He leído
Super Humor Superlópez Nº 18.
La verdad es que esta entrega ha estado un poco mejor que la anterior, pero me sigue pareciendo ver a un Jan en horas muy bajas. Sus historias don bastante anodinas y ha perdido gran parte de la chispa y el humor que le caracterizaba, o al menos el que yo recuerdo del inicio de la serie. Es una auténtica lástima, ha habido álbumes muy buenos y que después de tanto tiempo se haya reducido a esto es un poco lamentable. A pesar de que la producción de Ibáñez es mayor, aunque tampoco es que esté en un momento álgido de su carrera, en sus últimos trabajos aún consigue sacarte una sonrisa o te ríes un poco, algo que con Jan apenas pasa. Por otra parte, tampoco termino de comprender como la editorial pone los precios, porque este volumen cuesta casi 18 euros, mientras que las reediciones de los primeros tomos han subido a nada más y nada menos que 25 euros. Que entiendo perfectamente que no van a costar los 15 de la época, pero me parece una subida exagerada y sin ningún motivo aparente, más allá de exprimir al aficionado y aprovecharse de que seguramente muchos quisiesen recupera una de las mejores etapas de la serie, que ha estado bastante complicado durante mucho tiempo. Prácticamente, y como yo lo veo, es una especulación, pero por parte de la editorial.
Volviendo al tomo en cuestión, comenzamos con
"Superlópez en el laberinto", quizá la pero historia de toda la entrega, donde la originalidad brilla por su ausencia. Los diferentes enemigos de nuestro protagonista consiguen unirse para crear una trampa en un laberinto en el que pretenden acabar de una vez con el superhéroe. Para ello, raptan a Jaime y Luisa, dejando escapar al primero, que pondrá sobre aviso a Juan y este a su álter ego. De ese modo, juntos, se introducen en la elaborada trampa para rescatar a Luisa, que no se muestra muy receptiva con su rescatador. En lo que parece una parodia de las doce pruebas de Hércules y el conato de la muerte de Superman llevado al ámbito mitológico, Jan nos lleva de la mano una historia bastante floja, que a mí no me termina de convencer, y me da la sensación que tampoco funciona muy bien. No sé si soy yo, es el autor, es el personaje, es el enfoque, o yo que sé, pero para sr el punto de inicio de esta lectura ha resultado ser una experiencia algo anodina.
Continuamos con
"El Supergrupo contra los Ejecutivos", donde volvemos a tener el tándem creativo formado por Efepé y Jan, mejorando un poco el resultado del anterior álbum. Sin embargo, debo admitir que de todas las aventuras del Supergrupo, esta me ha parecido la más floja de todas. Tiene aspectos muy interesantes, además de rescatar uno de los escenarios de la etapa clásica, el Superbanco, y a su directos, Thoro, aunque juraría que en su primera aparición era Thor. Supongo que los temas de los derechos habrán tenido algo que ver. La trama gira precisamente en torno al director, que pide la ayuda de Superlópez y su equipo para proteger al Superbanco del atraco de los Ejecutivos. Tras un primer enfrentamiento al estilo propio del género, nuestros protagonistas se las tendrán que ver con aspectos más administrativos, cuando los Ejecutivos contraatacan con una opa hostil. De ese modo,
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La presencia de Efepé se nota principalmente en los diálogos, que ganan en mordacidad y humor. Además, no cuesta nada ver referencias al propio Universo Marvel, en lo que podríamos considerar una parodia de los Vengadores, sobre todo con la presencia de Thor. Uno de los mejores momentos es cuando entra en escena la Maza, presenciando una versión muy peculiar de los inicios de Hulk con los Héroes más Poderosos de la Tierra. También tenemos los gags recurrentes como la lluvia incontrolada de Thor o el liderazgo del grupo, pero sobre todo tenemos una crítica directa hacia le sistema, la economía y los bancos, que son los que dirigen nuestras vidas. Si bien es cierto que las dosis de humor son menores, y lo recurrente de ciertos chistes hacen que pierdan su gracia, el componente crítico está muy bien llevado, demostrando una vez más que aunque la serie no esté a un gran nivel, en compañía de Efepé, Jan obtiene mejores resultados; al menos mucho más divertidos y entretenidos.
Cerramos este recopilatorio con
"Gran auténtico vidente curandero", otra de las historias realizadas por Jan en solitario. Aunque creo que es mucho mejor que la primera, no sigue siendo gran cosa y desde luego no es ningún mérito a estas alturas. Sin embargo, hay que reconocer que a través de la parodia, intenta transmitir cierto mensaje sobre aquellos estafadores que utilizan la videncia para engañar a otros, sacándole su dinero. A mí parecer, al menos el objetivo de la historia se consigue bastante bien, ridiculizando a este tipo de personajes, pero diría que le sobran páginas al álbum, que se hace un poco cargante. Además, Jan vuelve a jugar la baza del misterio y el suspense, añadiendo un crimen a esta ecuación, uno que resolverá el propio Superlópez. Como sucedía en
"Tres pizzas y un muerto...", el autor realiza una elaborada trama en la que intervienen una serie de personajes, así como la presentación de Arúspice, el mago y vidente que será objeto de investigación tras predecir la muerte de un magnate de las latas de sardina. De ese modo, tendremos una parte dedicada al investigación, con un Superlópez más parecido a Batman que a Superman, simultaneado con el protagonismo de Luisa, que parece estar cansada de su relación con Juan, el cual no le hace caso, prefiriendo ver el fútbol que ir con ella al cine. Su obsesión con el matrimonio la llevará a ponerse en manos de Arúspice, a pesar de la desconfianza de Jaime. Creo que tanto la evolución como el desenlace es bastante predecible ne este caso. Aunque lo que más me llama la atención es que Jan haya mantenido a sus personajes en un estatus tan inalterable y estático. La relación entre Juan y Luisa es igual que hace 20 o 30 años y el papel de eterna novia ni siquiera se entiende tal y como se ve aquí. Quizá ese sea uno de los grandes problemas de Jan, que se centra tanto en las historias que quiere contar, que se ha olvidado de los personajes, algo que debería uno de la mano del otro. No me extraña que hay ido abandonando la serie los lectores de forma paulatina, porque me parece evidente que Jan está en horas muy bajas...