Hay una forma de blanquear, pero es peligrosa para el papel, además no garantiza resultado si la mancha es profunda. No usarla salvo que no haya otro remedio, porque puede cargarse el papel. Yo nunca me he atrevido a blanquear, aunque por las fotos, es un caso menor, en el borde y no debería afectar a la parte impresa aunque se meta la pata con el blanqueado.
La forma de blanquear, si te atreves, es con lejía disuelta en agua, 2 partes lejía y 1 de agua. En un vasito (no hace falta apenas cantidad, ojo con pasarse), mezcla los líquidos. Usa guantes por precaución siempre que gastes lejía, además del resto de medidas de seguridad habituales de este producto. Usando bastoncillos de algodón, suavemente para no dañar el papel, y con muy poca cantidad para evitar males mayores por la humedad, limpia las manchas. Inmediatamente seca con papel secante la humedad que pueda haber, y deja secar por completo. Se puede repetir cuando este seco varias veces hasta blanquear del todo. Pero antes de ponerse a saco, se deberia hacer una prueba minúscula en alguna zona no visible ni arriesgada para ver la reacción del papel a la lejía y abortar la operación si no reacciona bien (cada papel es diferente, no hay que fiarse si funciona con uno, puede dañar otro)