GRANDES OLVIDADOS MARVEL
Hubo un momento en la historia de Marvel que la editorial buscaba la diversificación, expandir su línea más allá de sus personajes habituales. En algunos casos, como pueda ser el de Star Wars o G.I.Joe, la publicación no tenía nada que ver con su universo de ficción.
En otros casos, dirigieron su atención a las franquicias jugueteras, como es el caso de ROM, Transformers, Shogun Warriors o el del que nos ocupa: los Micronautas. Pero esta vez sus aventuras estarían completamente imbricadas en la rabiosa actualidad del Universo Marvel.
3. LOS MICRONAUTAS DE BILL MANTLO (1979)
Para esta tarea se eligió al guionista Bill Mantlo, el “chico para todo” de la Marvel de la época. Francamente, es muy difícil saber qué pretendía conseguir exactamente Marvel con estas colecciones, pero Bill Mantlo se lo tomó bastante en serio. No hay encargo pequeño ni personajes malos, sólo escritores sin imaginación, debió pensar. Además tuvo la fortuna de contar con los dibujos de un primerizo Michael Golden, que aguantó en la serie el tiempo justo para que Mantlo le cogiera definitivamente el tono.
Por lo pronto, y de manera bastante lógica, optó por ubicar a sus personajes dentro de una ubicación ya conocida en Marvel: el Microverso, universo subatómico que visitaran con cierta frecuencia los Cuatro Fantásticos o Hulk. Si bien la relación no era obvia en un principio, a los pocos números quedó claro que la localización no podía ser otra.
El protagonista absoluto de la serie en un principio fue el Comandante Rann, viajero estelar que junto a su compañero robótico Biotrón, partió de Mundo de Origen (un mundo con apariencia de una cadena molecular) en su nave Endeavor en estado de animación suspendida para explorar durante 1.000 años los diferentes mundos del Microverso. Cada vez que llegaba a un mundo era despertado, para volver a dormir cuando ya había recopilado la información necesaria y proseguir viaje sin envejecer.
Su tragedia, similar a la del Vance Astro de los Guardianes de la Galaxia es que al tiempo de emprender su vuelta, su raza descubrió el modo de viajar rápidamente de un lugar a otro del Microverso, por lo que todos los años en animación suspendida fueron inútiles… o quizás no.
A su regreso, encontraba Mundo de Origen completamente cambiado, dominado por su antiguo maestro el Barón Karza, un dictador despótico que prometía la vida eterna a sus seguidores alimentándolos con sus Bancos de Cuerpos, que se nutrían de los rebeldes y no aristócratas. Sus Tropas Perro eran personas que aspiraban a conseguir esta vida eterna por buenos servicios. Karza había esclavizado a las razas que había ido visitando Rann, por lo que éste se encontró a su vuelta con una extraña mezcla en Mundo de Origen. No obstante, los restos de la antigua realeza del planeta mantenían una débil y difusa rebelión, personalizada en el príncipe Argón y su hermana, Mari (futura Marioneta), así como su robot asistente, Microtrón.
A este mundo regresó Arcturus Rann, que se vió inmediatamente capturado y relegado a las mazmorras. Allí conoció a varios de sus futuros compañeros. Allí estaban Bicho, un jovial insectívoro y Acroyear, un temible guerrero de la raza de los beligerantes Spartak. En este punto entra en escena la Fuerza Enigma, una misteriosa entidad de poder cósmico relacionada con Rann de un modo que no desvelaré, que ayudaría en la fuga de Marioneta, Microtrón, Biotrón, Rann, Bicho y Acroyear, que se convirtieron oficialmente en los primeros Micronautas.
En esos momentos la serie no termina de arrancar. Huyendo de Karza, los Micronautas escapan a otra dimensión, que resulta ser la Tierra, a la que llegan con el tamaño de muñecos (sigh). Buen guiño a las jugueterías, pero uno se llega a preguntar la razón de ese tamaño, ya que si conservaran su tamaño original deberían ser no pequeños, sino microscópicos…
Su estancia en la Tierra no termina de ser interesante, ya que lo importante de la serie se sigue dirimiendo en el Microverso. La rebelión sigue su curso mediante el príncipe Argón, y vamos conociendo más al cruel Barón Karza, trasunto de Darth Vader. En la Tierra los Micronautas tienen diferentes enfrentamientos con el Hombre Cosa, el Hombre Planta, el Hombre Hormiga … nada significativo, que más que hacer avanzar la trama consigue dispersar la serie. Se comprende el intento de dejar claro que los Micronautas están incluidos en el Universo Marvel tradicional, pero no parece la mejor forma de hacerlo, la verdad. Por otro lado se van afianzando las relaciones entre los miembros del equipo: el Comandante Rann y Marioneta empiezan un confuso romance; Bicho y Acroyear se convierten en grandes amigos; Biotrón y Microtrón coleguean cual C3PO y R2D2... Lo más importante es que la Fuerza Enigma convoca por primera vez a un personaje que será totalmente recurrente en el Universo Marvel a partir de entonces: el Capitán Universo, y se establece una vía para entrar y salir del Microverso a través del Pozo de Prometeo.
Lo mejor de la serie empieza con la vuelta de los Micronautas al Microverso: conoceríamos el mundo de los Acroyears, Spartak, donde esta raza se había rebelado contra Karza. La llegada de Acroyear, rey de Spartak, provocó un espectacular enfrentamiento que involucró a la misma esencia del planeta en un cruce entre Ego el Planeta Viviente y la Unimente de los Eternos. En este contexto se produce la resolución “final” del conflicto con Karza incluyendo a la Fuerza Enigma…
Después de la misma, Bicho, que había quedado perdido en la batalla, llegó a su mundo natal, Kaliklak… y aquí empezamos a ver el potencial real de la serie: la exploración de los diferentes mundos del Microverso. En este punto, Michael Golden deja la serie en manos de un Howard Chaikyn que hace un trabajo bastante nefasto, en un inevitable enfrentamiento con el Psicoman y los Cuatro Fantásticos. Recodermos que el villano procedía del mismo Microverso…
Mantlo decide coger el toro por los cuernos con la llegada del siguiente dibujante, Pat Broderick, y explotar la riqueza del Microverso mediante los diferentes viajes que realiza el grupo, como su retorno a Spartak para tratar con el hermano traidor de Acroyear y aliado de Karza, Shaitan; además, paralelamente y mediante unas historias de complemento veíamos como algo se movía en el Mundo de Origen; la sombra de Karza es alargada y todavía no ha dicho la última palabra …
Desgraciadamente, la mejor etapa de la serie permanece inédita en España, con aventuras por múltiples mundos, Acroyear teniendo que tomar una terrible decisión… Los Micronautas fueron reclutando miembros de los diferentes mundos del Microverso conforme vivían aventuras en ellos.
Paralelamente al final de la serie, los Micronautas ganaron un crossover con la Patrulla-X, que sí fue publicado en España por Fórum.
En esta serie, escrita al más puro estilo Claremont, un enemigo hiperpoderoso llamado la Entidad está destruyendo los mundos del Microverso, forzando una incómoda alianza entre los Micronautas y el Barón Karza para intentar detenerlo. No obstante son derrotados, y el Barón Karza y Biotrón (como Bionave), siguiendo el rastro energético de la entidad, llegan a la Mansión de la Patrulla-X para tratar de acabar con ella en su punto de origen.
Así, la Patrulla viaja al Microverso para ayudar a los Micronautas, sólo para descubrir que La Entidad resulta ser finalmente el lado oscuro del Profesor Charles Xavier, separado de éste y liberado de toda conciencia y moral. Sentó un precedente de lo que luego resultaría ser Onslaught, y nos desveló que el lado oscuro del Profesor-X estaba ahí, acechando. Este lado oscuro es lo más destacable de toda la miniserie, llegando incluso a extremos de cierta depravación y deseo malsano de Xavier hacia sus alumnas. Hay una escena con Danielle Moonstar donde a poco que el lector sepa leer entre líneas se insinúa un momento de lo más escabroso…
Finalmente cada grupo regresó a su dimensión, y la guerra final del grupo con Karza continuó en la serie de los Micronautas, resultando un final dramático para muchos miembros del grupo y llevando a la serie a un final que parecía cerrado.
No obstante, Marvel decidió explotar más a los personajes, y posteriormente, la serie tendría una continuación en Micronauts: The New Voyages, serie que ya no contaría con Bill Mantlo a los guiones, que duraría una veintena de números más, pasando con más pena que gloria. Lo realmente interesante lo contó Mantlo. De ahí pasamos a la pérdida de derechos por parte de Marvel sobre el nombre de Micronautas y sobre la mitad del reparto, incluidos personajes tan importantes como Acroyear, Biotrón o el Barón Karza. Otros, como Bicho, el Comandante Rann o Marioneta eran demasiado diferentes de cualquier muñeco por lo que Marvel los pudo retener como creaciones suyas y, bajo el nombre de Micrones, hacerlos aparecer aquí y allá sin mucho protagonismo.
La conclusión es que es una serie, la de Mantlo, que hay que leer si eres marvelita. Los miembros originales (Rann, Marioneta, Bicho y Acroyear) fueron el corazón del grupo durante toda la serie. Los primeros números merecen la pena porque nos presentan la situación y mundos del Microverso, además de estar dibujados por Michael Golden. Tras unos números de transición, la serie remonta totalmente el vuelo al dedicarse a explorar las infinitas posibilidades que ofrece el Microverso, en el que prácticamente cualquier tipo de historia era posible, siempre con el conflicto de fondo con el Barón Karza. Una epopeya que funciona mejor en su elemento exótico y cósmico, y que flaquea un tanto cuando se trata de anclar un tanto a la realidad de la Tierra, en la que los Micronautas siempre parecen fuera de su elemento.
Será que en la Tierra tenían tamaño muñeco.