Leído el tomo 3.
No hacen más que aparecer personajes, algunos nuevos y otros recuperados de tomos anteriores, y a base de pequeñas historias, Urasawa va tejiendo un gran tapiz, que aún no sé hacia donde va. Lo único que tengo claro, es que cada vez que abro uno de los tomos, me cuesta cerrarlo y no seguir leyendo.
Un compañero de universidad envidioso, un matrimonio de jubilados que van a ver si hijo a presidio, un expolicía y su guardaespaldas, un inspector de la BKA obsesionado, una recibos despechada, un asesino convaleciente, un multimillonario ciego, una prostituta retirada, estudiantes varios (esto más que manga, parece una canción de Sabina), y Johan.
Al fin Johan.
Algunos de estos personajes repetirán, de otros no volveremos a saber, lo que no se sabe es de qué tipo es cada uno hasta que no abramos el siguiente tomo. O el otro.
Lo que está claro es que Johan existe, y la bala de la doble personalidad de Tenma ya está gastada.
O no, porque una cosa no excluye la otra.
Pero está gastando tanto tiempo, y rodeándolo de tantos personajes, que no está dando opción de que Tenma no sea realmente como parece. Un pedazo de pan.
Entonces ¿es Johan tan malo como dice Tenma?
¿Cuantos Johan hay?