Fichas a Griezmann cuando por contrato no puede jugar más de 30 minutos, lo arreglan y te juega todos los partidos. Fichas a Íñigo Martínez cuando se niega a renovar y por política de club no volverá a pisar campo, lo arreglan y te empieza a jugar también. Fichas a Memphis siendo un rebotado con un Morata titular indiscutible, de algún modo le quita el puesto y también te juega. Y así un largo etcétera redondeado por lesionados, troncos y descartes encabezados por un capitán que hace meses que no toca un balón.
Y a pesar de la sucesión de milagros que consigue volver imposible el no creer en lo divino, todavía te tengo que leer por aquí quejándote de la mala suerte que tienes que uno de tu equipo de parches no ha sido titular en la última jornada. Que lo mismo la semana que viene fichas a Odriozola, cambia su estatus de reserva a jugador clave, te da 12 puntos por jornada y entro al hilo y te encuentro clamando que la Virgen me ha ayudado a mí porque me ha jugado Sanchet mientras tú te chupabas una suplencia de Ayoze.