Para mi, la marcha de Alan Davis de los mutantes (en números posteriores a los del CES , al acabar "Las eras de Apocalipsis"), fue el fin de un ciclo, y la "muerte" de La Patrulla-X tal y como yo la conocía.
Muchos podrían decir esto, pero de la marcha de Claremont en los 90. Sin embargo, y de nuevo en mi opinión, los Lobdell, Niceza y compañia siempre trataron de mantener "ese espiritu", esas aventuras que tanto me gustaban. Puede que a partir de la marcha de Claremont la calidad bajara, y las cosas cambiaran, pero por lo que a mi respecta, aquella seguía siendo La Patrulla-X. Aquellos eran los Lobezno, Ciclope, Coloso o Tormenta de los que me había encariñado y seguían siendo fieles a ellos mismos y al tono de la serie.
Es curioso que la marcha de Claremont fuera un
Impasse , el "principio del fin" para algunos, y que paradojicamente con su vuelta, fuera a tener lugar un punto de inflexión mucho mayor. Tras Davis, Claremont retornaría a las colecciones madre mutantes, tras casi 10 años alejado de ellas, aunque había mantenido algún contacto a traves de colecciones como Lobezno, por donde paseó alguno de sus personajes más queridos, como Kitty Pride. De cualquier modo, fue esta una noticia -la del regreso del patriarca mutante- que muchos celebramos por todo lo alto.
Claremont tomó el mando de ambas colecciones en los números 100 de X-Men Vol.I y 381 de The Uncanny X-Men (Números 60 y 61 Forum), pero ya aquello no iba a volver a ser lo mismo.
Eran los tiempos de la exitosa película de X-Men, de los trajes de cuero a lo Matrix. El objetivo; tratar de atraer a esos nuevos lectores potenciales a la serie, recurriendo para ello al máximo responsable de su exito. Tratando de alcanzar un equilibrio entre las nuevas concesiones a la pantalla (sobre todo esteticamente) y cierto sabor clásico, Claremontniano en las historias.
En primer lugar, Marvel dejo transcurrir un tiempo ficticio entre los sucesos narrados por Davis y el punto en el que Claremont se hacia cargo de la colección. Esta "Revolución", afecto a todos los grupos mutantes de la época, especialmente a los más jovenes (X-Man, X-Force y Generación-X) que bajo el mando de Warren Ellis pegaron un cambio rádical en su planteamiento, rompiendo con todo lo anterior. Si bien los enfoques eran atractivos y captaron la atención del lector (especialmente con su X-Man, al que remodelo de un Nate Grey muy perdido y sin rumbo en un personaje muy interesante), aquello no eran ya "series mutantes", o al menos no lo parecían en absoluto.
El que salió mejor parado de todo aquello; Lobezno, que caería en manos de un Steve Skroce realmente inspirado con la estupenda "Deuda de Sangre" (De nuevo con tintes de la época; medio "co-escrita" o ayudada por los creadores de Matrix, película en la que había colaborado Skroce), y del que más tarde (ROB! por medio) se ocuparía el siempre interesante Frank Tieri.
Pero volviendo a lo que nos importa; la idea de Claremont no cuajo y dio lugar a una de las etapas más sosas e irregulares de la historia de los mutantes. Durante esta veintena de números pudimos ver lios extraños entre personajes, cambios en el status sentimental de varios de ellos, cambios drásticos en la situación de cada uno,a Kurt como sacerdote de oficio, un Cable que ocupaba el lugar de Ciclope (esto si que era bastante novedoso e incluso coherente), los mencionados cambios de vestuario y sobre todo, un extraño grupo de "villanos" que el bueno de Chris de sacó de la manga; Los Neo.
Estos personajes tienen buena parte de culpa, creo yo, de que la cosa no funcionara. La otra, claramente, es que Claremont no estaba muy inspirado. Pero de cualquier forma, fueron parte de "la etapa del cambio", y una vez "abandonó" Claremont las series, estas no volverían a retomar su anterior status y seguirían evolucionando por extraños senderos.
Recordemos que tras estos números vendrían el increible cambio de Grant Morrison en los X-Men, la militarizada Patrulla-X de Casey, los extraños X-Men de Milligan, los ¿? de Chuck Austen, la breve etapa-regreso de Lobdell y etc,etc. Una serie de experimentos y cambios radicales, algunos de mucha calidad (los New X-Men de Grant o Los X-Corps de Casey) y otros... en fin. Pero buenos o malos, estos arcos argumentales no volverían nunca a La Patrulla-X de Davis y anteriores; estas nuevas encarnaciones serían siempre más "adultas", menos inocentes y más oscuras.
Con todo este pedazo de ladrillo (pocas veces me vais a ver escribir asi; dad gracias que no lo haga más a menudo
), lo que pretendo decir es, que espero que disfrutéis de estos números del CES con "La guerra de Magneto" (una muy buena saga) y con la posterior "Los Doce", porque son unos cómics de mucha calidad, y representativos de una época que se fue para no volver, y que en la actualidad, para encontrar algo parecido, hay que irse a los X-Men de Mike Carey (o el segundo regreso de Claremont en Patrulla-X), de las pocas cabeceras que tienen parte de ese "aire".
Estos números de Davis conservan eso que yo llamo "espiritu mutante Vol.II" , un cierto tono que impregnaba las colecciones mutantes de la segunda mitad de los 90, y en el que La Patrulla-X actua como siempre los he percibido; aventureros, heroes clásicos, pero sobre todo; como familia.
Una gran lectura sin duda. Y eso, que la disfruteis.
(Gracias por leer hasta aqui
)