He leído
Creepy Nº 12.
Yo no sé lo que me pasa, que tras leer un tomo de esta serie que me hace plantearme la posibilidad de bajarme, me leo un tomo que me gusta mucho. Y en esta ocasión, tenemos un tomo realmente interesante con el que alcanzamos el número 59 de la edición original de la revista.
Los responsables de que este tomo me haya gustado mucho son Doug Moench y Don McGregor, los cuales utilizan el terror de forma inteligente, y como vehículo para mostrar críticas sociales, dejando un mensaje al lector. Curiosamente, algo que a mi me ha parecido muy interesante, no ha gustado demasiado, ya que los lectores de la época criticaban el cambio de tono de la revista. Y es que el terror puro y duro pasa a un segundo plano, para centrarnos en relatos más sustanciales y con cierto trasfondo. Me llama la atención, como el aumento de calidad de los guiones no es correspondido con el dibujo. No sé si es por la reproducción, o por otra cosa, pero salvo una historia de Reed Crandall (de fantasía heroica) y otra de Paul Neary, el nivel gráfico es inferior a lo que se ha visto en esta revista. Se abusa demasiado de los sombreados y en muchas ocasiones se ha perdido definición en los trazos. Una pena, porque gráficamente esta serie siempre ha sido una maravilla.
Habría que destacar diferentes elementos que muestran la evolución de la revista. El primero de ellos es la inclusión de diferentes juegos de mesa, con temáticas terroríficas, emulando a juegos clásicos como el de la oca. Otro detalle interesante, es la inclusión en cada número de un relato a todo color dibujado por Richard Corben, y en alguna ocasión, incluso escrito por él. Esto tiene una gran acogida en los lectores, la cual queda reflejada en los correos. Por cierto, en uno de los correos escribe Fred Hembeck, un entusiasta del trabajo de Corben. No obstante, en mi opinión, el color no le sienta demasiado bien a los lápices del autor, pero empiezo a pensar que los materiales de este tomo no tiene una buena reproducción.
El tándem Moench y McGregor dan un vuelco importante a la forma de narrar el terror. Una de las novedades interesantes, es la forma en la que el final de cada historia es menos "sorprendente", gracias al giro de las últimas viñetas, siendo sustituido por algo más orgánico y fluido. Sigue habiendo un componente sorpresivo, pero en la mayoría de los casos lo importante está en el mensaje que transmiten los autores. McGregor apostará por el racismo y las drogas, incluso deja, de forma patente, un crítica a como la sociedad se deja influenciar por la televisión, dejando de ser una mera herramienta de entretenimiento.
Los monstruos siguen estando presentes, pero de formas tremendamente frescas e innovadoras. Tendremos desde un Hombre Lobo que se pasea por Halloween, mientras la mayoría de monstruos se disfrazan de humanos. Vampiros racistas, vampiros en la guerra de Secesión, incluso se recurrirá a Poe y sus mitos de Cthullu. Pero la proliferación estará ne el terror más psicológico, en los asesinos en serie, y en una búsqueda de lo macabro sin excesos. Algo que podríamos llamar un terror inteligente.
También cabría destacar la utilización del fenómeno OVNI como un recurso más allá de los extraterrestres. Al igual que la utilización de lo sobrenatural, la magia y los elementos del misterio.
Por último, me ha llamado la atención, la inclusión de diversos relatos relacionados con la Navidad. Quedando constancia, una vez más, que la revista ha ampliado sus horizontes temáticos. En esta ocasión, con bastante acierto.
Lo que me sigue extrañando, es que en las otras dos revistas de Warren sigan apostando por los seriales de diferentes autores. Incluso les dan bastante publicidad en la revista, pero aquí siguen con las historias autoconclusivas.
Para mí, uno de los mejores tomos de la colección, aunque quizá se aprecie mejor teniendo en cuenta la evolución de la serie. La gran pega, es el descenso de calidad en el apartado gráfico. A pesar de que en tomos anteriores los autores españoles habían demostrado mucha solvencia, en este tomo, ni siquiera Richard Corben luce demasiado bien. A ver si el siguiente tomo es totalmente redondo en ambas facetas.