Leído Capítulo 6: SeptiembreCoincido con vosotros en que es un capítulo de punto muerto. Pero muy relevante para dar forma al personaje de Abberline. Quizá es, hasta ahora, el capítulo más cercano a una crónica. Ya que buena parte del capítulo se basa en hechos y conversaciones documentados y Moore ha tirado poco de imaginación.
Edito: Ah, y gran escena entre "Emma y Fred" o "Mary Kelly y Abberline" con su "¿Sabes? para hacer sillas tienes las manos mu suaves", nos ha salido espabilada Mary Kelly
Pues esta es otra que no pillé hasta que leí el Companion y me espoileó de lleno sobre "Emma". Que ahora que lo sé, cobra todo el sentido del mundo cuando ella menciona que también recientemente ha perdido a alguien.
...La policía aún anda muy perdida (unos, echándole la culpa a los pieles rojas, otros, al tal "Mandil de cuero": todos desatinados) ...
Me hace mucha gracia esta traducción de la edición blanca. ¿Quién usa mandil hoy en día para referirse a delantal?
¿Quizá a finales del XIX sí que era una palabra más utilizada?
En la edición negra lo han dejado como en el original "Leather Apron" que me gusta más pero que tampoco me acaba de convencer.
...y el caso aún no ha adquirido una resonancia brutal, porque solo hay una muerte en el contador, pero, aun así, ya empieza a despertar interés mediático, como podemos observar en la escena en que Abberline y sus colegas caminan por Buck's Row y aquello se empieza a llenar de gente atraída por el morbo, así como en la escena del multitudinario entierro de Polly. Poco a poco se va gestando un clima de agitación social y de turbiedad moral que es necesario para contar esta historia.
Si es que el morbo y el salseo va implícito en la condición humana. Por eso la prensa rosa tiene siglos de historia.
El encuentro final entre Emma y Fred me ha parecido bastante tierno, ya que nos permite adentrarnos en los sentimientos de este último (como apunta Moore en el apéndice, aunque los hechos sean en su mayoría fieles a la realidad, los sentimientos de los personajes son pura invención, pero hace falta desarrollarlos por el bien de la obra).
A mí esta escena final, aunque me ha gustado mucho, me chirría un poco ya que se supone que Abberline detesta el ambiente del barrio de Whitechapel y en concreto las prostitutas, ¿no? Y en cambio de buenas a primeras se sienta a charlar de intimidades con una de ellas.
...no deja de ser curioso que cuando Emma le pregunta en qué trabaja elige como profesión la de hacedor de sillas, que era justamente lo que hacía su padre (como vemos en la primera página del capítulo).
Yo creo que al igual que sacrificó el amor en su matrimonio para hacer carrera y subir de estatus social, lo mismo ha hecho con su trabajo. Ha sacrificado su verdadera vocación, que era seguir el negocio de su padre, para hacer carrera y subir de estatus social.
En cuanto a la técnica narrativa de Moore, a mí me parece que recurrir al paso de hojas en el calendario es un recurso algo tosco y, desde luego, muy manido. En realidad, tampoco era muy relevante saber en qué día concreto ocurre cada segmento de la historia, ya que el propio título del capítulo ("Septiembre") nos da una referencia temporal suficientemente precisa como para que estemos ubicados en la cronología de los acontecimientos.
Realmente no es un recurso necesario para contar lo que quiere contar, pero la referencia a las hojas me ha hecho pensar en que se está acercando el otoño en nuestra historia. Del mismo modo que el periódico de la viñeta final también se trocea en hojas que se las lleva el viento. Quizá Moore nos está intentando decir algo con esto de las hojas y el otoño pero se me escapa.
Y puestos a buscar referencias rebuscadas, cuando empieza el otoño en septiembre es también cuando empieza la vendimia. Hojas y uvas, uvas y hojas.
Quizá Moore está comparando los asesinatos de Gull con una especie de vendimia en la que va recolectando las uvas de cada víctima para sacarles el jugo.
Y paro ya que me lío yo solo.
AnotacionesPág. 2: El Director Warren menciona al agente Mirren, supuesto masón, que ya vimos en el capítulo anterior cuando acudió a la escena del crimen y que veremos más adelante en este capítulo dando un testimonio inconsistente.
Pág. 11: En el calendario de pared, vemos que el domingo está impreso entre el sábado y el lunes. Cosa extraña ya que la semana en los calendarios europeos empieza en lunes y en los calendarios anglosajones empieza en domingo pero nunca en sábado. ¿O quizá en 1888 la semana empezaba en un día distinto?
Pág. 22: Al incio del Companion, Campbell, cuenta una anécdota curiosa respecto a esta página. El hecho de que Abberline hable ahora de caimanes en las alcantarillas y de niños copulando en la calle se debe a que en el guión del tercer capítulo, Moore describió tanto el caiman como los niños para que salieran en dos viñetas, pero Campbell, para variar, se lo pasó por el forro y no dibujó ni lo uno ni lo otro.