He leído
Conan el Bárbaro Nº 8.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Una vez concluida la etapa de Jason Aaron llega el relevo con el guionista Jim Zub, acompañado del dibujante Rogê Antônio. Como punto de partida no ha estado nada mal. Al fin y al cabo, Zub ya ha demostrado que podía hacer un trabajo solvente con Conan, del que parece que es bastante aficionado. Nos alejamos del tono pretencioso de Aaron, para adentrarnos más en la fantasía heroica más clásica. El cimmerio, en medio de una fiesta den un extraño pueblo, acaba ganado un torneo de fuerza. Sin embargo, no es consciente de que se ha ganado un puesto en el Crisol, un torneo dedicado a un dios de la zona, en el que tendrá que luchar por su vida durante por su travesía por un laberinto subterráneo pensado par acabar con guerrero fuertes y entrenado.
A decir verdad, el argumento es muy simple, y nos recuerda poderosamente a un juego de rol. No obstante, entre los
cliffhanger y la atmósfera de suspense que va sembrando Zub, hay que admitir que son dos números muy entretenidos. Creo que esta es una dirección mucho más adecuada que la que tomó Aaron, cuya historia al final acabó desencadenado en un bluf tremendo. Zub aquí sigue un poco en la línea de su arco argumental en el título hermano, demostrando que se desenvuelve bien en el género y que es capaz de mostrarnos a un protagonista bastante coherente y reconocible. Ahora solo falta que remate bien la historia, y aunque no estemos ante grandes historias, por lo menos podamos disfrutar de buenos relatos de Conan, sin necesidad de mostrar argumentos más grandes que la vida. Además, partiendo de la simplicidad, también se puede llegar a grandes aventuras épicas, con un buen desarrollo y ambientación. Sea como sea, me ha gustado este punto de partida de la etapa, que espero que vaya cuajando un poco más en los siguientes números.
La parte gráfica es quizá un poco más floja. Antônio no lo hace mal, aunque yo lo veo siguiendo las mismas directrices que su antecesor. Si bien es cierto que se le ve bastante asentado, a mí me ha dado la sensación de ofrecer algo muy similar a Mashmud Asrar. Aunque, en mi opinión, esta cabecera necesita un dibujante más revulsivo y con más fuerza en el trazo. Creo que cualquiera de los portadistas que vemos e esta grapa, por ejemplo nos recuerdan más a los cómics clásicos de Conan, mientras que ne las páginas interiores se pierde bastante esa fuerza narrativa propia de la fantasía heroica. No está mal del todo, también porque el ojo se va acostumbrando, pero yo creo que esta serie necesita otro tipo de dibujante.
Por último, y ya más como curiosidad personal, destacar que esta grapa es posíblemente uno de los primeros cómic en los que aparece mi nombre en la sección de Spot On, sobre una pequeña errata que detecté en números anteriores de la colección. Sinceramente, y teniendo en cuenta que los correos de los lectores son cosas del pasado, nunca pensé que esto podría pasar. No se puede negar que es una sensación extraña, la de verse ahí en la página impresa.