Sin ninguna razón en particular me he puesto a pensar en lo que decía Howard Chaykin, sobre la relación de importancia del dibujo sobre el guión, alegando que solo Moore es capaz de poner en un nivel superior al segundo sobre el primero.
Y entonces me empezaron a venir a la mente algunos momentazos.
Fuego en mis entrañas y en mi cerebro. Calor insoportable cegando mis ojos y mis sentidos...
...me siento como una estrella a punto de convertirse en supernova.
Huyó... ...de la mujer que amo... ... para no destruirla.
Es invierno... ...en la meseta donde vivimos. Hace mucho frío. Ni siquiera lo noto.
Las estrellas viven... ...en el espacio, en medio del cero absoluto.
Rezo porque sobre mí no vuele ningún avión, no puedo verlo... ¡... menos mal que no hay autobús espacial!
Entonces...
Los rayos cósmicos alimentan mi poder. Mi cuerpo los transforma en energía, y yo la proyecto. Normalmente con más control que ahora.
Una vez procesado, devuelvo el producto al lugar de donde vino.
Verán mi descarga en Taos y Santa Fe... y seguramente, con tiempo, en toda la Vía Láctea.
Un hombre que brilla como una estrella.
No está mal.
Esto es de Claremont, y es solo un ejemplo.
Si hubiera leído esto en una novela, el momento hubiera sido, en mi imaginación, igual de potente.
No te lo compro, Howard Chaykin.
*No estoy quitándole importancia al aspecto visual y narrativo del dibujo en los cómics, nada más lejos de mi intención, estoy diciendo que no le quitemos la misma importancia a los guiones.