Posiblemente en el 8 o el 9.
Esta respuesta me gusta mucho
hasta el 60 usa,que se va Thomas
Esta suena más larga
Essex hijo yo es que me das miedo, con tu Anti Roy Thomas, yo lo tengo en ingles y todo y el tipo la clava, cuando estes harto de épica pues para , por ejemplo aquí en los 4 primeros aparte de lo de Barry que si no has visto ningún conan de Barry te va a dejar diciendo ...esto es lo mejor, y después tienes el coloso negro y la ciudadela y ... que si eso, que es todo Thomas no te convence, di tú... esto no es lo mio
Y esta ha entrado en la dimensión desconocida
A ver. Yo no soy anti nada. Ni siquiera anti PP. Ni anti humedad. Ni anti ácaros.
El señor Roy Thomas me cae bien (Busiek menos; copia de la copia, prefiero the original fanboy, más importante y menos bocazas).
Lo tengo por un tío listo.
Un hombre de letras, un literato resultón. Sabe de su oficio. Ha leído mucho. El hombre muere por los cómics. Vale.
Me gustan sus adaptaciones de clásicos. Me gusta su prosa. Me gusta su retórica y su forma de encadenar el texto.
Pero.
Lo que no me gusta, ni me gustará nunca, ni es mi rollo, es su mojigatura cuando se pone a escribir las colecciones de su vida.
Y bueno, si se pone con X-Men, que tampoco es que fuera su favorita, pues vale, el hombre escribe, le sale algo resultón, y ya está Adams para el resto. Y venga, bien. Buenas ideas. Centinelas, Monolitos, Kaos. Va poniendo piedras importantes. Bien.
Pero claro, luego se pone a escribir uno el grupo de sus amores, y aunque también lo hace, parece que el peso de la bragueta le descompensa el codo, o la muñeca, y las ideas se entrecruzan, y los paisajes oníricos se entremezclan, y de bizarre en bizarre, a cada cual más friki, acabamos en el sueño húmedo de un niño de 12 años que flipado de Marvel es un rato, pero que parece que se olvida precisamente de lo que no debería: de escribir. Y de seguir haciéndolo bien. Y eso ya me gusta menos, y son tebeos con los que tengo perdida la partida desde hace mucho. Donde otros han avanzado y me han acabado ganando, algunos es imposible que se muevan.
Lo he pensado muchas veces; en este oficio hay que saber escribir y saber jugar con los muñequitos.
Si uno no sabe jugar con los muñequitos, el fan hardcore se enfada. Yo me enfado a veces.
Y ahí está Busiek, Thomas, Lee, Englehart, o Byrne, jugando muy bien con los quecos. Les encanta.
Si uno no sabe escribir, la crítica y el lector curtido se enfada. Yo me enfado mucho.
Y ahí están otros muchos autores que escriben estupendamente, pero que no terminan de cogerle el gusto a jugar con quecos.
Strac, Milligan, Brubaker, Bendis. Así te hacen los estropicios que a veces hacen, a pesar de su talento innato.
Para el caso, es todo igual.
El Conan de Thomas tiene que ver con el Thomas facilón de Vengadores lo que el Brubaker de Criminal con el de X-Men.
Son universos distintos, escritores distintos de hecho.
No voy a juzgar su Conan por lo más rancio de su carrera. Para tranquilidad de la calva.
No soy anti Conan, ni anti Thomas. Leeré esta etapa hasta donde pueda, con la certeza de que me va a gustar MUCHO.
De hecho me apetece mucho, ojeando por encima los Gente Menuda, meterme de lleno bien por fin en ese mundo de fantasía épica que de pequeño tan poco me atraía, como los Blueberry, Hazañas, y etc, que a mis 6 o 7 años parecían un tostón de adultos en comparación a los Calvin&Hobbes, Garfield, Lucky Luke o Peanuts que devoraba. De eso hace ya casi 25 años.
Todo llega.
Y ha llegado la hora de Conan.
Con ganas y entusiasmo.