Eres cruel.
Y raro.
Seguro que eliges el plátano en las carreras del autobús.
Lo hemos perdido...
Y luego va y se empalma porque en SW4 Sorry but you are not allowed to view spoiler contents.
Bah.
Primero, los elementos de tu spoiler se parecen entre ellos en que... alguien muere. Y ya. Podrías haber puesto hasta el ejemplo de Goliat en Civil War, como un paralelismo más apropiado. Y ni así, porque el personaje del que hablas tenía un papel mucho más importante que el evidente en SW, y sus consecuencias se siguen viendo en los próximos números. Ya me dirás tú qué consecuencias reales tuvo el ejemplo que citas xD
Y segundo, ésto es lo que valoré del Secret Wars #4, nene:
Opinión: Otro número de importancia capital, tanto para el evento como para la propia miniserie y, esperemos, de cara al futuro universo Marvel. Jonathan Hickman no da puntada sin hilo y, llegados al ecuador de su relato definitivo, sólo nos queda aplaudir una primera mitad sobresaliente: épica, diálogos que son casi sentencias, escenas memorables, y en el centro de todo el mejor Doom que haya visto Marvel desde… la propia etapa de Hickman en los 4F, según tengo entendido. Está claro que tiene tomado el pulso al personaje y su pathos y, en buena parte gracias a la labor de Esad Ribic a los lápices e Ive Svorcina al color (ese blanco cada vez más “sucio”…), siempre que entra en escena se hace prácticamente el silencio. Derrochando carisma por los cuatro costados, algunos achacan a estas Secret Wars la falta de acción en comparación con las originales; personalmente, considero esta superposición como un error doble, bien porque la acción de aquéllas era a menudo aleatoria y caótica, bien porque nunca ha sido la intención de Hickman en sus casi tres años de etapa vengadora el poner monigotes golpeándose viñeta tras viñeta. Sí, hablamos de una guerra, pero es más una guerra dialéctica, de puntos de vista antagónicos, que de pirotecnia y ejércitos. Battleworld es un tablero de ajedrez, hasta las últimas consecuencias.
“Si uno juega a ser dios, no debería rehuir afirmarlo.”Conclusión: Hablar de solidez y consistencia se está convirtiendo en costumbre cada vez que se nos presenta una nueva pieza del puzzle central de Secret Wars. Sin perder ni un ápice de interés a pesar de los retrasos en la publicación, Hickman y Ribic continúan la escalada de acontecimientos que lleva a Doom en una espiral descendente y la caída puede ser muy dura. ¡No nos quedan uñas que morder!