Llegamos a un Capítulo clave, con uno de los momentos más convulsos vistos hasta ahora y cuyas repercusiones se extenderán durante siglos.
Lo he dividido en dos partes, así que en la próxima veremos el auténtico "nacimiento" de la figura de Apocalipsis y tendremos aquí un despiporre sin igual lleno de coloridos superhéroes del siglo XX. Espero ofrecerlo la semana que viene.
En cuanto a aclaraciones, se supone que tras lo visto aquí Killpower y Genetix viajan más atrás al pasado, pero yo me he enterado escribiendo este Capítulo, así que haré una actualización sobre ello en otra ocasión.
Por último, me gustaría dedicárselo a Terry Kavanagh, por su "excelente" labor a la hora de escribir y planificar la miniserie X-Men: El origen de Apocalipsis, que cronológicamente no hay por dónde cogerla y me ha obligado a cambiar cosas que estaban más que establecidas. Gracias por nada, Terry
CAPÍTULO XVI: RAMA-TUT (I)
2957 a.C.
Un nativo del siglo XXX llamado Nathaniel Richards llega a este período temporal mediante una máquina del tiempo diseñada para parecer una enorme esfinge de piedra, con la intención de hacerse con el poder del reino y establecer una base desde la cual viajar a otros puntos de la línea temporal. Debido a un error de cálculo, la gigantesca máquina del tiempo choca de forma violenta cuando se materializa y resulta dañada. Nathaniel queda ciego debido al impacto.
Los Jinetes de la Tormenta de Arena, un grupo errante de bandidos liderado por Baal, ven el advenimiento de Richards y se dirigen hacia la zona del impacto. Baal observa un fragmento de la esfinge que ha caído separado del resto y memoriza dónde se encuentra.
Baal y los suyos encuentran al herido y ciego Nathaniel y le ayudan a salir de la esfinge. Comprendiendo que se hallan ante alguien de gran poder, deciden convertirle en su aliado y curar sus heridas. Baal le bautiza como Rama-Tut, “el visitante de más allá del Sol”.
Durante las siguientes semanas extraen de la esfinge varias de las extrañas pertenencias de Richards procedentes del futuro, incluyendo armamento y robots.
Una noche, ya totalmente recuperado a excepción de su vista, Nathaniel abandona en secreto el campamento de sus anfitriones llevando consigo sus objetos.
Nathaniel llega hasta un pequeño núcleo urbano y se enfrenta a sus habitantes mediante sus robots y un arma disparadora de energía, empleando esta última a ciegas. Debido a la abrumadora superioridad de su tecnología futura, la batalla acaba rápidamente y los lugareños le juran servidumbre.
Baal, tras descubrir la huida de Richards, regresa al lugar dónde le hallaron en busca del fragmento separado de la esfinge. Tras localizarlo ya enterrado por la arena, encuentra en su interior un dispositivo llamado el Ojo de las Eras. Baal regresa al campamento para tratar de discernir su utilidad.
Pocos días después de su llegada, unos nativos le traen a Nathaniel una rara hierba afectada por la radiación emitida por su propia máquina del tiempo y capaz de restablecer la vista. Nathaniel la aplica sobre sí mismo y cura su ceguera.
Nathaniel decide cumplir con el objetivo de su viaje y logra entrar al palacio de Amenhotep, apresando al faraón.
Inmediatamente después se presenta ante los súbditos de Amenhotep proclamando que este ha muerto y él ha sido enviado desde más allá del Sol a bordo de la esfinge para ocupar su lugar y llevar a Egipto a una nueva época de gloria. Temerosos de su poder todo el mundo le rinde pleitesía, incluyendo a los hijos de Amenhotep. Nathaniel es nombrado faraón adoptando el nombre de Rama-Tut.
Rama-Tut nombra como consejero y general de su ejército a Ozymandias, el primogénito de Amenhotep, en gran parte para dilucidar si puede ser una amenaza.
Tras sus primeras semanas de reinado y activar los sistemas de seguridad de la esfinge para preservar la máquina del tiempo a salvo, Rama-Tut descubre que entre sus objetos falta el Ojo de las Eras. Incapaz de localizarlo, cae en la cuenta de que quizá esté en manos de los Jinetes de la Tormenta de Arena.
Rama-Tut ordena a parte de su ejército que le acompañe hasta el campamento de los Jinetes. Armado con sus poderosas armas, la oposición de los Jinetes dura poco tiempo y consigue apresarlos, a excepción de un pequeño reducto comandado por Baal que escapa con el artefacto.
Rama-Tut ordena torturar a todos los Jinetes apresados para que revelen lo que saben, pero ninguno de ellos le ofrece ninguna información. Finalmente decide conservar como esclavos a aquellos que no han muerto durante el proceso.
Baal consigue finalmente desentrañar el modo de activar el Ojo de las Eras. Este proyecta una imagen de un poderoso guerrero de piel grisácea y labios azules que el propio Nathaniel Richards pretendía encontrar para aprovechar todo su potencial en su beneficio. Baal recuerda una profecía que habla de un muchacho similar llamado “El Primero”, y decide encontrarle él mismo para que le ayude a derrocar al faraón.
En el seno de una tribu llamada Clan Akkaba, localizada en la zona que será conocida como Tebas y cuyos miembros se desentienden del resto del reino egipcio, nace un niño de piel grisácea y labios azules y portador del gen X que casa con la profecía de “El Primero”. Temiendo el destino que puede acarrearles, el niño es abandonado a su suerte sin nadie que cuide de él.
Baal y el resto de Jinetes supervivientes llegan al asentamiento del Clan Akkaba durante su búsqueda del niño de la profecía. Debido a la falta de cooperación de los nativos se desata una cruenta batalla que concluye con la masacre total del Clan. Cuando ya se disponen a marchar Baal escucha el llanto del niño mutante. Tras cogerlo en brazos e identificarlo como el que buscaban, Baal le concede el nombre de En Sabah Nur, "El Primero", y se marcha junto a los Jinetes.
2957 a.C. – 2945 a.C.
Baal cuida y cría a En Sabah Nur a lo largo de los años, a pesar de las reticencias y miedos de los restantes Jinetes de la Tormenta de Arena. Baal enseña al muchacho a luchar y le inculca la idea de que sólo aquellos más fuertes y mejor preparados son los que están destinados a sobrevivir y dominar al resto.
Bajo la dirección de Rama-Tut, Egipto alcanza una era de esplendor para las clases altas, que se convierten en los habitantes principales de la capital. El resto de ciudadanos, de vida más humilde, son convertidos en esclavos o destinados a realizar trabajos pesados.
Rama-Tut se acomoda cada vez más en el trono, lo que sumado a la avería de su máquina del tiempo le lleva a desestimar su idea inicial de viajar a través de las eras conquistándolas y a ordenar la construcción de una pirámide en su nombre.
Poco después prohíbe el culto a los dioses heliopolitanos entre su pueblo asegurando que él es la única deidad que deben adorar.
2945 a.C.
Nace Ramades, hijo ilegítimo de Rama-Tut y una mujer esclava. El faraón se desentiende del muchacho, que será criado por su madre.
La mitad de un dispositivo conocido como Cronifacto, capaz de permitir la manipulación de la energía cronal, aparece en el palacio de Rama-Tut enviado desde el siglo XX. El faraón comienza a estudiarlo en privado para tratar de aprender a utilizar su poder.
Un aventurero del siglo XX llamado Killpower llega a este período temporal en busca de la mitad del Cronifacto. Apareciendo en el palacio de Rama-Tut, se enfrenta a varios de sus guardias derrotándolos con facilidad. A continuación les pide que le guíen hasta su líder.
Al llegar ante Rama-Tut, el faraón se siente intrigado por la presencia del viajero temporal y organiza un banquete durante el cual poder hablar con él. Antes de la celebración del mismo, Rama-Tut ordena a uno de sus hombres que ataque a Killpower durante la cena.
El sirviente de Rama-Tut cumple sus órdenes y sin ser visto lanza varias víboras contra Killpower, quién se deshace fácilmente de ellas. Rama-Tut se dirige hacia su invitado y le explica que ese es un ataque típico de Samira, una hechicera con la que se enemistó tiempo atrás y le arrebató el Cronifacto, por lo que debe saber el propósito de su viaje temporal y ha tratado de destruirlo. Killpower cree las mentiras de Rama-Tut y le pide que desvele dónde se encuentra Samira, tras lo cual parte en su búsqueda. Tras la marcha de Killpower, Rama-Tut ordena ejecutar a su sirviente para que no desvele la verdad y sigue investigando el Cronofacto.
Killpower llega a la pirámide dónde habita Samira y esta inmediatamente le detecta, tras lo cual le captura con unos tentáculos mágicos para llevarle hasta su presencia. Killpower la acusa del robo del Cronifacto y el ataque de las víboras, y Samira comprende que el aventurero ha sido engañado por Rama-Tut para ponerlo en su contra. Tras contarle la verdad le envía nuevamente al palacio del faraón con su magia.
Rama-Tut empuña una de las armas de su arsenal, el Rayo de Ultradiodos, para encararse con Killpower, pero este emplea un proyector para crear imágenes duplicadas de sí mismo y confundirle.
En ese instante, un grupo de guerreros llamado Genetix llega a este período temporal desde la época de Killpower para encontrar y llevar de vuelta a este. Al no haber interactuado con ellos anteriormente, Killpower los considera siervos de Rama-Tut y comienza una batalla a tres bandas. Una de los componentes de Genetix, Stinger, logra absorber la energía del Rayo de Ultradiodos de Rama-Tut y devolverla hacia este, lo que provoca que el faraón tenga que recurrir a su arma más poderosa, con la que logra poner en jaque al grupo. Aprovechando el caos reinante, Killpower consigue hacerse con la mitad del Cronifacto, el cual automáticamente se activa y provoca que el aventurero desaparezca en la corriente temporal nuevamente.
Samira, que ha estado observando la batalla, emplea su magia para aparecer frente a Genetix y abrir un portal temporal por el cual el grupo pueda seguir a Killpower, además de proporcionarles un vial con una poción capaz de mejorar la nublada mente de Killpower. Rama-Tut, al ver el portal temporal, se dirige hacia su arsenal para coger un instrumento capaz de absorber las energías cronales. Para cuando vuelve a la sala y emplea el artefacto con éxito, tanto Genetix como Samira se han marchado.
Rama-Tut logra reparar totalmente su máquina del tiempo empleando las energías cronales absorbidas del portal de Samira.
Tras su decimoséptimo cumpleaños, En Sabah Nur lleva a cabo el ritual de madurez y total integración en los Jinetes de la Tormenta de Arena enfrentándose con las manos desnudas a tres miembros armados con espadas. Tras una sangrienta batalla, el muchacho logra imponerse acabando con la vida de los tres Jinetes y se convierte en miembro del grupo de pleno derecho.
2945 a.C. – 2940 a.C.
Completada la construcción de su pirámide, Rama-Tut decide encerrar en ella a su todavía vivo y cautivo predecesor, el antiguo faraón Amenhotep.
Requiriendo un sujeto de experimentación para probar una poción conocida como el Néctar de los Muertos, Rama-Tut se asegura de que este líquido sea el único que beba Amenhotep. Paulatinamente el antiguo faraón comienza a convertirse en una criatura monstruosa que reúne todas las características de un vampiro, pero sin la necesidad imperiosa de alimentarse de sangre.
Ozymandias alienta a su hermana Nephri a convertirse en la esposa de Rama-Tut para que tanto él como ella formen nuevamente parte de la familia real y posean verdadero poder.
Logos, el gran visir de Rama-Tut, llega a palacio para alertar a su señor de la posible amenaza de un poderoso y deforme componente de los Jinetes de la Tormenta de Arena. Reconociendo en la descripción al mutante a quien tenía intención de buscar tiempo atrás, Rama-Tut ordena a Ozymandias que comande un batallón encargado de traer a En Sabah Nur ante él para ponerlo de su parte antes de que sea demasiado tarde.
Baal es informado de que las fuerzas de Rama-Tut están recorriendo Egipto en busca de En Sabah Nur y que pronto darán con los Jinetes. Dándose cuenta de que el tiempo apremia, ordena a sus hombres que tiendan una emboscada al ejército de Ozymandias y a continuación pide a su protegido que le acompañe a una cámara subterránea para que conozca su brillante futuro gracias al Ojo de las Eras.
Ozymandias y sus soldados caen en la emboscada de los Jinetes y se produce una batalla con numerosas bajas en ambos bandos. Finalmene el suelo dónde se está librando la contienda cede y ambos ejércitos caen varios metros hasta el subsuelo, provocando un alud de rocas que atrapan a En Sabah Nur y provocan que Baal se rompa ambas piernas y pierda un ojo. Ozymandias, único superviviente en la superficie, se marcha del lugar.
En Sabah Nur se disculpa ante Baal, diciéndole que ha demostrado que no es de los más fuertes y por tanto no merece sobrevivir. Baal niega esas palabras y mientras libera a su protegido de las rocas que le aprisionan le recuerda que tiene un futuro glorioso. Baal logra liberar complemante a En Sabah Nur y ambos comienzan a avanzar por las cavernas del subsuelo a pesar de sus heridas y sin comida, agua ni luz.
Ozymandias regresa a la capital e informa a Rama-Tut de que la misión ha sido un fracaso y su objetivo ha muerto. El faraón se niega a creer sus palabras sabiendo del poder que posee el mutante.
Tras varios días vagando sin rumbo por el subsuelo, Baal siente que su fin es inminente y le cuenta a su protegido la verdad sobre la Esfinge de la capital y que en su interior podrá encontrar la manera de derrocar al faraón. Baal muere a continuación debido a sus heridas y la falta de alimento. En Sabah Nur llora su pérdida y jura venganza contra Ozymandias y el propio Rama-Tut.
Rama-Tut hace oficial ante su pueblo su futuro matrimonio con Nephri a pesar de las advertencias de Logos, quien considera que no es más que un ardid de Ozymandias para adquirir poder. El gran visir decide entonces que debe impedir de algún modo todo lo que está por ocurrir y se dirige al desierto en busca de En Sabah Nur.
Cuando el mutante logra finalmente encontrar una salida de las cavernas del subsuelo halla a Logos esperándole. El gran visir le explica que tienen el interés común de deshacerse de Ozymandias, uno por venganza y el otro para impedir que acceda indirectamente al trono. En Sabah Nur accede y ambos viajan a la capital, dónde el visir oculta a su aliado haciéndole actuar como esclavo y recubriéndole de vendajes para que su peculiar aspecto no destaque.
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