He leído
Coleccionable La Espada Salvaje de Conan Nº 77.
Retomo la lectura de la serie tras
anterior comentario.
Estamos en el recta final de la revista, que destaca especialmente por el regreso de Roy Thomas a la colección. Una etapa que ya había leído en parte, pero que no conocía del todo. Tras varias entregas de carácter especial, el guionista regresa sobre sus pasos y comienza con una nueva saga de largo recorrido, cuyos primeros dos episodios tenemos en esta entrega. La historia, titulada
"Conan en la ciudad de los magos", tiene el acicate de contar con la presencia de John Buscema y Ernie Chan por lo que volvemos a tener a uno de los equipos creativos más importantes en la trayectoria del cimmero dentro de los cómics, fuera y dentro de Marvel. La saga comienza con un Conan como pirata baracho, cuyas aventuras lo llevan a las costas de Kush. Allí se topa com Imhotep, con quien se ve obligado a aliarse para liberar a su tripulación. Para ello, deberá ir a Kheshatta y enfrentarse a Hak-Heru, un hechicero capaz de bloquear el poder de Imhotep. Cada entrega de la revista, dos en este caso, tiene una clara estructura episódica, en la que Thomas busca segmentar la narración en capítulos muy definidos. En el primero se centra en los momentos en los que el cimmerio vuelve a tripular un barco después de mucho tiempo, liquidando con rapidez la trama que había dejado aparcada de la dama Morganis y devolverlo al reino de Kush.
Uno de los temas principales es el racismo, en lo que parece ser un odio entre los diferentes tonos de piel, incluso entre los mismo kushitas, algo que ya se había desarrollado en anteriores historias de Conan en los cómics. Pero, sobre todo, da la sensación que Thomas quiere continuar en cierta forma algunas tramas de su anterior trabajo en el personaje, trazando una nueva cronología y devolviendo a la serie la continuidad que tanto se había echado en falta durante los últimos años. El primer paso es rescatar a Imhotep, el saqueador de mundos con quien se establece una curiosa alianza. En la segunda parte, ambos personajes pasarán por Meroe, una ciudad de los Reinos negros donde se desarrolló en los últimos compases de Thomas en la cabecera Conan the Barbarian el relato de Howard "Un hocico en la oscuridad". Thomas es un buen continuista de la obra del escritor tejano, y realiza una aventura en la que vemos como han cambiado algunos personajes tras la rebelión que provocó el cimmerio, y como el poder puede llegar a corromper. Es como si la caída de un tirano solo sirviese para dar paso a otro igual o peor.
A mí esta segunda etapa de Conan me está gustando mucho. Soy consciente que está un peldaño por debajo de los grandes momentos de la colección, pero también está muy por encima de la mayor parte de la etapa oscura de la revista. Se aprecia perfectamente que estos autores saben muy bien lo que hacen y están bastante más familiarizados con los personajes y su historia. Además, está ese plus de la continuidad, que cambia radicalmente esa sensación de relatos inconexos por una historia-río bien dirigida. Por si fuera poco, el arte de Buscema también contribuye al disfrute de la lectura. Lo dicho, yo me lo estoy pasando francamente bien.
Para completar el tomo tenemos un relato de complemento en el que Thomas y Sandu Florea se basan en uno de los escritos de Howard para contar una historia de Conan durante su adolescencia. A mí me ha gustado bastante, sobre todo por esa escena final, que nos recuerda que estamos ante la adaptación libre de un relato de terror. También cabe destacar que vemos por primera vez al abuelo de Conan en un flashback. Un interesante complemento que bien podría ser algo más que un complemento. Cerramos este volumen con una historia escrita por Doug Murray, el conocido escritor de la serie The N'am y diversos cómics bélicos, y dibujada por Patrick Archibald, respaldado por el entintado de Alfredo Alcalá. Aunque se publicó originalmente en el número 189 de la revista, se ve que no ha habido un hueco antes para incluirla en ninguno de los tomos anteriores. No obstante, da un poco igual, ya que se trata de una historia de la época del Conan mercenario, que se ve involucrado en una trifulca con soldados turanios, de la que consigue escapar con vida. A partir de ahí, perseguirá a la tropa turania para acabar con ella utilizando tácticas de guerrilla. Tengo que reconocer que me ha gustado bastante, por la forma en la que se perfila a Conan como un estratega militar, algo que encaja muy bien con su desarrollo. No obstante, hay que reconocer que a Murray se le ve un poco el plumero y prácticamente tenemos aquí a una versión hyboria de Rambo. De hecho, tenemos un esquema similar a muchas películas de acción de la época. Lo cual no me parece del todo mal, pero creo que es importante apuntarlo. De todas formas, me parece una buena historia y que sirve para dar colofón a un tomo bastante entretenido en líneas generales, dejándome muchas ganas de continuar con el siguiente...