El clásico, no puede ser de otra forma.
El negro, porque supieron darle un giro radical pero a la vez era reconocible que seguía siendo el mismo personaje. Y muchos creyeron que iba a quedarse eternamente. Ahora parece evidente que no iba a ser eterno, pero ahí estuvo su gran tiempo.
El de Araña Escarlata, siempre me ha fascinado cómo se combinó lo más reconocible del traje arácnido -esos ojazos made in Bagley noventeros a tope que tanto me gustan- con lo urbano. El momento en el que Ben se ''confecciona'' el traje, una maravilla, dentro de esa pequeña maravilla que es para í aquel número, creo que un Web of.