He leído
Batman Nº 63/8.
Retomo la lectura de la serie tras mi
anterior comentario.
Regreso a la etapa de Tom King al frente de la cabecera principal de Batman, que llevo con bastante retraso. En este número tenemos una línea argumental desarrollada en dos entregas americanas, bajo el título "Azoteas". De momento puede ser lo mejor que he leído del guionista en esta cabecera, sin ser tampoco nada del otro mundo. King explora la relación entre Batman y Catwoman, en un momento de despedida antes de que la ladrona se entregue bajo unas condiciones que le ha conseguido el propio Batman. Una última noche de pasión, colaboración y amor desenfrenando que concluye con
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En anteriores comentarios exponía mi desacuerdo con el tratamiento de personajes que venía haciendo King en la serie, pero creo que aquí da en el calvo en ambos protagonistas. Aunque otros autores ya han mostrado antes periodos de colaboración entre ambos, incluso alguna relación amorosa de cierta duración, King aquí simplifica la esencia de esta compleja atracción que sienten los dos, realizando incluso algún guiño al momento histórico en el que se conocieron. Quizá lo que más choca es ver a un Batman que se deja llevar por el momento, alejando la figura reprimida habitual, incapaz de poner los sentimientos por encima del deber. No obstante, hay que reconocer que King establece un ambiente propicio para dejarse engatusar, por lo que dejando al lado ciertos pequeños detalles, la historia funciona bastante bien. Posiblemente porque para el amor no hay entrenamiento que te prepare. Además de que, obviamente, una gata le ha robado el corazón...
En el apartado gráfico tenemos a Mitch Gerards, cuya narrativa consigue transmitir el ambiente que plantea King. Ese tórrido romance de una noche se ve muy bien reflejado por enfoques cortos y abundantes viñetas que permiten al lector seguir muy bien los momentos pausados. Aunque King está muy acertado en la máquina e escribir, creo que el trabajo de ilustración de Gerards influye mucho en la efectividad de una historia que recupera un concepto de distancias cortas que se echa un poco de menos en esta colección. Y es que a veces no es necesario utilizar 12 números para contar una historia, algo que King demuestra aquí bastante bien. Aunque la etapa del guionista me ha defraudado en sus inicios, debo reconocer que esta pequeña historia me ha gustado más que lo anterior. Quizá es una isla en mitad del océano, o quizá es el inicio del verdadero arranque de la etapa. Espero averiguarlo más pronto que tarde...