pero no del de finales de los 60 sino del de los primeros años. Desde luego no es el mejor Lee, ni el mejor Kirby. El número termina con un surfista desbocado y un anuncio a pie de página que hace referencia a un Estela Plateada salvaje para el próximo número. Número que nunca llegó a existir.
Como añadido, se incluyen dos historias cortas que no están mal. Una historia de Lee-Kirby, que salió de complemento en el quinto anual de los 4 Fantásticos, donde se enfrenta a Quasimodo; y un relato incluido en Epic Magazine que consiste en una conversación filosófica entre Estela y Galactus, cuando el plateado héroe todavía era heraldo del gigante.
En resumen, puedo calificar el presente tomo de altamente recomendable si nos atendemos a casi los dos primeros tércios. Y muy especialmente si valoramos el apartado gráfico, que ya directamente entra en la categoria de obra maestra. Creo que esos 9 primeros números merecen muy sobradamente la adquisición del tomo. No hay ni que pensárselo.
Pero globalmente el volumen no merece el mismo calificativo, puesto que un poco más allá de la segunda mitad inicia el descenso de sus cualidades. Especialmente la parte final de la colección principal no creo que merezca el aprobado.
Reseña en la web de Universo Marvel.https://www.universomarvel.com/resenas-estela-plateada-omnigold-la-saga-de-estela-plateada-1968-1970/