Suscribo lo que Darth Sidious ha comentado sobre Kingdom Come; a pesar de que me parece una muy buena lectura, me falla un poco para poder etiquetarlo como una "obra maestra" (con toda la prudencia con la que se debe utilizar esta expresión). De la misma manera que en Marvels encontré un clásico inapelable desde el mismo momento en que cayó en mis manos, con Kingdom Come me entran ciertas dudas:
En primer lugar, lo ya apuntado por Sidious. El dibujo es espectacular, por supuesto (esto es algo evidente), pero noto cierta urgencia por parte de Ross a la hora de meter uno o dos millones de personajes en la historia de los que sólo aprovecha unos pocos. De la misma manera que George Pérez era un maestro a la hora de dotar de épica sus páginas con peleas multitudinarias (y ahí están las "Crisis En Tierras Infinitas" para dar fé de ello), Ross busca el espectáculo por el espectáculo para después dejar con la miel en los labios al lector.
Y está la historia. No es mala, ni mucho menos (de hecho, me parece muy buena). Pero tengo cierta sensación de deja vú. De la misma forma que en Marvels un lúcido Busiek simbolizaba y homenajeaba al lector de comics por medio de un personaje corriente (en este caso un periodista) que asistía como espectador de las aventuras de los prodigios, Kingdom Come adapta la misma idea (en esta ocasión, por medio de un sacerdote). Y si ya la idea pierde parte de su genialidad por reiterativa, el hecho de que el espectador acabe tomando parte en la función no ayuda; Marvels funciona perfectamente como homenaje a todos los que hemos seguido con pasión las andanzas de nuestros heroes de papel durante años, pero Kingdom Come se instala en uno de esos hipotéticos futuros para terminar diciéndonos que la naturaleza de los protagonistas de cómic también está en nuestras manos. Y como que no.
En cualquier caso, reitero que Kingdom Come me parece un gran cómic, aunque sea por la lectura que hace de algunos de sus personajes (creo que nunca en mi vida he disfrutado tanto de Superman como en esa historia). Pero tengo muy claro cuál es la gran obra en la que Ross ha tomado parte. Y ahí Busiek tiene gran parte de mérito. Al César lo que es del César.
Un saludo.