He leído Las Tortugas Ninja La serie original Vol. 3.
A mí no me ha parecido bien que se hayan saltado números, pero bueno, supongo que toca aguantarse. La única solución sería que en IDW Publishing sacasen un tomo complementario con esas entregas que faltan, porque ECC no va realizar ningún tomo editado por ellos. Todas las editoriales actuales parecen estar centradas en copiar ediciones americanas sin calentarse mucho la cabeza, una pena. De hecho, tampoco hubiese estado mal incluir algún texto explicando los motivos de la ausencia de esos números o los planes de futuro para ellos. Pero eso ya es pedir peras al olmo...
Más allá de esta cuestión editorial un poco molesta, este volumen me ha gustado mucho. Gracias a los comentarios de los propios autores conocemos como el creciente éxito de los personajes les obligaba a irse alejando de los cómics paulatinamente, pero también como se agrietaba un poco su relación a la hora de realizar los cómics de forma conjunta. Esto se ve reflejado en una serie de números realizados de forma alterna por Kevin Eastman y Peter Lard, los cuales ofrecen distintos enfoques a la hora de contar sus aventuras, tanto narrativa como argumentalmente, contando con la presencia de algunos dibujantes de Mirage Studios. También permite ver cierta evolución gráfica en los personajes, que cada vez tiene mayor similitud estética con respecto a las películas o las series de animación. Incluso con los videojuegos. Es realmente increíble ver como se exprimió en todos los medios los contenidos de los cómics, cuando lo habitual es que cualquier adaptación acabe desvirtuando el producto inicial.
Yo tengo que admitir que gráficamente a mi la serie no me termina de satisfacer. Quizá porque al ser en blanco y negro se abusa excesivamente del sombreado, o las técnicas que empleaban en aquellos tiempos han quedado un poco desfasadas. Estéticamente, estos cómics tienen cierto aire retro, a pesar de que hablamos de finales de los ochenta, y que si lo comparas con otras publicaciones coetáneas se ven un poco perjudicadas. También puede que influya la reproducción de los originales, que no es todo lo limpia que debería ser. O simplemente, que los autores tiene un estilo de dibujo un poco tosco, así como ciertas carencias. Sin embargo, la narrativa es espectacular. Se aprecia muy bien como dotan a las distintas tramas de mucho ritmo. Las coreografías de las peleas son bastante buenas también. Se notan influencias claras de Frank Miller o Jack Kirby, a los que los propios autores admiten que están entre sus autores más admirados, junto a John Byrne, por ejemplo. No obstante, debo reconocer que uno se acaba acostumbrando y cualquier reticencia que pueda tener no obstaculiza el disfrute de las historias. A mí, desde luego, no me ha impedido disfrutar ni de este volumen, ni de los anteriores.
Como decía al principio, este tomo tiene una serie de números autoconclusivos realizados de forma alterna por cada uno de los creadores de las tortugas, para concluir con una línea argumentar de tres entregas en la que se retoma una de las tramas más importantes de la serie, siendo uno de los últimos trabajos en equipo de Eastman y Laird. La fase inicial a mí me ha gustado mucho, porque en cada capítulo se exploran temas y aspectos diferentes, lo que nos permite ver la versatilidad que ofrecen unos personajes que a priori podrían quedar encasillados en las artes marciales o temas similares. Sin embargo, tenemos un número de apertura que explora el conflicto bélico entre la URSS y Estados Unidos desde un punto de vista derechista y radical. Uno de los últimos coletazos de la Guerra Fría entre ambas naciones. Además, aquí se observa muy bien la evolución del dibujo de Laird, que quizá no lleva bien lo de ilustrar rostros humanos, pero nos deja algunas viñetas memorables.
Después tenemos una entrega en clave de serie negra, muy influenciada por Los Intocables, donde nuestros protagonistas tienen un papel secundario con respecto a Casey y April. Por cierto, resulta extraño ver a este personaje como camarera, cuando se presentó como investigadora y para el público en general siempre será reportera. También es llamativo ver por primera vez en el cómic el grito de cowabunga y no en boca de una tortuga ninja. Un cómic muy bueno, totalmente diferente al anterior, en el que vuelve a destacar la narrativa de Eastman, muy dado trasladar a las viñetas recursos más propios del cine. A continuación, Laird muestra un número en el que se hace patente su amor por los superhéroes. Aquí se aprecia un homenaje claro a la Golden Age, con la presentación de un grupo de superhéroes retirado que colabora con las Tortugas contra una invasión alienígena. Mención especial merece la escena que transcurre en una tienda de cómics, en cuyas estanterías se puede vislumbrar portadas de tebeos de Marvel, DC y otras editoriales de la época. La verdad es que estas historias tiene muchos detalles que están prácticamente ocultos en un segundo plano, pero que gracias a los comentarios de los autores puede fijarte mejor en ellos si no los has visto durante la lectura. Yo no soy un especial admirador de los extras en los cómics, pero en esta edición no solo son interesantes, sino que merecen la pena y me hacen revisar la lectura.
Para terminar esta tanda tenemos un recurso muy antiguo, que no es otro que contar una historia dentro de otra, lo que nos permite ver como se desenvolvería Michaelangelo en el Japón feudal. Otro relato francamente bueno en el que nuestro protagonista no lleva su habitual antifaz, lo cual es raro estéticamente, y en el que quizá choca un poco que una tortuga mutante no llame demasiado la atención. Por no mencionar esa historia de amor platónico entre una mujer y nuestro protagonista. Todo ello, obviamente, tiene una explicación en la escena final, pero a mí me ha chocado bastante estos elementos durante la lectura.
En la parte final del tomo tenemos "Regreso a Nueva York", una saga mítica de la serie clásica que da un paso adelante en la trama principal de la serie, largamente postergada. Aquí se vuelve a ver el desarrollo de los personajes. El carácter marcado de Rafael, o las dotes de liderazgo de Leonardo, son algunos ejemplos. Son aspectos que han acabado trascendiendo al uso de los personajes en otros medios, pero es algo que se aprecia claramente en los cómic originales. La trama es muy sencilla, ya que las tortugas, instigadas por Raphael, regresan a su hogar en la Gran Manzana para recuperar su honor derrotando al clan del Pie y a Shredder. Tres entregas plagadas de acción con la presencia de un invitado de excepción que les servirá de aliado en una guerra abierta contra sus enemigos jurados. Se nota cuando los autores se divierten realizando un cómic. Este es un claro ejemplo de ello. Grandes dosis de acción, diversas viñetas a doble página, una gran coreografía, una narrativa muy potente y la utilización de elementos un poco alocados y cercanos a la ciencia ficción. Todo ello culminado en una gran pelea final, donde planea firmemente la sombra de Frank Miller, y un cierre no exento de dramatismo. Unos tebeos para pasarlo bien, sin grandes pretensiones, que suponen un buen broche final a un tomo que a mi me ha gustado bastante; y lo más importante, me ha dejado con ganas de más historias de los personajes. Una lástima que solo queden tres tomos, si los siguientes están en este nivel, por supuesto.