Procedo a compartir mis impresiones de la lectura de la nueva colección de Titans perteneciente a Dawn of DC, que en el momento en que escribo este mensaje, tiene una extensión de 8 números.
Como he expresado en ocasiones pasadas, Teen Titans es por antonomasia, una de las colecciones más maltratadas del universo DC, a pesar de tratarse de uno de los grupos más importantes, relevantes y afamados de dicho universo. Sin embargo, su periplo ha sido sumamente irregular y desde hace muchos años, ningún guionista o editor ha sido capaz de devolver la vieja gloria a este grupo, demostrando no saber cómo enfocar el mismo para resaltar las virtudes y características que los hicieron destacar en su momento. Además han demostrado ser incapaces de explotar el potencial de personajes tan complejos y profundos como Raven, que siempre se quedan en la superficie.
New 52 fue un desastre total, con una reinvención grotesca que generó un rechazo descomunal entre los lectores y que dispuso de un recorrido comercial limitado. En Rebirth intentaron recuperar el viejo espíritu de la serie de animación de Cartoon Network de 2003, apelando a ese tipo de público, sin embargo, a pesar de una buena presentación e introducción, las constantes interrupciones fruto de eventos y crossovers con Dark Metal, obstaculizaron el desarrollo argumental de la colección, interrumpió el desarrollo de los personajes y ciertos sucesos quedaron sin resolver. Tampoco ayudó la imposición arbitraria de ciertas relaciones sin un contexto lo suficientemente sólido (véase la relación entre Raven y Kid Flash) que provocó, consecuentemente, una relación fugaz que rápidamente fue olvidada y obviada en futuros números. Ante tanta adversidad, la colección acabó resquebrajándose por completo, siendo la mitad de sus miembros desplazados a Titans, colección comandada por un Abnett que demostró ser más diestro a la hora de representar a los miembros del equipo, pero que desgraciadamente, apenas contó con dos arcos argumentales, quedándose uno con la miel en los labios.
Con Infinite Frontier llegó Teen Titans Academy, con una premisa que no auguraba un futuro próspero (Teen Titans a lo X-Men, con una escuela para futuros superhéroes, ¿en serio?), siendo la muerte de una crónica anunciada que se confirmó a los pocos meses de su periplo.
Y en estas, llegamos a Titans en Dawn of DC, ¿sería algo fin la redención del grupo, o el enésimo intento infructuoso de resucitarlos y brindarles gloria?
La colección empieza con la finalización de la nueva torre para los titanes (no sé los motivos exactos por los cuales tuvieron que construir una nueva, pero no es relevante para el avance de la trama) y el restablecimiento de ciertas relaciones como la de Raven y Beast Boy, incluso haciéndose pequeñas alusiones y guiños a su origen romántico en la famosa colección iniciada por Geoff Johns allá por el año 2003. Y es que si algo se aprecia de inmediato, es el constante intento de mantener ciertas referencias clásicas, combinándolas con sutiles elementos más modernos. Como ejemplos:
1) El color del cabello de Raven es morado, pero no dispone del clásico corte de pelo liso, sino que ahora es rizoso, dándole un aspecto más "geek" y actual. En cuanto a su traje, sigue constando de la clásica capa y capucha, pero mantiene las perneras que se introdujeron en la época de Rebirth.
2) Starfire conserva su traje, pero ahora tiene el pelo trenzado en una coleta.
3) Donna Troy dispone de una apariencia muy similar a su representación ochentera.
4) Existen algunos flashbacks de misiones pretéritas en los orígenes del equipo, donde se observa una representación casi idéntica a la presente en la clásica colección de Marv Wolfman y George Pérez (DEP).
Se palpa el cuidado y esmero por lograr un equilibrio entre lo clásico y lo nuevo, para que así los lectores veteranos no sientan rechazo ante un cambio drástico de los personajes (como sucedió con New 52), pero a la vez, modernizándolos un poco. Fruto de ese ejercicio, personajes como Beast Boy se ven potenciados, gracias a una mejora en sus poderes y habilidades. Por ejemplo, ahora es capaz de modificar su tamaño y fuerza sin la obligatoriedad de convertirse en un animal (es como que "canaliza" por ejemplo la fuerza y tamaño de un oso y lo traslada a su cuerpo actual, creciendo en tamaño y envergadura), además de poder multiplicarse (por ejemplo, ahora ya no sólo se puede transformar en un mosquito, sino en miles a la vez). Todo esto hace que un personaje tradicionalmente de "segunda fila" fruto de sus limitaciones, adquiera mayor protagonismo, importancia y preponderancia.
Pero si hay un personaje, donde se ha notado claramente una potenciación... Es en Raven. Por fin se muestra una Raven en todo su esplendor, una Raven sin limitaciones que exhibe todo su poder. Un problema tradicional de Raven, es que se trataba de un personaje con un potencial claro y manifiesto, al cual siempre limitaba y subyugaba el guión, mediante múltiples conveniencias para que no pudiera explotarlo totalmente. Y claro, cuando ese ejercicio narrativo se repetía a lo largo del tiempo, se tornaba cansino, porque no se permitía evolucionar al personaje. Por ello una de las sorpresas más agradables a mi juicio, fue poder ver a una Raven poderosa capaz de afrontar cualquier reto y adversidad, sin múltiples y numerosos condicionantes o excusas para "justificar" que repentinamente, la superen y necesite la ayuda de otro miembro del equipo. No, es perfectamente capaz e independiente de lidiar con cualquier problema.
En cuanto a la trama, sorprende con una vertiente ecologista que no me esperaba para nada en la temática de los titanes. No es un arco grandilocuente, pero sí llamativo por su tratamiento y como se relaciona con Beast Boy debido a su conciencia por la naturaleza (por aquello de poder transformarse en cualquier ser de la fauna animal). Seguramente algunos acusarían a este planteamiento de "woke" y me sorprende que aún no haya leído esa reflexión en un contexto social tan proclive a las conspiraciones y recelos (en el mundo de los videojuegos es una constante, cualquier elemento narrativo es examinado con lupa y acusado de woke). Aclaro que a mí no me genera ningún tipo de molestia, pero como indico, conociendo la "sensibilidad" que impera últimamente, me parece curioso que no haya generado ruido este planteamiento.
Respecto al arco narrativo principal de la colección, combina viajes en el tiempo junto con conspiraciones relacionadas estrechamente con el pasado de algunos miembros del equipo. La premisa no es mala, pero queda por ver si la resolución de esa intriga generada queda bien resuelta y no se recurre a un forzoso y manido de giro guión no satisfactorio, lógico ni coherente (algo bastante frecuente en el cómic, por cierto).
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Ahora bien, no todo es positivo, sino que hay dos aspectos principalmente negativos que he de destacar:
1) Como ya mencioné antes, dentro de la trama principal existen subtramas que están ligadas al pasado de algunos miembros. Uno de ellos, es Starfire. Sin embargo, su subtrama se desarrolla precipitadamente y apenas se explota ese enlace que se quiere establecer con su pasado, quedando en un ejercicio superficial, vago y fútil.
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2) El peor aspecto sin duda alguna, es Raven. Curiosamente, representa a la perfección una moneda, tiene dos caras, una positiva que ya he argumentado con anterioridad, pero otra bastante negativa... Y es que, cuando parece que al fin se explota el potencial de Raven, se estabiliza su relación con Beast Boy y consigue asentarse (con una personalidad más segura, madura y plena)...
VOLVEMOS A LO DE SIEMPRE:
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Como
ODIO que hayan recurrido otra vez a esa premisa por enésima vez. Cuando parecía que por fin Raven lograba ser un personaje totalmente independiente, sin ataduras ni subyugaciones de ningún tipo... Volvemos con la misma premisa a la carga. Me fastidia sobremanera porque todo apuntaba a que por fin, Raven evolucionaría como personaje y al final, resulta que se vuelve a abusar de los mismos mantras de siempre...
En resumidas cuentas: lo que comenzó siendo como una lectura interesante, ha acabado generando un sabor agridulce, con una cierta decepción al incurrir en los clásicos mantras y errores presentes históricamente en esta colección. Queda por ver como se desarrollará el próximo arco argumental y como enfocará Taylor el punto dos, pero sino consigue darle una solución satisfactoria o creíble, estaremos ante otro intento fallido con los titanes. E irían ya...
Es como si nadie dispusiera de la valentía o talento, para ir más lejos con este grupo y no caer en los mismos "recursos" narrativos...
¡Saludos!