PERO, matizo; ¿eran mejores las historias y los guiones del Spectrum que los de los SH de PS2, que MGS, o FFVII? ¿De los Heavy Rain o Beyond? Ahí está la respuesta No la digo, os la dejo para los listos de la clase.
Hombre... pues no sé. Habrá de todo, ¿no? Vamos, que sí, que en teoría en los últimos años los guiones se cuidan muchísimo más. Pero en ocasiones, sólo de forma aparente. Y en ocasiones, es que directamente es irrelevante el guión. Como ejemplo de guión clásico brutal: Flashback, the quest for identity. Ala.
Aquí está Morganpito, el primero de la fila.
Sí.
Pero la respuesta es sencilla:
Algo es adulto y elevado cuando da dinero. Mientras tanto, es algo friki, infantil, para mentes perezosas.
(Voy a la influencia que esto tiene en las historias enseguida, y a su ausencia en las clásicas. )
Los primeros videojuegos no pasaban del concepto argumental (te han hechizado, han matado a tus padres, raptado a tu novia, esclavizado a tu pueblo; véngate) en parte porque no había medios que se prestaran a ello, en parte porque se consideraba que los videojuegos eran un capricho para niños y algunos adultos raros.
Los primeros cómics no pasaban del concepto argumental (soy el malo, eres el bueno, peleemos un rato) porque se consideraba que los cómics eran un capricho para niños y algunos adultos todavía más raros.
Los videojuegos de ahora se han convertido en una industria todopoderosa, que a comienzos de siglo facturaba más que la industria del cine y la música juntas. Cuando se huele la pasta, las cosas adquieren respetabilidad. Ahora se contrata a guionistas de televisión para hacerlos, se contrata a actores famosos para doblarlos y hacerles capturas de movimiento. ¿Alguien imagina a Robert de Niro en los 80 involucrado de alguna manera en un videojuego? Pues aquí tenemos a Kevin Space, Willem Dafoe o Daniel Craig. El % de videojuegos de los 80 y primeros 90 con un guión trabajado o de calidad, resulta irrisorio comparado con el % que hay en las dos décadas siguientes, con guiones mejores que muchas películas afamadas.
Los cómics de ahora se han convertido en una industria todopoderosa que ofrece toneladas de dinero, no por los propios cómics, sino por la explotación de sus personajes en distintos medios y los ingresos que esto genera. Hoy no se ve raro que un adulto lea tebeos, cuando hace apenas 20, en ese camino que empezó en los 80 de dar respetabilidad al medio (ya teníamos películas que veían todos los públicos, y las tiendas especializadas acercaban a la calle esta afición siendo más transparente al comprador casual o padre), era impensable, cosa de 4 frikis.
Esto conlleva siempre una inyección de pasta, de dinero, una inversión, a fin de recaudar más. Que el producto sea mejor o peor es discutible. Que es más elaborado y cuidado, innegable.
¿Alguien se imagina a Stan Lee contratando a guionistas de televisión y cine en los 60 para que escribieran Amazing Spider-Man o Los 4 Fantásticos? Impensable. Lo primero que pensaría Lee es;
"¿para qué voy a traer un guionista de esa talla a escribir un cómic para niños?".
Hoy, ya sabemos lo que instauró Quesada.
Mi pequeña reflexión, con la que muchos estaréis familiarizados (¿habéis leído El Principito, no?) es que cuando las cosas no dan dinero, son cosas de niños.
Es una conclusión simplona y triste, pero totalmente real.
Hay, no obstante, claro, unos pocos locos que trabajaban y trabajan casi por amor al arte contra viento y marea. Los guionistas de estas historias clásicas (la muerte de Gwen Stacy, Fénix oscura, etc) lo tenían un poco más difícil, pero no sus compañeros de lápiz, que normalmente tenían a la mano dar el salto a publicidad e ilustración, algo mucho mejor visto y mejor pagado.Ese avance, al que no tuvieron acceso los padres del género (la imagen de ese Kirby dibujando 10 series a la vez para ganar dinero), dignifica a aquellos que por su arte dieron el salto a otros medios, pero que amaban tanto el cómic, que volvían periódicamente o seguía vinculados a él. Creo que esa pasión puede verse reflejada en los grandes artistas de estas historias, con cómics en Vengadores (Adams) o Spider-Man (Kane).
De cualquier modo, resulta difícil comparar una industria en pañales, en la que un mismo tío que se apoda a sí mismo The Man, que parece un animador juvenil, y escribe 5 series a la vez sin recordar muchas veces el nombre de sus personajes, con otra que genera millones de dolares y para la que se contrata a directores de cine (Kevin Smith, Joss Whedon) o prestigiosos guionista de cine y televisión (y aquí la lista es interminable, desde JMS a medio staff de Lost).
Ciertamente, algo cambió en algún momento.