Diálogo extraído de "Kill Bill: Volumen 2" (Kill Bill: Volume 2, Quentin Tarantino, 2004).
---Bill: Como ya sabes, me encantan los cómics. Especialmente los de superhéroes. Encuentro la mitología que rodea a los superhéroes fascinante. Tomemos por ejemplo mi favorito, Superman. No es una gran historia, no está particularmente bien hecha. Pero, la mitología... la mitología no sólo es fantástica, es única.
---Beatrix: ¿Cuánto tarda esta mierda en hacer efecto?
---Bill: Aproximadamente dos minutos. Suficiente para terminar lo que te estaba diciendo. Ahora, un elemento de la mitología del superhéroe es que está el superhéroe y también está su alter-ego. Batman en realidad es Bruce Wayne. Spiderman es Peter Parker, cuando el personaje despierta por la mañana es Peter Parker, se tiene que poner un disfraz para llegar a ser Spiderman. Y por esa característica, Superman es único. Superman no se convirtió en Superman. Superman nació como Superman. Cuando Superman se despierta por la mañana, es Superman. Su alter-ego es Clark Kent. El traje con la S roja y grande es la manta en la que estaba envuelto cuando los Kent lo encontraron siendo un bebé. Esas son sus ropas. Lo que usa, las gafas, el traje de oficina, es su disfraz. Es el disfraz que Superman usa para mezclarse con nosotros. Clark Kent es como Superman nos ve. ¿Y qué hay de las características de Clark Kent? Es débil, es inseguro, es un cobarde. Clark Kent es la crítica de Superman para el mundo de los humanos. Algo así como Beatrix Kiddo y la señorita de Tommy Plympton.
---Beatrix: Vaya. Estás llegando a un punto.
---Bill: Tú hubieras usado el disfraz de Arlene Plympton. Pero naciste como Beatrix Kiddo. Y cada mañana cuando te despiertes, serás Beatrix Kiddo. Ya puedes sacar la aguja...
---Beatrix: ¿Me estás llamando superheroína?
---Bill: Te estoy llamando asesina. Asesina por naturaleza. Siempre lo has sido y siempre lo serás. Mudándote a El Paso, trabajando en una tienda de discos usados y viendo películas con Tommy, recortando cupones. Eras tú intentando disfrazarte de abeja trabajadora. Eras tú intentando encajar en la colmena. Pero no eres una abeja trabajadora. Eres una abeja renegada asesina. Y no importa cuántas cervezas bebas, o barbacoas comas, o lo mucho que tu culo engorde, nada el mundo podrá cambiarte.